Honor y gloria al TOREO (Crónica Las Ventas 2 Mayo)
A estas horas ya no se puede juzgar lo vivido en la Plaza de Las Ventas durante su tradicional corrida goyesca. En frío ya no sabe igual pero la sonrisa de orgullo todavía no se ha borrado de la boca. Lo que Madrid ha visto hoy no se olvidará en muchísimo tiempo.
Abrió la tarde Iván Vicente con un gran toro de Joselito que, aunque acudió de largo al caballo buscó excusas, dio un gran juego en la muleta. El madrileño dejó grandes momentos con el capote y calentó Madrid por momentos con un toreo clásico. Tras ligar una gran tanda al natural se equivocó con un pase de las flores a destiempo y que fue preludio de elegir el pitón equivocado. La faena decayó sin remedio quedándose en la tierra de nadie que separa la corrección con detalles del salto a las ferias. VUELTA tras petición y una gran oportunidad perdida.
En el cuarto mostró de nuevo que tiene capacidad y buen corte pero que la línea que separa lo bueno de lo sublime no es pisada por el torero. El de Joselito tampoco dejó gran gloria a la casa en un trasteo bien rematado con la espada pero sin historia. OVACIÓN.
Javier Cortés mostró desde el quite al toro de Iván Vicente que hoy venía a reventar Madrid. Quieto, torero y con la firme propuesta de dejarse el alma. En su primero, a menos, dio una auténtica lección ante la nada con firmeza, gran colocación y muchísimo valor. Ligó pases que nadie veía sobre la base de jugarse la vida y Madrid le respetó. Solo la espada afeó un gran aviso. SILENCIO.
En el quinto, un tren, dejó una faena ya en el recuerdo. Con un valor tremendo sobre la base de un toreo de enorme pureza fue ligando la emoción con un Madrid roto de emoción. Los olés se convirtieron en rugidos con el espada toreando como muy pocos se atreven ni a soñar. Emoción pura, locura hasta la cogida. Visiblemente herido se puso delante para ligar otras dos tandas a cuerpo entregado con la plaza en pie. Sin tenerse, metió la espada como pudo y Madrid reventó cuando el toro cayó. Se pidieron las dos orejas que en emoción fueron indiscutibles salvo para un presidente de cabeza fría. OREJA de billete a las oportunidades que se le están quitando y de las que nos están privando.
Gonzalo Caballero saltó a la arena con una enorme presión tras pedir lo suyo. En su primero poco pudo hacer con un toro parado al que dejó una templada labor con firmeza pero sin enemigo. Los pitos al toro, constantes, impidieron cualquier atisbo de faena.
En el sexto, el del todo o nada, fue cogido por un error en un quite. La caída fue muy fea pero se repuso volviendo de la enfermería con la plaza entregada a su enésima demostración de valor. La faena fue a menos de la mano del toro y de su disminución de facultades en una tarde en la que, sin ser su mejor labor, salió vivo de un durísimo desafío. Su gesto de valor y orgullo salvó el peso de la presión que pareció atenazarle, lógicamente, en algunos momentos. OVACIÓN y gran respeto de la primera plaza del mundo.
TARDE DE ENORME EMOCIÓN EN MADRID CON INTERESANTES TOROS DE JOSELITO Y UN COLOSAL JAVIER CORTÉS. FAENA PARA EL RECUERDO POR EL PESO DE LA EMOCIÓN. CABALLERO SALVA CON SU CORAJE UNA TARDE DE ENORME PRESIÓN.
Nos marchamos de la plaza admirando a los toreros, felices y agradecidos a la honra de los TOREROS.