Tomás Rufo “Jugarme todo en Madrid fue una decisión mía, era algo que no veía claro ni mi apoderado”..
Muchas veces nos preguntamos cómo vive un torero el triunfar en Madrid. Nos preguntamos si te cambia la vida, las amistades, los que te rodean… Hoy hablamos con Tomás Rufo tras arrasar en Las Nocturas de Las Ventas y lo hacemos sobre cómo cambia el triunfar en la primera plaza del mundo. El 9 de Septiembre torea en Villaseca los legendarios Cebadas en una plaza que le vio las condiciones antes del triunfo de Madrid.
Hablamos con Tomás Rufo en el triunfo de la fe en sí mismo. El saberse conocedor de sus cualidades le llevó a atropellar la razón y a los que, me incluyo, pensábamos que era demasiado pronto porque creíamos que sus condiciones necesitaban más rodaje.
En la época que vivimos, ¿Madrid permite todavía ver las cosas de otra manera en cuanto a contratos y el tipo de los mismos?
Me ha dado aire pero de lo que dices no me hago cargo. Yo me dedico a prepararme física y mentalmente y dejo en manos de otros el tema de los contratos.
¿No te consultan los carteles?
Sí, cuando ellos ven las cosas claras me llaman y me piden opinión sobre el cartel y la novillada. Consultarme sí.
En Madrid brindaste a Morenito de Aranda, ¿qué relación hay entre vosotros?
Con el maestro me une una relación de amistad. Hizo mucho por mí en los meses previos a Madrid con una preparación importante en la que he estado a gusto.
Este año decidiste jugarte tu carrera a todo o nada en Madrid.
Este año estaba sin nada tras la novillada de Talavera salvo Villaseca que confió en mí. Conseguí entrar en Madrid y mi preparación se centró en Las Ventas. Gracias al triunfo han empezado a salir más cosas, la apuesta salió bien.
Sería fácil decir que todos confiábamos en ti con tan poco bagaje, sería mentir. Tuviste una inmensa fuerza de voluntad y fe en ti mismo.
Confié desde que me acartelaron. No lo veía ni mi apoderado. Me decía Carlos que con una sola novillada ir a Madrid era una locura, que lo pensara. Estaba en un momento de mi vida en el que tenía que apostar jugándome lo poco que tenía a una carta. La decisión fue mía, sabía lo que me jugaba y lo que podía pasar sabiendo que en el ruedo todo iba a depender de mí.
Tomás, ¿no notabas en la gente que te rodeaba el pensamiento de “ojalá pero es imposible”, “con lo poco que lleva”…?
Bueno… Recibí mensajes de muchos familiares y puedo entender que no lo vieran con lo poco que yo había toreado. Dicho esto, lo tenía claro, era yo el que tenía que dar el paso adelante.
Y triunfas. De repente todo el mundo pasó a confiar en ti.
Soy una persona muy consciente de todo lo que tengo en mi vida y de lo que me ha pasado a lo largo de ella. Ahora que ciertas personas me digan que siempre confiaron en mí no me vale.
¿Cómo llevas los moscones que se arriman tras un triunfo así?
No les presto atención. Soy consciente de lo que ha pasado pero tengo los pies en la tierra. Lo de Madrid me ha servido para entrenar más para que no se me escapen las oportunidades que me vengan.
¿Te llegas a aislar, a buscar estar solo?
He seguido entrenando como hasta ahora y mi “refugio” es la preparación para que nada falle cuando vuelva a torear.
¿No cambia nada Madrid? ¿Se logra no llenarse la cabeza de pájaros?
Mi vida sigue de la misma manera pero entrenando más. Quizás ahora me vean menos por el pueblo (Pepino) porque estoy aún más metido en mi mundo. Madrid era un sueño viéndome solo anunciado en el cartel, imagínate que las cosas salieran como salieron. Soy consciente que me queda muchísimo por andar y que no puedo fallar.
Te voy a citar dos toreros como Pablo Mora y Pablo Atienza, dos novilleros de buen corte que pasaron de ganar las nocturnas en 2018 y 2017 a estar parados. ¿Lo piensas?
No sé que ha pasado exactamente con ellos y ni si nos podemos comparar, cada caso es distinto. Los pies los tengo en la tierra porque sé que debo luchar cada día. El mundo del toro es una lucha diaria entrenando, en la plaza y en el campo. Soy consciente que debo reafirmar lo de Madrid cada vez que me ponga delante de un toro sabiendo que tengo que corregir muchas cosas todavía.
Madrid fue importante. Tanto que pasaste, por arte de magia, de ser de Pepino a ser de Talavera.
En ciertas entrevistas me ponen como talaverano pero siempre he dicho que soy de Pepino, pepinero. Estoy muy agradecido a la gente de Talavera que vino a apoyarme en estos días tan importantes pero soy de Pepino y lo he dicho siempre. El apoyo de mi gente es algo increíble y no veas como se nota la diferencia de estar arropado a estar solo, es algo muy bonito.
Los medios empiezan a llamarte.
Verte en portales, radios y prensa ayuda a que la gente te conozca más, es muy importante y de agradecer.
Y pensar que diez días antes de Madrid se te salió el hombro en el campo… ¿Llegaste a pensar que todo se te acababa este año?
Sí, el camino al hospital fue muy largo y en mi cabeza se me pasaron muchas cosas pero, sobre todo, Madrid. Hice llamadas a fisios que son amigos y me dieron esperanzas siempre y cuando el hombro solo se hubiera salido y no roto. Eso me dio aliento, me dejó respirar porque tenía mucha angustia pensando en Madrid.
Tras el triunfo en Madrid, ¿has llegado a pensar en cambiar de apoderado?
No, la verdad es que en ningún momento he pensado en eso. Desde Madrid solo pienso en las fechas importantes que tengo por delante y no he pensado nada más. Con Carlos estoy a gusto, confiamos el uno en el otro y nos espera una temporada muy bonita con carteles rematados. Ahora mismo solo estoy centrado en el toro.
Cada vez se te nota más asentado. A mí me sorprendió para bien tu capote en Las Ventas.
Estoy echando muchas horas fijándome en una máxima figura como José Tomás, en como mece los toros, en como los duerme. Le echo muchas ganas con el fin de no desperdiciar ni una sola oportunidad de torear ya sea a la verónica, con el capote a la espalda, chicuelinas…
El camino es largo todavía.
Claro, trabajamos de todo. Cada día corregimos cosas técnicamente como la forma de echar la muleta, la colocación… Estoy poco toreado y tengo muchos fallos, si me pongo a contarte todos no acabaríamos (risas).
En esa corrección de defectos, ¿estás trabajando en muletazos distintos como te vimos en Madrid?
Sí, no quiero ser uno más. Me gustaría tener mi personalidad porque sé que eso gusta y a mí me llena. Si ves a Pablo Aguado le ves su sello propio. Trabajo en un concepto personal que me llena.
Te he visto alargando la embestida, abandonado de hombros… Lo que no olvido es un pase del desprecio al cuarto de la final.
Ese muletazo me llenó completamente. Veo que poder llevar a un toro tan despacio es la recompensa al esfuerzo, al sacrificio diario.
Un festival es un buen lugar para probar cosas. El sábado en Pedro Bernardo.
Sí, de Pablo Mayoral. En los festivales hay que probar cosas nuevas y este sábado quiero probar cosas de esa personalidad que estoy buscando. Los Santa Colomas de Pablo Mayoral me gustan mucho, con sus embestidas tan lentas y espero tener las mismas buenas sensaciones que cuando he ido a tentar a esa casa.
Un hierro con el que hay una historia por rematar.
Sí, debuté de luces con ella y me cogió el primer novillo impidiéndome matar el segundo. Toreé en La Pueblanueva otra a la que corté cuatro orejas disfrutando muchísimo. Son embestidas tan sentidas y despaciosas que te llenan. Este sábado espero poder expresar delante del novillo las buenas sensaciones que he tenido siempre con esa casa.
Y tras ello, en el horizonte, Villaseca.
Confiaron en mí antes de ir a Madrid. Les tengo mucho que agradecer porque confiaron, siendo una feria tan importante, cuando apenas había toreado. Tras Las Ventas tengo más ganas y me gustaría tener un triunfo rotundo.
Te espera Cebada Gago.
Es una novillada que me gusta pero a mí lo que me importa es pensar en lo que yo pueda hacer, en estar bien y ser capaz de ver toro por todos lados.
Hombre, ¿no miras el hierro?
La feria de Villaseca tiene diferentes encastes y a mí me han dado éste. Es mi oportunidad y no pienso más que en aprovecharla.
Cebada es un peligro en cuanto a que las duras llaman a más duras.
No pienso en eso. Solo tengo en la cabeza que el 9 de Septiembre toreo en Villaseca y que sé que un triunfo allí tendrá una enorme repercusión. Pienso en estar bien para triunfar, nada más.
Ahora me dirás que tampoco miras el trapío de la plaza.
No (risas). Sale un novillo picado, con su presencia, fuerte y es importante que salgan novilladas como las de Villaseca porque el público sabe dar la importancia que merece a lo que hagas.
La última, ¿qué tienes por delante?
Ahora mismo tengo cerrado el festival del sábado, Villaseca, San Agustín de Guadalix, Madrid en otoño. Están saliendo cosas muy ilusionantes.