José Rojo, con una gran faena, cada vez apunta más alto. (Crónica Fuensalida 25 Junio)
José Rojo ha dado un gran golpe en la mesa en la primera novillada de “Promesas de Nuestra Tierra”. El de Trujillo ha cuajado una inmensa faena al cuarto de la tarde, un bravo ejemplar de Fernando Peña premiado con la vuelta al ruedo.
Minuto de silencio en memoria de Iván Fandiño y Gregorio Sánchez (anunciado en las taquillas con un cartel).
Una tormenta nos recibió en Fuensalida como preludio a una apertura de cielos que hizo durísimo el festejo. Mucho mérito para actuantes y público ante las continuas tormentas que cayeron.
Abrió la tarde José Rojo ante un buen ejemplar de Peña con el que puso enorme disposición con el capote. Aarón replicó en quites en una muestra de la gran entrega de ambos. En la muleta, ante el diluvio, el novillero extremeño corrió bien la mano al natural pero faltó más ajuste. Dos tremendas volteretas, una por el pecho horrenda, no hicieron mella en un diestro que nunca se mira pero la espada se llevó el trofeo. SILENCIO tras atascarse con el verduguillo.
La mejor versión del torero llegó con el gran cuarto. A portagayola, decidido a reventar la tarde, salió ante el rugido del coso. Los quites, valientes, enardecieron a Fuensalida, que se entregó. Una faena perfectamente medida con toreo al natural con poso y al ralentí que tuvo la tremenda virtud del ajuste y del valor sazonado con mucha torería. Por el derecho la faena no bajó de intensidad pero un pinchazo pareció afear el conjunto. José, pura raza, se tiró a matar o morir cobrando una estocada fulminante que le otorgó el doble trofeo. DOS OREJAS.
Aarón ha enseñado hoy su versión más enrazada. Desde que se abrió de capote con el novillo de Rojo se le vio entregado. Su primero fue un animal que se dejó sin entrega con el que mandó con mucho poder y trazo largo. Se echó en falta el pellizco que atesora que solo mostró en breves pinceladas. La espada, más que defectuosa, dejó todo en OVACIÓN.
En el quinto tuvo voluntad y merece todo el respeto por su labor de oficio ante un diluvio. Muleteó con facilidad por ambas manos en una labor condicionada por el tiempo. Mató a la primera recibiendo UNA OREJA. Se retiró cojeando.
Álvaro Alarcón tuvo de cara el tiempo. Tras la gran tormenta con la que empezó el festejo el cielo dio una tregua en su labor. El de Torrijos, muy apoyado en esta vecina localidad, dejó un par de series de buen trazo por el pitón derecho que se fueron diluyendo en su falta de oficio. A medida que el de Peña se fue rajando el novillero fue perdiendo el acople. Mal con la espada, OVACIÓN.
En el sexto, de nuevo sin agua, no se acopló en una faena ante un buen novillo en la que faltó más experiencia y entrega. OREJA.
GRAN ALDABONAZO DE JOSÉ ROJO QUE APUNTA FUERTE EN EL CERTAMEN. VARIADA NOVILLADA DE PEÑA CONDICIONADA POR UN CLIMA HORRIBLE. AARÓN ENSEÑA SU VERSIÓN MÁS PODEROSA PERO A LA QUE LE FALTÓ LAS GOTAS DE INSPIRACIÓN. ALARCÓN, MUY NUEVO.