Leonardo Hernández “Mi ideología se basa en que el ruido se hace dentro de la plaza”.
Hoy hablamos con una indiscutible figura del toreo a caballo, Leonardo Hernández. Con él repasamos una carrera en la que lo VALORES y su forma pura de interpretar el toreo son la base de un ejemplo de vida que crece cada día. Una carrera llena de éxitos con muchos más por delante en el que nos queda claro que la pureza en el ruedo es la guía que mueve al rejoneador pacense.
En cada entrevista suelo preguntar por qué decidieron dedicarse al toro. En tu caso, teniendo en cuenta el ejemplo de tu padre, voy a cambiar, ¿en qué momento diste el paso para dedicarte a ello?
Tengo la suerte de ser hijo de quién soy y me crié en este ambiente. Siempre he montado a caballo y me metí en el toro más en serio cuando vi lo apasionante de este mundo. Hasta los catorce años no valoraba lo distinto de este mundo del toro.
¿Qué te hizo verlo?
Va de la mano con la madurez lógica de ir cumpliendo años. Desde chico he vivido el toro y lo veía (a este mundo) como algo normal, pero cuando maduras vas viendo que es especial, maravilloso y único. Eso me hizo dar el paso definitivo.
Para esta decisión, ¿tu padre te animó a dar este paso?
No le hacía gracia al principio porque conoce la profesión y sabe las dificultades de este mundo. Cuando vio que me lo tomaba en serio se resignó y decidió apoyar mi pensamiento.
¿Y el resto de tu casa?
De forma natural porque estaban acostumbrados a verlo en casa con mi padre. Ellos han pasado el miedo, compartido la ilusión, la esperanza y las sensaciones únicas del toro.
Siempre me llamó la atención, pese a que empezaste casi como un niño, tu madurez y ahora lo corroboro escuchándote. ¿Estás acostumbrado a ello, imagino?
Sí, sobre todo me lo decían cuando era más joven. Esa madurez siempre la he achacado a mi profesión además de la educación que he recibido de mi familia y a mi forma de ser. Todo esto te hace ser humilde, respetar a los demás y valorarlos. A esos valores te lleva esta profesión.
No siempre esta forma de ser es la que más rápido triunfa y se mira más al que más se queja o al que da titulares más polémicos.
Mi ideología se basa en que el ruido se debe hacer dentro de la plaza. Lo que hay que hacer es torear bien, exprimirse, sacar pecho, ser un gallo, muy torero. Es mi forma de pensar y para mí es feo ser chulo y prepotente. Esa “chulería” se debe tener delante del toro dando el pecho.
Tu padre también fue un ejemplo de pureza en su rejoneo. Voy a cambiar la pregunta típica. Cuando uno comienza, con un referente como es tu padre, ¿se busca más el imitarle o el procurar mostrarte diferente para dejar claro la personalidad propia de uno mismo?
Es muy buena pregunta. Mira, hay muchos rejoneadores que quieren imitar a Pablo y Diego en cosas que no son importantes, cada uno debe tener su sello. Intenté no parecerme a mi padre, en el buen sentido. Sé que mi padre, al que admiro, ha hecho cosas importantes y me veo cosas suyas, está en la sangre. Aún así, nunca intenté imitarlo, aunque lógicamente miras en él su calidad, su toreo, su dominio de las suertes. No debes copiar a nadie aunque sí puedes coger de ellos las cosas buenas como la raza, el valor, la categoría de torero… todo, con tu personalidad.
Vas avanzando en tu carrera, haciéndote tu nombre y sufres el percance de Íscar. No tengo intención de preguntarte por ello, solo agradecer tu ejemplo de persona que no se apoya en la desgracia ni la vende.
Muchas gracias. Yo quiero que se me valore por lo que hago dentro de la plaza, por mi toreo. Nunca quise dar pena y, mucho menos, darme publicidad por algo que me ha sucedido. Sé que si me veo bien, torearé, y si no, dejaré de hacerlo. Es mi ideología, no me apoyo en nada más. Tú puedes vender tu triunfo, darte categoría por tu forma de torear, pero no me gusta dar pena. Hay gente, como nunca lo he vendido, que piensa que veo por los dos ojos y no es así.
En esos momentos, ¿te apoyas en el torero para sacar adelante a la persona?
Debo dar las gracias a mi familia, a mis hermanos, primos y amigos porque han tratado el percance con respeto y siempre me han apoyado, me siento un privilegiado. La profesión que tengo me ha ayudado. Está claro que me quitó algo importante pero me ha dado cosas muchísimo más importantes. Mis caballos, mi toreo, mi afición y mi ambición hicieron que, aunque es algo grave, no le diera toda la importancia porque lo que yo quería era seguir con mis caballos.
Y llegas a la cima, ¿qué se siente?
La felicidad plena no existe. He tenido la suerte de tocar el cielo formando un lío en Madrid, Sevilla, Bilbao, Pamplona… consigues lo que soñabas desde pequeño y te produce una enorme satisfacción.
Llegar a la cima con un toreo tan ortodoxo no es fácil, se busca y se valora más el caballo que realiza suertes más “accesorias”.
Discrepo un poco. La gente se emociona con el toreo bueno. Se puede aplaudir algo espontáneo, el subir la montura al burladero… pero cuando te emocionas es cuando ves el toreo bueno. Está es mi forma de ver y sentir el toreo. Cuando arriesgas en un par, cuando pegas un recorte por los adentros con emoción y pureza eso transmite al público una sensación impresionante. Es ahí, cuando tú arriesgas y el público se emociona, cuando llega el triunfo rotundo.
Esta forma de ver el toreo es muy meritoria pero difícil de resistir al ver que la pirueta, por ejemplo, llega tan rápido.
Claro, pero es mi forma de torear. Hay toreros explosivos pero a mí lo que me llena es torear cada vez mejor. Trabajo muy poco las cabriolas, las corbetas, el poner la montura de rodillas… pero sí busco que toreen con la mayor calidad y exposición. Es lo que me llena y como te puedes poner en figura de máximo nivel.
Ese camino populista que algunos rejoneadores siguen, aunque más fácil, parece ir quitando gente.
A mí ese camino no me gusta y debo ser fiel a mi concepto, luchando por lo que siento.
En las entrevistas que he realizado es nexo común el hecho que la pérdida del aficionado a favor del público en general perjudica a determinadas formas de interpretar el toreo más puras. ¿Te perjudica que se pierda aficionado?
No, el gran público se emociona con la calidad verdadera. Les gusta ver un torero en la plaza, un torero que arriesgue y es así como yo siento el toreo. El arriesgar con pureza es lo que me hace sentirme bien.
En el transcurso de esta conversación tengo más que claro que eres un torero de valores. ¿Te quitarías si no pudieras torear tal y cómo lo sientes?
Sí, si tuviera que cambiar mi forma de torear por una que no siento, me quitaría.
Esto es complicado de entender en estos tiempos.
Jaime, no concibo hacerme rico si no pudiera torear de verdad y de la manera que siento. Puedes imprimir detalles de torería, vender el par antes de ponerlo (luego le tienes que poner con pureza), pero mi tauromaquia no se puede enfocar hacia el circo.
Una forma de entender el toreo que pega más en Portugal y su idea del rejoneo más pura.
Son tauromaquias distintas, no se castiga tanto a los toros y se lidian otro tipo de encastes. Siempre me ha encantado torear allí, me identifico con ellos. He ido a ver toros a Portugal, he ido a aprender de ellos. Es un país que me encanta en lo taurino y en lo personal, tengo muchas amistades allí. Mi tauromaquia viene muy enfilada por esas raíces de un país en el que he admirado mucho a las figuras del país.
Dices otros encastes, ¿qué opinas de la idea de abrir más allá de Murube?
Soy partidario de abrir ganaderías y hemos toreado Domecq, Santa Coloma… aún así, lo que está en mejor momento y de lo que podemos coger buenos toros es en lo de Murube. Es un encaste que se ha perfeccionado.
Debes torear otros encastes por el bien del aficionado y de la fiesta.
Estas palabras tienen inmenso mérito pero, mirando con pragmatismo, deberían matarse otros encastes si se hiciera por parte de todos. No es lo mismo, y encima no se premia, matar estos hierros mientras los demás matan los Murubes que encima andan en mejor momento.
Al toro de Murube no se le puede hacer lo mismo que al de Miura. En la encerrona de Diego mató con profesionalidad y sabiduría los toros de Miura pero el toreo bueno se lo hizo a los de Murube. El tema de matar corridas duras es algo que se puede hacer pero la calidad del toreo no va a ser igual que con uno de Murube. Aún así, eso no quita que el matar encastes distintos es algo bueno que ayuda al aficionado.
Tengo la sensación que el aficionado no recompensa estos gestos.
El público quiere ver el toreo de hoy en día con carreras de costado y arriesgando. Cuando toreas un Miura debes torear algo más a la defensiva, buscando que no te toque el caballo sabiendo que te va a echar la cara arriba. Es algo a hacer como un gesto pero que no veo para hacer día a día.
Por delante, con nuevo apoderamiento, una temporada ¿con la cuadra deseada?
Siempre sueñas con caballos nuevos, con interpretar suertes nuevas, siempre quieres más. Eso no quiere decir que no tenga una cuadra consolidada y contundente. Dependemos de nuestros caballos y busco cada día mejorarla.
En la configuración de esa cuadra, ¿eres más partidario de “crear” a tus monturas, llevarlo a picaderos, traerlos de fuera?
Trabajo solo, con los consejos de mi padre que también monta, pero nadie más. No viene nadie de fuera, no solemos llevar caballos a picaderos, los ponemos nosotros. Así es como me gusta porque es un animal muy sensible y delicado que tienes que poner tú a tu forma, así es como mejores caballos sacas.
No eres partidario de comprar.
Puedes comprar y ponerlo a tu forma pero no es fácil. Para sacar caballos figuras es mejor que lo hayas puesto tú mismo.
Me hablabas de matar otros encastes como un gesto pero necesario. Tu padre ha matado toros en puntas con gran éxito, ¿cómo lo ves?
Mi padre lo hizo y eso le abrió muchas puertas. No hay que querer comparar el toreo a pie con el toreo a caballo. Si se torease siempre en puntas no se torearía de la misma manera y morirían muchos caballos en la plaza porque cada toque le dañaría. Son mundos incomparables.
¿Lo contemplarías como gesta?
Sí, me parece algo bonito e interesante.
Vivimos una época en la que el rejoneo parece polarizado con Diego Ventura y Hermoso de Mendoza siendo injustos con toreros como tú, Sergio Galán… ¿Somos muy injustos?
No, ellos dos son las máximas figuras y es normal que resalten. Estoy agradecido a las empresas, a los profesionales y a los aficionados porque siempre me han valorado. Están de máximas figuras y deben aprovecharlo, cuando aparezca otro que arree más se hablará de él.
Diego Ventura pidió matadores con la empresa de Sevilla, ¿no te parece una falta de respeto hacia rejoneadores de tu nivel?
Diego ha dado un salto de gigante y hay que reconocerlo. El que la empresa le de un cartel con matadores es tema de ellos, no soy nadie para entrar. El toro, estar delante de él, es el que pone a cada uno en su sitio.
Para ir terminando. Este año te marchas con Tauroemoción. En tu carrera ya estuviste con empresas como Taurodelta o con Andrés Caballero. ¿Qué buscas con estos cambios?
Me siento muy agradecido por el trato con Andrés, le admiro. Me ilusiona que me apodere Alberto, con él puedo conseguir cosas importantes, me impresiona su forma de ver el toreo, es muy parecida a la mía. Es la persona ideal para dirigir mi carrera sobre la base de lo que busco, crecer. Busco torear lo máximo posible dentro de la calidad y buscando crecer cada tarde.
Hace un momento me dijiste que es incomparable el rejoneo y el toreo a pie. En el toreo a pie el apoderado es una figura con la que crecer y que en muchos casos ha sido profesional. En este caso la aportación va más allá del ruedo.
Es algo que nunca se sabe. Alberto es una persona con muchos conocimientos y de mente abierta. Para el tema puramente artístico está mi padre, la persona que siempre me ha llenado por su forma de pensar y entender el toreo.
¿Tienes pensada una gesta para este año?
Sí, es algo que no descarto. Se hará en el mejor momento que considere pero me hace ilusión.
Torero, para terminar, te voy a hacer una reflexión más que pregunta. Pasando lo que has pasado, los miedos, las ilusiones, las decepciones, el esfuerzo… ¿Merece tanto la pena?
Sí, el toreo tiene cosas maravillosas. A mi vida le veo cosas muy positivas, el toreo me regala cosas muy buenas. Tu ambición como torero, como profesional, las ilusiones por triunfar te llenan. A mí me hace ilusión ver que una plaza ruge con tu toreo y eso es lo que me cautiva. Ver a una plaza que ruge con tu toreo es algo que no se puede comparar con nada. Por eso trabajo todos los días. Conseguir los triunfos rotundos es algo que no cambio por nada. Hay cosas muy duras pero son más las gratificantes.
Esta profesión tiene todos los polos desde las lesiones, las malas sensaciones, los miedos, la responsabilidad hasta la sensación única que supone pisar el terreno que tú quieres toreando como tú quieres y con la plaza rugiendo con tu toreo puro.