Talavante saborea la hiel de los modestos en otro petardo de Adolfo Martín (Las Ventas 5 Octubre)
La horrenda corrida de Adolfo Martín ha servido para cargar de razones a aquellas figuras, o como se las quieran llamar, que huyen del famoso bombo. Un encierro así, vacío, ha provocado que el gesto de Alejandro Talavante derivara en una injusta bronca que se mereció un ganadero con mucha bula en Madrid. Talavante ha probado la hiel que sufren los modestos incluyendo el injusto partidismo por los toros…
Impresionante expectación por la segunda bala del torero extremeño en su órdago por la libertad. Esta vez no hubo ovación para Talavante ni cuando marchó a portagayola. La gente se acomodaba en los tendidos todavía y muchos ni se enteraron de un gesto que pasó sin pena ni gloria. El cárdeno salió como fue, con nula casta y menos gracia. El pacense no pudo hacer nada ante semejante animal y debió abreviar antes. SILENCIO.
El segundo dejó ver lo menos penoso de la tarde con algún esbozo de capote de Álvaro Lorenzo y nada más. El toro se vino a menos, de la nada a menos tiene mérito, y el toledano tardó en ver el pitón izquierdo del Adolfo. Algún pasaje suelto no tapa su falta de colocación y la nula casta del gris. Con el descabello, penoso. SILENCIO.
Luis David Adame debió matar antes a un mulo, insufrible, que no sabemos que tenía de animal bravo. El azteca se puso a querer torear como en La México y el público le afeó el intentarlo. Hasta aquí duró la bula a la ganadería. SILENCIO.
En el cuarto Alejandro Talavante se llevó la bronca que merecía Adolfo y la correspondiente a la decepción de no verle triunfar. Un animal así no permite nada y Alejandro, que los masacró en varas con triste lógica, no debió ni ponerse. El intentarlo ante un toro así era innecesario. PITOS.
El horrendo quinto fue devuelto como castigo al petardo y en su lugar salió un corraleado Mayalde. La movilidad del animal duró un suspiro antes de perder reiteradamente las manos. Álvaro no se entendió en las alturas y el trasteo fue otro jarro de agua fría. LEVES PITOS tras el descabello desastroso.
El sexto pareció pero tampoco. Luis David pinchó antes de enfadar a un público asqueado descabellando sin meter la espada. Por cierto, descabellando mal. PITOS.
Al finalizar el festejo sonó una soberana bronca para Alejandro Talavante y Luis David Adame que hoy se merecía Adolfo Martín. Un hierro que se ha ganado un merecido descanso pese al toro de San Isidro.
PETARDO SIN PALIATIVOS DE ADOLFO MARTÍN QUE SE LLEVA POR DELANTE LA ILUSIÓN DE TALAVANTE. UN DÍA DURO EN MADRID QUE MERECE REFLEXIÓN AL IGUAL QUE LA BULA DEL PÚBLICO CON UN HIERRO QUE TIENE QUE MEJORAR Y GANAR REGULARIDAD INMEDIATAMENTE.
P.D. ¿Quién puede exigir a Talavante que mate este hierro el año que viene? Dicho sea de paso, hay que decir también que el torero pacense ha saboreado la hiel que saborean los toreros modestos.