Hablamos de toros con Manolo Lozano.
Hoy vamos a disfrutar y aprender con un taurino de los que ya escasean. Manolo Lozano lleva toda su vida viviendo el toreo hasta convertirse en una auténtica enciclopedia con la que aprender y deleitarse. Una persona encantadora de trato amable.
Don Manuel, hablemos de toros.
Todo depende con el cristal con el que mires y el mío, quizás, ya tenga un punto de nostalgia. Viví el toreo de los años cuarenta y siempre lo primero que ves es lo que más te gusta. Por aquel entonces el ambiente era distinto. El toreo no es solo lo que sucede en la plaza. Los entrebastidores del toreo tienen su encanto. Han desaparecido las tertulias, el ir a escuchar a los toreros retirados que iban a un lugar determinado con sus amigos como Lalanda en La Campana, Domingo Ortega en Richelieu, Dominguin en Cervecería alemana, Bienvenida en General Mola… Los jóvenes aficionados íbamos allí a escuchar a esos genios del torero, y te hacías más que viendo una corrida de toros.
¿Qué se aprende con esos monstruos?
Todo lo que yo escuchaba entonces han sido conversaciones que han sido edificantes, positivas y sabias. Lalanda, por ejemplo, fue sabio de matador y tan sabio como apoderado de los Vázquez, Dominguín, Cintrón… El tio Domingo como le llamábamos le dijo:
– Marcial, “ahí te mando este potro rebelde a ver si me le domas”.
Al año y medio le había metido en cintura. Quién le domesticó el ímpetu irrefrenable fue Marcial Lalanda, fue un grandioso apoderado.
Hablemos de su infancia.
Yo viví de niño el toreo. Mi abuelo Martín Alonso y su hermano eran dueños de lo de Duque de Veragua. En 1930 nací y la casa de mis padres era vecina de la de mi abuelo separada solo por una puerta. En el patio, bajo la parra de mi abuelo, oía las tertulias de sus hermanos, sus sobrinos…
Oía hablar sobre la ganadería de Veragua y, tras venderla, sobre la de Sotomayor que era mejor que Veragua. Lo de Veragua tiraba a tablas como es ejemplo la cogida a Granero. La de Sotomayor lidió en 1935 una corrida en Madrid para Lorenzo Garza, Armillita, Curro Caro y De la Serna en la que cortaron ocho orejas y dos rabos.
La recomendación de Marcial a mi abuelo de vender el hierro que tiene Juan Pedro de Veragua y comprar Sotomayor fue un acierto. De nada sirvió todo porque en el año 36, como hubiera pasado con lo de Veragua, se vio afectada por la guerra. Cuando la toma del Alcázar, batalla dura y larga, muchos militares tenían que comer. Tras comer las ovejas, vacas y cerdos se tiraron a lo que había y acabaron con la ganadería de Sotomayor que era la mejor que había.
Usted se cría con su abuelo
Con 3 años pasé de casa de mis padres a casa de mi abuelo. Mi abuelo solo había tenido hijas: Eloisa y Carmen que le dijeron a Margarita, mi madre:
– Dile a Manolito, que es el mayor, que pase a esta casa y vivamos juntos.
Mi abuelo la convenció para pasar a su casa y, yo como todos los niños, prefería estar con mis abuelos. Por un tabique cambió mi vida. Viví con mi abuelo hasta su muerte y mi tía falleció, ya muy mayor, hace relativamente poco. Es esta circunstancia la que generó que estuviera separado de mis hermanos al vivir con mis abuelos y no con mis padres.
Vivía las tertulias que giraban sobre ganaderías, toros y toreros. Marcial Lalanda, Domingo Ortega y otros amigos de mi abuelo formaban dichas conversaciones. Cuando Marcial se corta la coleta el 18 de octubre de 1942 en Las Ventas con Pepe Luis y la confirmación de Juan Mari Pérez Tabernero -fue cogido y quedó mano a mano- le llevaron a hombros hasta el hotel Florida de la plaza de Callao.
Allí fuimos, con la muchedumbre, hasta el hotel. Al salir de la ducha Marcial con un albornoz, lo estoy viendo ahora mismo, mi abuelo le dijo:
– ¿Te has despedido?
– Sí.
– Haces mal porque en Alameda mataste tu primer becerro y si no te despides haces mal.
– Si lo organizas el domingo que viene voy. Si no, ya estoy retirado.
Se organizo el festival que salió en el NODO y lo han pasado en televisión española. Ahí toreó por ultima vez, de corto y en Alameda. Ese favor le pidió mi abuelo porque a Marcial le seguían desde mi pueblo a las plazas cercanas como Madrid, Toledo y Aranjuez. No quedaba ni el alguacil en el pueblo, todos eran de Marcial. Sin embargo, Borox que está a cinco kilómetros, al contrario porque eran de Domingo Ortega.
Una gran rivalidad
Sí, date cuenta que estamos sin música en Madrid por su “culpa”. La banda tocó Marcial cuando Domingo toreaba y ya tenía su precioso pasodoble. El director era lalandista y le tocó el de Marcial, formándose una guerra que hizo que la autoridad ya no dejase tocar más. Ahora nos tenemos que contentar con oir música entre toro y toro.
¿Usted de quién era?
De los dos, cada uno en su estilo. Marcial era un poco gallista, él había sido admirador de Joselito. A veces se le ve toreando de puntillas como toreaban hasta Belmonte. Domingo Ortega tomó la alternativa nueve años después que Marcial -1921 y 1930- y ya Belmonte había marcado las nuevas normas que cambiaron a los toreros.
Belmonte fue precursor de la edad de oro pero la de plata no tuvo nada que desmerecer basándose en Belmonte. De la Serna, Chicuelo, Féliz Rodríguez… Félix murió muy joven pero todos los toreros, Marcial y Domingo, le consideraban el mejor. Yo tengo fotos de Francisco Vega de los Reyes y se le ve el pico del capote asomando por la entrepierna. Eso quiere decir que toreaba muy bien ya que con esos brazos tan largos toreaba muy ajustado al enseñar muy poco capote.
La edad de plata fueron ocho o diez toreros que toreaban a cual mejor.
Tras él, Manolete.
Cambió todo. La personalidad que tuvo ha sido única. La quietud era asombrosa, de ahí vienen los estatuarios. Él en sí era una estatua ante el toro.
¿Se toreaba mejor con Manolete o antes?
Ha ido todo como la vida, progresando. Ahora dentro de lo que cabe se torea mejor. Antes eran los toros más ágiles, más repetidores. El toro de ahora es más regordío y con dos carreras debe citarle el torero tres veces para arrancarse una. El sobrepeso del toro es el aburrimiento de espectáculo.
En ese ambiente usted decide ser torero.
Mi hermano Pablo se escapó con 12 años de los frailes de Toledo. Aprendiamos a torear con él, en un belador de mármol que tenía mi padre y en el que extendíamos “El Ruedo” e imitábamos el natural de Parritaa, el circular de Dominguín, la verónica a pies juntos de Cabré y Pepe Luis… Así nos fuimos aficionando. Mi padre era de Majadahonda y le destinaron a Toledo, a la ganadería. Mi padre nos inculcó la afición y recuerdo como iba por las carreteras que eran muy malas. Si iban a 70 por hora los médicos decían que no fueran así que les podía dar un vahído.
Hablemos de su época de novillero.
Fui una anécdota en el toreo, no me considero torero. Toreé muchos festivales, no muchas novilladas picadas. Sin picar entre festivales y novilladas maté más de 350. Debuté con picadores con 360 novillos sin picar. Manolo Bienvenida, el mayor de los Bienvenida, con tres novilladas picadas tomó la porque el papa negro le hizo muchas sin picar porque se hacían muchas y pagaban bien los Ayuntamientos.
En el 52-53 nos gustaban muchos los caballos, era un signo muy torero. Ahora el Mercedes y la finca. El ir en caballo llamaba la atención y era buen ejercicio montar y el frontón. No había televisión y no había más deportes que correr y saltar a la comba como hacian los Bienvenidas en General Mola y mucho campo a caballo y frontón a mano. Con eso los toreros estaban en forma. Luis Miguel, su madre Doña Gracia había sido pelotari, aprendió como sus hermanos ya que su madre les enseñó a jugar al frontón.
Hablemos de su debut con caballos.
Mi debut fue en 1957 el 25 de julio. Corté cuatro y rabo en Aranjuez. A la segunda novillada en Toledo me dio dos cornadas perdiendo 5 -6 festejos que me habían salido tras el éxito de Aranjuez. Reaparecí en septiembre, recibí otra cornada en Andújar y toreé muy poco.
Me desengañé enseguida y desde 1961, cuando volvió Pablo de México, me hice apoderado. En 1963 me hice cargo de Vicente Punzón -torero de Consuegra-.
En 1963 me hice con Aranjuez el viejo Balañá vino a verme. Humildemente me pidió que entrase en sociedad en Aranjuez. Me alegré muchísimo cuando me dijo delante de Curro Caro y de Matilla el viejo:
– ¿Me quieres de socio?
– Con usted al fin del mundo.
Cogimos Segovia y cuatro más. Al año siguiente de su fallecimiento ibamos a ir a Málaga y Albacete. Me dijo que de cuatro iríamos a cuarenta. Al morir el viejo seguí con su hijo, que está vivo con 93 años, estando con la casa veinte años.
Esa amistad me sirvió para ayudar a mis toreros al darse más corridas en Barcelona que en Madrid e, incluso, también en Mallorca. Fui apoderado de dos o tres toreros porque me dijo Balañá que tenía que llegar a setenta. Si era con una figura vale, pero si no, que cogiera los necesarios para llegar a esa cifra. a 70. Seguí el consejo de Don Pedro y con dos o tres llegué a esa cifra. Tuve su ayuda inapreciable porque sabían mis toreros que eran fijos en las de Balañá. Curro Girón, José Fuentes, Juan José. Le debo mucho a la casa Balañá.
¿Cómo era el abuelo Matilla?
Era el que se encargaba de comprar los toros a Balañá en Salamanca El veedor de Despañaperros para arriba era Don Teodoro García Sanchón, Matilla de apodo. Era un conocedor del toro a la legua. A Teodoro Matilla, le tenía Don Pedro para comprar las corridas de Salamanca y aquí de las fincas de Madrid. Todas las ganaderías de la Sierra como Ibán, Perez Tabernero, Pinohermoso. Era un conocedor del toro ejemplar. En Andalucía era Fatigón al que tenían los Balañá. Padre de Paquito Casado que formó pareja con Pepe Luis Vázquez de novillero hasta su alternativa.
¿Qué le empuja a usted a tomar la alternativa?
Me empujó El Cordobés. En el 1970 me quedé con Tánger y daba una cada dos domingos. La ultima era el 4 de octubre. Benítez tenía las fechas comprometidas. Cuando fui al hotel, delante de mi amigo Balañá a cerrar, me dijo:
– “No, no, no voy a torear”.
– Ya te he anunciado, ¿cómo me vas a hacer esa faena?
A Manuel no le convencía quién vivía allí.
– Vaya faena me haces, es una ciudad internacional.
De repente, rectifica.
– Voy desinteresadamente pero con la única condición de darte la alternativa ya que sé que estuviste anunciado y no la tomaste.
Me lo dijo dos meses antes de la fecha y tenía tiempo para prepararme, ¿cómo no iba a aceptar teniendo gratis al torero más caro? Acepté y tuve la misma suerte de Aranjuez al llevarme el mejor lote y corté 4 orejas y rabo igual que en Tánger. Fueron de Galache, se toreaban solitos y corté 4 orejas y rabo. Se las cortaron solos por buenos y repetidores que salían con ellas cortadas.
¿Tuvo tentación de alguna más?
Por la noche había una fiesta en el Consulado. Con la copa de whisky en la mano me dijo Benitez que torearía con él 15 o 20. Le dije que no, que me retiraba y así fue.
¿Ha cambiado mucho el toreo?
Ha cambiado el toro, ¿cómo no va a cambiar el toreo? Tengo los pesos de los 70 de Bilbao y Pamplona y no llegaban a 500 kilos. Ahora salen así en cualquier pueblo, eso cambia todo.
¿Y los empresarios?
Antes tenían nombres y apellidos, ahora se anuncian con siglas. Sabiamos que plazas tenían los Chopera, Balañá… Eran media docena de empresarios que acaparaban las principales plazas. A Livinio no se le ha hecho justicia tas inventar Otoño y San Isidro. Nunca puso la condición de para conservar San Isidro comprar otoño.
¿Ha cambiado la forma de contratar?
Con el Internet y el móvil para qué queremos más. Me gustaba más la contratación de antes en la mesa de un café. El tira y afloja lógico en cualquier trato. Había más gracia en ese diálogo entre apoderado y empresario, había más diálogo. Ahora no hay diálogo. Yo no quiero poner internet y hablan de un virus. Eso del virus me estremece (risas).
¿Acusa el toreo el que los empresarios hayan perdido poder en favor de los toreros?
¿Qué empresarios tenían más poder que Manolete o Benítez? Cuando salía un fenómeno se llamase como se llamase mandaban en la fiesta. A lo mejor no hay ninguna con esa fuerza. Tienen fuerza 4-5-6 pero uno solo mandar como Manolete o Cordobés no hay ahora.
¿Se televisan demasiadas corridas de toros?
Excepcionalmente, sí. Se televisan ya excesivamente. Antes TVE exisitia sola como emisora nacional, sin ser de pago. Cuando El Cordobés se televisaban 24-25 corridas, nada más. Se emitía en distintas plazas y tenía una fuerza grande la televisión.
Cuando daban a El Cordobés los taxistas no trabajaban o paraban las horas del festejo. Ahora la gente ve la televisión en los bares y están hablando, no atienden a lo que pasa, ni comentan de toros aunque se esté proyectando la corrida. Se ha perdido la afición porque con tanta televisión… Tras San Isidro se ve las entradas. Antes de San Isidro se llenó Illescas en Abril. Brihuega cambió a junio y, yendo tras San Isidro, se notó en la entrada.
Hay que ver las entradas de San Fernando o el Corpus, poca gente. Eso demuestra que la gente, tras San Isidro que no es una feria divertida, queda saturada.
¿Por qué no se dan novilladas?
A los novilleros no se les promociona. Si salieran las novilladas en televisión simplemente en los telediarios dando el resultado como en el fúbol ayudaría. Yo le di 7 festivales y el debut a Palomo, llenaban al salir en la televisión y el que no sale en televisión no existe. Y los toros no salen, están discriminados. Había que ayudar a los novilleros.
¿Es Morante y su apoderamiento la despedida soñada?
Ha sido muy emotivo porque he sido muy seguidor suyo, él lo sabe.No tenía ningún interés económico, era partidario de él. Morante es inteligente y vio que solo quería entusiasmarme con él, que no buscaba nada más. Cuando me llamó de sopetón me llevé una gran sorpresa.
– Manuel, ¿me quieres apoderar?
Yo reaccioné de inmediato.
– ¿Qué si te quiero apoderar? Te lo voy a bordar.
Espero que mi último trabajo sea con Morante en una temporada corta..
¿Es usted el espíritu libre de la casa Lozano?
Yo soy el pobre. No tengo fincas, no tengo ganaderías. Tengo clase media en un piso de Majadahonda. En el termino medio está la virtud, no la mediocridad.