Sevilla bendijo a Emilio de Justo (Sevilla 4 Mayo)
La tarde de Sevilla concluyó con la gente marchando hacia el ferial con el nombre de Emilio de Justo en la boca tras su buena actuación en su debut en La Maestranza. Sin duda, el coso del Baratillo, bendijo al torero extremeño tras una tarde que debe marcar un antes y un después en su carrera.
Al llegar a Sevilla el cielo nos recibió encapotado, gris, el mismo tono de los toros que saltarían a la arena del coso bicentenario por la tarde. El fresco nos dio una tregua para un festejo en el cual se adivinaba mucho calor pero al que una brisa hizo más que soportable.
A las 18;30 La Maestranza lucía preciosa, con mucho sol y un apretujón de gente que fue a más tras los dos primeros toros. El cerrojazo dio comienzo a una tarde de ilusión y mucho que disfrutar.
Abrió la tarde Antonio Ferrera ante un animal guapo, gordo, con el que estuvo correcto. El animal tuvo casta pero no terminó de romper en la muleta del extremeño. Ferrera estuvo correcto, sin más, en una labor en la que ambos debieron ofrecernos más. OVACIÓN.
Manuel Escribano sorteó a un segundo animal complicado con el que no pudo. El gris tuvo complicaciones que el coleta no supo resolver en una faena eterna tras un insufrible tercio de banderillas. Se libró de la cogida en una labor en la que faltó más claridad de ideas. OVACIÓN POR SU CUENTA.
En el tercero arrancó la gran tarde de Emilio de Justo. El manso de Victorino no hacía albergar muchas alegrías en los primeros tercios pero el de Torrejoncillo lo tenía claro. Con paciencia, colocación y conocimiento de la casa fue haciendo al animal apretándole con ese temple especial del coleta. Los naturales obligaron a romper al cárdeno con el coso rugiendo ante la lentitud de los muletazos. Una faena con emoción que fue vivida con alegría al ver que lo que tanto se hablaba del torero era una realidad mejorada. Con la oreja en la mano pinchó un trofeo pero no el triunfo. OVACIÓN.
En el cuarto vimos una versión poco clara de Antonio Ferrera. Un animal con casta, mucho motor y mucho que torear con el que no pudo el coleta. Su indudable capacidad hizo que perdiera por menos de lo que pudo ser pero el marcador lució a favor del animal. Tandas simples de menor enjundia que el toro hicieron que cortara una oreja que supo a muy poco. OREJA.
El quinto fue un toro que salió victorioso por las dudas de Manuel Escribano. No le salió nada al sevillano que lo intentó con mucho esfuerzo pero poco lucimiento. El toro se aburrió por momentos saliendo muy desentendido pero sin la exigencia que nos hubiera dado una idea más clara de su condición. PITOS.
En el sexto vimos el mejor toreo de capa de Emilio de Justo con una cadencia propia de los elegidos. Sevilla se rompió en un recibo que tuvo el sabor agridulce de mostrar que el toro no iba a servir en la muleta. De Justo sí vio posibilidades de éxito y, con inmensa paciencia, fue alargando la embestida del animal. Los naturales brotaron con excelsa clase haciendo rugir al Baratillo. El alargar en exceso la faena hizo que el toro desluciera el final pero no la indudable imagen de torero obligatorio en cada feria. OVACIÓN. En estos toros se ve la diferencia. Sin duda una faena que marca muchas cosas.
Al acabar la tarde los toreros salieron andando por la puerta principal y Sevilla dictó sentencia con una ovación clamorosa que obligó a saludar a Emilio de Justo. Un rugido de aprobación que dejó claro quién había dejado huella en La Maestranza.
SEVILLA BENDICE A EMILIO DE JUSTO EN UNA CORRIDA QUE MEJORA LA CAÍDA DE VICTORINO PERO SIN REDONDEAR. MALA TARDE DE ESCRIBANO Y DE UN GRIS FERRERA.
Sin duda, un torero para hacer muchos kilómetros y cuyo techo está muy alto.