Madrid recupera su Domingo de Ramos, no a Victorino (Las Ventas 8 Abril)
El Domingo de Ramos se recuperó como una fecha importante para el toreo. El ambiente creado para ver a Victorino hizo que tres cuartos de entrada -sol lleno- estuvieran cubiertos con colas larguísimas fuera debido a un deficiente sistema de recogida de entradas pagadas por Internet. Tarde de enorme bochorno lo que propició algún desmayo en los tendidos. Cuando se trabaja y se crea la ilusión de ver toros, la gente responde.
Abrió el festejo un toro bien presentado con el que Gómez del Pilar bordeó la cogida con el farol a portagayola que lo recibió. Voluntad del toledano para agradar en su confirmación queriendo colocar al toro al caballo, dónde manseó. En la muleta puso disposición ante un animal complicado que le midió y se fue frenando hasta tirar a alimaña. Noé no dudó y la plaza le agradeció el esfuerzo con una OVACIÓN.
Iván Fandiño abrió su tarde con un toro con cuajo y tipo con el que no estuvo. El de Orduña no supo leer las distancias del animal que humilló y dio opciones para mucho más. Una labor espesa, muy descolocado y con la sensación de torero en una búsqueda que no tiene fin. SILENCIO DE INDIFERENCIA.
Alberto Aguilar sorteó un Victorino que llevó desde el capote el título de alimaña presente. El madrileño puso voluntad y despertó olés cuando ligó, jugándose el tipo, por el pitón derecho. Una cogida fea con el cárdeno apuntando al pecho le hizo tomar la espada en una cierta decepción de un público que esperaba algo más milagroso. SILENCIO.
El enorme y fuera de tipo cuarto despertó unas sorprendentes ovaciones por su estampa, muy lejana al tipo de la casa con sus más de 600 kilos. El animal dio opciones por el lado derecho a un torero a la deriva que no supo cómo hilvanar faena. Madrid no le perdonó y le pitó con justicia. PITOS.
Se corrió turno por las molestias de Aguilar y Del Pilar no pudo hacer nada ante el complicado quinto. Un animal que ya pesó en una tarde plomiza y decepcionante. El toro cortó y blandeó ante un voluntarioso, algo verde, torero confirmante. SILENCIO
Lo mejor llegó con el sobrero de San Martín. El titular, muy feo, blandeó y fue devuelto por la presión de un público muy decepcionado. El de San Martín salió blandeando pero Alberto Aguilar -casi el único- le vio condiciones y le mimó en el caballo y en banderillas. La sorpresa de ver embestir al toro y el temple con gusto del coleta, despertaron olés rotundos. La faena dejó buenos detalles por ambas manos y la espada fue quién evitó el más que posible trofeo tras una fea cogida. OVACIÓN TRAS DOS AVISOS.
MADRID RECUPERÓ EL DOMINGO DE RAMOS COMO FECHA DE REFERENCIA, A SU HIERRO EMBLEMÁTICO -VICTORINO- TODAVÍA NO.