Jiménez Fortes “Si me pongo en el sitio que me pongo es porque lo busco, no porque no tenga consciencia”
Hablamos con el torero malagueño Saúl Jiménez Fortes, a corazón abierto con un torero que no necesita presentación pues hablando deja claro cómo ve y siente el toreo además de mostrar una personalidad realmente especial, arrolladora.
¿Por qué decide ser torero?
En mi casa no tengo realmente un recuerdo claro de la primera vez que vi toros o de cuando toreé. Formo parte de una familia taurina y desde que nací he estado alrededor del toro y de ganaderías. No tengo un recuerdo claro. Sé que crecí con la muleta en la mano y jugando al toro obsesionado con torear y ser torero. En esa época mi madre era profesora de la Escuela de Málaga y veía a los chavales entrenar mientras yo jugaba al toro.
Tuve un tiempo en el que se me pasó la afición y veía las corridas, pero no con mucho entusiasmo. En ese tiempo me dediqué a estudiar, a hacer otros deportes… De pronto un día se me despertó la afición cuando mi padre apoderó a un novillero de Extremadura, Roberto Gallardo. Empecé a ir a sus entrenamientos y tenía la ilusión de aprender a torear para poder disfrutar de mi hobby. Esa fue mi primera ilusión y luego me fui profesionalizando, esto te engancha. La sensación de la primera vez delante de un animal te engancha. Y hasta hoy..
¿Cómo se lo tomó su madre?
No me lo tomaba en serio. Al principio, lo veían venir al verme entrenar mucho, que me lo tomaba en serio. Mi padre me puso en Benalmádena con un becerro a matar mi primer novillo de luces pero todavía ellos sabían que esto es una carrera difícil y podía ser temporal. Según fue llegando la determinación me apoyaron y me aconsejaron.
Hablemos de su etapa de sin caballos
Veía que me costaba bastante trabajo existiendo alumnos más aventajados y con más facilidad que yo. La verdad es que me esforzaba por superarme y superarlos. Creo que eso destaco de una etapa en la que aprendí mucho y se me forjó el carácter, se definió mi personalidad y, sin haber ganado casi certámenes, sí que destacaba por mi concepto y personalidad. Hay veces que pienso en lo que decía y tenía claro lo que quería hacer y la forma de torear. A veces más claro que de matador.
Su personalidad es arrolladora, ¿cómo la definiría?
Me ilusionaba mucho el investigar. Realmente mucha parte de esa torpeza que se me veía como novillero sin caballos era porque me metía en problemas al no querer hacer caso a la técnica tradicional, a las enseñanzas del profesor y eso me llevaba a ser diferente, a romper las reglas y a no buscar ser uno más. Si este señor dice que no pasa el toro por ahí, sí que pasa, aunque a veces pasaba y otras no. Aprendí del comportamiento del animal, de las cercanías y de lo que yo quería hacer, a eso lo llamo mi personalidad. Yo realmente soy torero por la sensación que te da poder expresarte en la plaza cuando no hay nadie, cuando estás tu y el animal, ese abandono contigo mismo, no hay nada más. Esa magia me hace ser torero, poder expresar lo que siento. Luego llega todo lo demás, presiones y fracasos. Solo había romanticismo y eso lo añoro .
Habla usted de romanticismo, ¿por qué se le ha quitado?
Yo te he dicho que quería aprender a torear al disfrutar de mi hobby. Cuando mezclas lo profesional con lo artístico, lo mercantil con lo personal se pierde el romanticismo es algo casi inevitable al profesionalizarte. Uno tiene que luchar cada día por mantener esa parcela de donde nace tu afición intacta porque se puede contaminar. Ha habido momentos que tienes que seguir adelante y otras que piensas más y desvirtúas tu carrera pensando más en el triunfo que en el torero que quieres ser, olvidas para quién toreas Toreas para ti pero hay momentos que necesitas triunfar para el apoderado, para que pueda trabajar y eso no te satisface. Puedes caer en un bucle que no es el toreo para mí.
En una época en la que se valoran más las orejas que las sensaciones, ¿no es difícil de mantener esto?
Se priman las modas Se tira más a un toreo superficial en el que te exigen resultados sí o sí, da igual cómo sea, importa cuánto sea. Yo no lo vería mal si torear fuera una actividad deportiva en el que el triunfador fuera el que más triunfa de Valencia a Jaén gana la liga. No debe enfocarse a ser un deporte y si fuera a quién más se arrima, sería una actividad de riesgo, y hay otras con más riesgo que el toro como volar y escalar. No es una cuestión de riesgo es de expresarte como torero, lanzar mensaje, lanzar obra que ni tú sabes. En eso se debería encaminar el toreo aunque es difícil. Lo debemos aceptar los toreros primero, enseñar al público a premiar eso, pero se premian otras cosas.
Esa forma suya de interpretar el toreo ha provocado que gente le llamara kamikaze.
Se usaba mucho. Yo intento mantener mi concepto de pureza. La pureza es cuando mantienes la inocencia aún sabiendo herramientas para hacer otras cosas. Cuando tienes conocimientos es más difícil ser puro que cuando no los tienes. Cuando adquieres técnica no usarla es más difícil, eso es lo meritorio. El sentido de kamikaze es absurdo y cae por su propio peso. Hay quién cree que José Tomás no tiene técnica, opiniones hay, pero yo intento aislarme.
Como el riesgo puede a la técnica
Porque creo que haces algo con más calidad. Lo que expresas tiene más emoción, más quilates. Creo que para torear no es solo necesario dominar, debes sentir y mezclarte con el toro, abandonarte. La base de sentir es dejarte llevar por la emoción y dejar la lógica de la técnica de torear. Es difícil delante de un toro pero es lo más bonito, dejarte llevar por la afición, y así se llega a los tendidos. Para el toro que hoy sale no es tan fácil y necesitas técnica, dominar mucho la muleta y las embestidas. Para eso está la responsabilidad de asumir y absorber la técnica dejándote llevar, eso es lo que a mi me gustaría.
A base de cornadas tan fuertes, ¿cómo no dejarse llevar por el instinto de conservación?
Está ahí, lo notas mucho. Cuando empecé a prepararme para Vistalegre las primeras veces delante del animal el instinto estaba. Tuve que dominarme y entrenar mucho mentalmente porque fue muy fuerte para mi cabeza todo lo que pasé en tan poco tiempo. Había miedos ilógicos para un torero, el instinto está. Si me pongo en el sitio que me pongo es porque lo busco, no porque no tenga consciencia. Quiero pisar ese sitio porque el cuerpo me lo pide. Muchos toros embisten ahí, es mi forma de expresar el toreo. Mi familia me apoya y aguanta y hubiera sido fácil, tras lo vivido, haber rechazado mi profesión.
¿Y las cornadas de despacho?
Es un tema delicado, doloroso. Cuando uno elige llevar su profesión desde otro punto de vista -yo creo en la separación de poderes, el apoderado debe ser eso solo y no ganadero y empresario- rechazas muchas ofertas, pagas muchas facturas y lo ves injusto. Es una decisión de uno pero es una decisión que está en el lado opuesto de lo que ocurre hoy, puedes llegar a ser marginado. Creo en eso, creo en que el aficionado si va a la plaza y tengo partidarios para verme, la empresa quiere gente y ese debe ser mi objetivo para ganar mi guerra y para torear desde la independencia.
Es la única forma ya que de la otra manera hay toreros que interesan más que yo porque en los despachos interesan más. Las ferias son acotadas y entran los que entras Hay veces que no puedes estar por no haber dado los suficientes motivos o por que hay toreros más interesantes que yo, al margen de la plaza, por las relaciones que tienen. Hay cosas que no deberían ocurrir.
Esto, aunque duro, no lo uso como excusa ya que pienso más en los toros que quizás no cuajé.
¿Todo pasa por Madrid?
Sí, sin duda. Mi carrera está en un punto en el que puede ser un punto de inflexión o decadencia. Es un momento en el que un año decisivo en mi carrera y como todo lo que ocurre Madrid expresa mucho. Estoy contento de ir dos tardes con ganaderías de mucha fe para mí y también tengo fe en mí. Madrid es determinante para todos los toreros pero más cuando no tienes la temporada hecha.
Su enfermedad, epilepsia, ha sido tratada por gente de malas maneras y casi más para tratar de señalar que usted no podía torear, algo que no se sostiene como se ve en las tardes de triunfo. ¿Cómo lleva el uso de algunos de su enfermedad en vez de resaltar el mérito de superarla dando ejemplo a quién la sufre?
No se nombra enfermedad ni sintamotología, es un rumor creado. Me he visto torpe y lo entiendo. Lo entiendo, pero eso ocurrió en 2014 y estamos en 2107, ha pasado suficiente tiempo, pasamos página. En eso influyen cantidad de factores como la preparación.Yo he entrenado para mi coordinación y me ha ayudado a mejorar. Si quizás no hubiera tenido esa dificultad no estaría como estoy, que es superior a lo que tenía y a lo normal.
Yo tengo epilepsia pero no afecta a la coordinación. No me importa, me da igual, solo he trabajado en mi condición física. En algún momento no fue adecuada, a veces me ha perjudicado, es un tema neuronal, hay veces que tus reflejos se dañan. Es un tema puntual de tres días en mi carrera, sin importancia. Ha habido otras tardes que no se ha notado.
Lo he dicho por poner nombre a la enfermedad que decían y por no ocultar nada. No tengo episodio alguno. A nivel físico no me afecta para nada, psicológico tampoco… A nivel mental, si tengo crisis, puedo estar más cansado y tener menos coordinación. He toreado después de crisis, algunas tardes contadas.
En Pamplona se me acercó una chica antes de torear y me abrazó, me habló que yo en su familia era como un hermano porque muchos días comiendo estaba yo porque ella sufría la enfermedad y tomaba casi la misma medicina que yo. A ella le condicionaba su enfermedad y me dijo que yo era un apoyo grandísimo. Es bonito que te lo digan. El hacer algo tan negativo de algo positivo es tan triste.
¿Cómo lleva lo de ya no ser una novedad siendo tan joven?
Es ley de vida. En las Olimpiadas con 27 años te han retirado en disciplinas como gimnasia rítmica, el toreo es así. Sabes que puedes estar x tiempo y es sano. Es la época del toreo en el que los toreros más duran, la forma de vida es otra y las circunstancias eran otras. Hace 50 años una figura del toreo podía retirarse con pocos años de alternativa y ahora es otra cosa. Con facultades, ¿cómo te quitas? Tienes que estar a máxima intensidad y duras si interesas. Si ven a joven apretando es lógico que se fijen en ellos. Ese trato le tuve yo y ahora entiendo que la tenga otro. Ahora entiendo que me exijan más y es necesario. Me gustaría que me siguieran exigiendo y que tenga la presión dentro de 5 años de no poder dar lo mismo que este año, dar más. Es ley de vida.
¿Cómo tienes esa fortaleza?
Es una profesión muy vanidosa que cuando triunfas tienes mucha gente y cuando no salen las cosas te encuentras solo. Eso lo voy asumiendo más, yo intento olvidar, refugiarme en mí. Es una ventaja el tener diálogo conmigo mismo, me refugio en mi familia buscando seguir luchando, vivir. Tienen más merito que yo personas anónimas y luchan. Ves gente anónima en el hospital luchando contra una enfermedad años, mucha gente lucha, es ir viviendo.
Impresionante y apasionante entrevista. Llena de verdad y de busqueda de lo sublime. Personalmente es el torero que mas me ilusiona ver. Quiero vivir el mágico momento que espera a Fortes que sin duda va a llegar
Interesante artículo que pone de manifiesto que el matador tiene otra percepción distinta de la vida en la que la determinación, la pasión y la búsqueda de sensaciones profundas conforman su estilo de vida: ser torero.
Deseando verte en acción esta temporada, más verdad hay en la estupenda entrevista y en tu tauromaquía que en la mayoría de farsantes de tres al cuarto.
De la interesante entrevista, saco unas palabras justas y de gran verdad.
El apoderado debe ser solo eso y no ganadero y empresario.