Pedro Rufo, el don de nacer torero. (Crónica La Pueblanueva 3 Septiembre)
La Pueblanueva ha cerrado sus festejos taurinos en Honor a la Virgen de la Paz con una clase práctica de la Escuela Taurina de Pepino que ha dejado un gratísimo sabor de boca gracias a ese pequeño gran milagro llamado Pedro Rufo y al valor y ganas de Daniel Garro. La apuesta taurina del Alcalde de la localidad mereció este brillante cierre.
Ante novillos de Toros de Castilla (propiedad de Morenito de Aranda) que dieron buen juego y contaron con la presencia adecuada para el festejo.
Abrió el novillero Luis Fernández que dejó una faena solvente pero de poco brillo y alma en la que dio pases y mató a la res dejando poco para la memoria de los presentes. DOS OREJAS poco pedidas.
Daniel Garro animó la tediosa tarde con su buen manejo del capote y sus ganas por querer hacer las cosas bien. El camino es largo pero su entrega, sus ganas de torear despacio y querer hacer las cosas bien merecen tiempo. DOS OREJAS Y RABO.
Pedro Rufo volvió a cautivar con el toque de quién está iluminado por nacer con el toreo en las muñecas. Desde que se abrió de capa pudimos disfrutar de toreo personal, sentido y cadencioso. Espectacular la mejoría en solo tres semanas respecto al debut en andar por la cara del toro, en tiempos y distancias. Cuajó sensacionales muletazos con una serie cumbre por el derecho con la verticalidad y abandono que levantan del asiento. En la retina quedarán remates, naturales y colocación. Mató a la tercera cortando los máximos trofeos ante la alegría del respetable. DOS OREJAS Y RABO. El tiempo y el toro dirán pero es un suceso.
PEDRO RUFO SIGUE ENSEÑANDO SU FACETA DE NIÑO PRODIGIO QUE EL TIEMPO PULIRÁ Y SENTENCIARÁ. DANIEL GARRO QUIERE HACER LAS COSAS BIEN Y MERECE SER ESPERADO.
Antes de la Clase se celebró algo parecido a un concurso de recortes que dejó las buenas maneras de Alejandro Fernández ante dos vacas de Víctor Huertas pobres de presencia. El resto de los recortadores, por decir algo, protagonizaron carreras y cosas poco toreras que dejaron muy mal sabor de boca. Sinceramente, innecesario.