Hablamos con María José Majeroni (Castillejo de Huebra) “Si un animal no ha funcionado en el caballo, para mí no es bravo”.
Nos marchamos hasta Salamanca para conocer cómo está viviendo el año de la pandemia un hierro peculiar que se ha situado en los primeros lugares entre los ganaderos. Con María José Majeroni conocemos un poco más Castillejo de Huebra, encaste propio. Un hierro bravo que se parece a su ganadera, quién transmite en cada una de sus palabras firmeza y defensa a ultranza de la bravura cómo garante de la supervivencia de la Fiesta.
¿Cómo está viviendo lo que estamos pasando con el COVID?
Se está pasando una temporada muy traumática, nosotros teníamos colocadas las siete corridas de toros y las dos novilladas que íbamos a lidiar este año. Empezábamos en abril con una corrida en Tomelloso y acabábamos en octubre en el Zapato de Oro de Arnedo. Todos se ha ido cancelando y lo único que lidiaremos será simbólico.
¿Duele más al haber situado al hierro tan arriba?
Claramente sí, estamos trabajando con mucha ilusión y afición. Lo que quieres es que la gente vea los resultados en la plaza cómo lo estamos viendo en el campo. Este frenazo tan grande hace que, a lo mejor, tengamos que empezar de nuevo.
¿Ha tenido que mandar mucho al matadero?
Todo lo que hemos matado lo hemos toreado en casa y hemos mandado al matadero los que se han ido estropeando: al que se le ha partido un pitón, al que se ha dañado en un ojo… pero también los hemos visto en casa.
Me decía que tenía toda la camada vendida.
Sí, todos los años la vamos vendiendo. Nosotros la llevamos tiempo vendiendo entera, no con la celeridad de este año ni con la de otras ganaderías, pero los toreros van confiando en ella, los empresarios también y es apetecible porque es algo distinto.
¿Cómo ha logrado alcanzar cotas tan altas el hierro?
Mi padre había trabajado mucho ya en ello. Nosotros tenemos la ganadería desde 1987, lo que es el encaste, y estaba trabajando mucho, lo que pasa es que estábamos en otro circuito que era el de rejones. Mi padre fallece en 2014 y nosotros decidimos que queríamos que la gente viese la embestida de Castillejo a pie porque siempre ha sido una ganadería de a pie y de toreros importantes. La verdadera lucha fue situarla así de bien pero, poco a poco, la gente ha ido confiando. No es lo mismo situarla en un circuito que en otro.
La gente ha visto que funcionaban bien, que tenía ritmo, que humillaba y que tenían fuerza, pensaban ellos que se iba a caer pero no ha sido así. A medida que se ha ido lidiando y que la gente ha visto que funcionan, se van sumando a ella.
El cambio de circuito de rejones al de a pie, ¿supuso alguna modificación en la ganadería o fue un cambio directo?
Fue seleccionando. En los últimos tiempos de mi padre la selección era más dura y buscando más la bravura. Lo que hemos hecho ha sido cambiar el mercado, acercándonos al circuito de a pie. La ofrecíamos para que los empresarios confiaran y empezamos con novilladas que nos han abierto el camino. Luego en corridas que no eran de plazas de primera que salieron buenas y el boca a boca, que funciona muy bien en el toro, ayudó. Han ido viendo que la ganadería embiste bien, tiene mucha clase y es brava. El boca a boca de los profesionales nos ha ayudado mucho.
Cuando la ganadería está situada en el mundo del caballo y pasa a la lidia a pie, ¿cuesta que confíen en ella?
Sí cuesta, sí. En el año 2014, que fallece mi padre, hubo muchos empresarios preguntando que si queríamos ir a varias plazas de primera o segunda para rejones y hemos dicho que no yendo a plazas de menor categoría pero a pie. Lo importante ha sido, insisto, el boca a boca.
Al Murube se le achaca la falta de humillación y la falta de fuerzas cómo decía usted, eso ya lo tenían corregido antes del paso a pie.
Sí, es más, en el mundo del rejoneo nos consideraban muy bravos. En el circuito a pie es dónde más se ve la humillación y nuestro momento en ese tema es espléndido.
¿Se cambia por un tema económico de circuito?
No, en este momento somos la única ganadería de Murube que lidia todo a pie. Es un esfuerzo que hacemos en favor del mundo taurino. Es una apuesta personal para que el público de a pie vea otra variedad de encastes, en este caso el de Castillejo. Para nosotros hubiera sido muy cómodo seguir como estábamos porque, antes del cambio, había empresarios que nos llamaban para plazas de primera y segunda en ferias para rejones pero hemos optado por la lidia a pie en plazas de menor categoría y por menos dinero. No es un cambio económico, es una apuesta personal en favor de la variedad en el toro.
Es probable que el toro de Murube hubiera desaparecido para pie.
En 2014 lidiamos en Mont de Marsan, Castellano, Saint Marie de la Mer para rejones pero nos fuimos abriendo el camino de la lidia a pie, no fue un cambio radical ni renegamos de ese mercado pero tenemos claro hacia dónde ir.
¿Qué tiene de particular el toro de Murube?
No sé si el toro de Murube o el de Castillejo, te hablaría del toro de Castillejo.
¿Considera que ya podemos hablar de encaste propio?
Sí, tiene más pitones y más acucharados que cualquier ganadería de Murube, tiene más duración hasta el punto que sobrepasa a otras y tiene, sobre todo, muchísima humillación y recorrido. Una cosa característica de la casa es que los toros se vienen arriba, es un punto importante a la hora de lidiar, la faena debe ir a más, no a menos.
¿Esa diferenciación se logra sólo a base de selección?
Sí, llega un momento en el que los toros se parecen a sus dueños. Todos los ganaderos queremos un toro bravo pero cada ganadero tiene un concepto de bravura distinto, cada uno seleccionamos según nuestros gustos.
Pero es un proceso largo separarse del encaste original.
Sí, yo siempre estuve con mi padre y cada una de las decisiones las tomábamos conjuntamente en la plaza de tientas, que es nuestra alquimia. El toreo va cambiando, no es igual en los 80-90 que ahora y hay que irse adaptando a aquello que le gusta al público. Hubo una época en que se apostó por el toro artista y ahora se busca más la emoción. Es esencial que no se pierda le emoción en el ruedo y la sensación de que el torero está haciendo algo que los demás no podemos hacer.
Ese toro bravo no siempre convence a las figuras. ¿Cómo conjugarlo?
Una cosa es un toro bravo que no pierde la calidad y otra es un toro que pegue bocados, no le buscamos, que se parecería más a un moruchón. Nosotros buscamos un toro con clase, con ritmo, con recorrido y con humillación, eso consideramos que es la bravura y eso llega al público. No queremos la movilidad sólo, vemos que muchos ganaderos buscan eso, queremos que la movilidad venga acompañada por entrega, que quiera coger la muleta, que tenga recorrido, que llegue hasta el final.
Ha sido una apuesta personal que las figuras vengan a casa a tentaderos. Lógicamente si le ofrecen un hierro que no conocen pueden decir que no lo quieren pero si han pasado por tu casa y han visto el tipo de embestidas de tus becerras eso ha ayudado a que no desconozcan el toro de Castillejo, les guste y acepten las corridas.
¿En qué punto del toro buscado está?
El toro 10 no le vamos a encontrar nunca pero creo que estamos bastante cerca. Si te digo de nota, un 7.5 pero nos gusta apostar por algo más, nos gusta tener la ilusión de querer mejorar todo pero, cómo le digo, el toro 10 no le encuentras nunca.
¿Se puede vivir sólo del toro bravo?
En este momento, no. Nosotros pertenecemos a una familia ganadera que no sólo tiene toros de lidia, tenemos otros campos y, lógicamente, compartes. Del toro bravo, sobre todo en 2020, no porque vas a tener los mismos gastos pero no vas a ingresar nunca. La gente no sabe que los ingresos de las corridas mantiene no sólo los gastos de los que se lidian sino del resto de camada, añojos y añojas, erales, utreros, las madres de los que lidias y todos los animales que se van perdiendo por el camino: el que perdió un ojo, el que se partión un pitón. Tienes que mantener también a tus trabajadores y este año tenemos los mismos gastos pero cero ingresos.
Cuando se suspendió Tomelloso en abril se pensó que se darían corridas desde julio cómo sí ha pasado en Francia y Portugal, aquí hay un tinte político. Al pensar que vas a lidiar en verano mantienes los toros porque no van a llegar a por las corridas y tú no las vas a tener sin preparar. Los gastos no han parado de crecer.
¿Todo este gasto le mantienen sin ayuda de nadie?
La Junta de Castilla y León ha ofrecido unas ayudas, muy loables, que no han llegado y que no dan ni para el precio de dos camiones de tacos. Es la misma ayuda para ganaderos de 20 corridas de toros que para ganaderos de 1 novillada. Habría que haberlo hecho de forma más equilibrada, haber prorrateado según los ingresos del año pasado. Con las ayudas prometidas no llega ni al precio de un toro.
¿No cree que falta unión para crear un lobby más fuerte?
El mundo taurino, aunque tenga fama de ser un mundo agresivo, es lo contrario. Cuando tú vas a la plaza te encuentras al verdadero lobby organizado que te insulta y el toreo siempre pone la otra mejilla. Es un mundo muy sufrido que se adapta a las circunstancias y las de ahora nos habrían obligado a levantarnos con una voz pero no se ha hecho.
¿Cree que se hará?
Espero que sí pero espero con esperanza.
¿Cómo vaticina 2021?
Nadie tenemos la bola del futuro pero es una cuestión meramente política. Los políticos nos han dicho que no están por la labor del toro, no me lo invento. El mundo del toro ayuda a muchos otros sectores del mundo rural fijando su población: tenemos herreros, camioneros, piensos, forraje, maquinaria agrícola, los hoteles, los restaurantes, las tiendas… El mundo taurino arrastra a un público que se gasta el dinero. Es un turismo de categoría y de calidad. Todas estas cosas tenía que verlas el mundo político porque el toro, siendo un tema cultural, soporta un 21% de IVA frente a otras manifestaciones culturales que sólo aportan el 10%.
Espero con esperanza que el tema cambie porque, posiblemente, habrá una vacuna, porque los políticos que estén reconocerán que el mundo taurino es un bastión importante en el mundo rural y espero que el problema de este año no lo tengamos en 2021 porque si se arrastra van a caer muchas ganaderías y profesionales.
Cuando me habla de políticos más partidarios se supone que la Junta de Castilla y León (PP) lo es y no hace nada.
Se supone que lo era pero lo puede ser más. No sé si es porque no gobiernan solos o por qué pero se podía hacer bastante más.
¿No llega a desesperar que tanto trabajo no tiene apoyo político ni un lobby que le defienda?
Desespera bastante y desilusiona. Estamos en un momento en el que tenemos mucha ilusión y mientras podamos tirar para adelante, seguiremos luchando.
¿Por qué siempre se pide al ganadero romanticismo?
Porque es una profesión de románticos. Es una profesión que te entra el gusanillo y una rama artística, aunque no se le reconozca, porque creamos nuestro propio toro. Al artista no le puedes pedir tratos económicos hasta un límite, no puedes querer que no puedas dar de comer a tus hijos pero el punto de romanticismo del artista está. Esto es una empresa y los datos económicos deben salir porque si pierdes todos los años, no subsistes.
Ahí iba yo. Todos viven del toro pero al ganadero se le pide que aguante por romanticismo.
Todo depende de la ilusión de cada ganadero y de su situación económica. Lógicamente no se puede pedir más de lo debido porque las asfixias. Si el año que viene no se dan corridas de toros auguro un mal futuro a la fiesta porque sin toro, no hay fiesta. Igual que sin públicos o toreros no la hay.
Este año los ganaderos están haciendo un esfuerzo lidiando a precios de matadero.
Es una vergüenza absoluta que haya ganaderos que lidien a precios de matadero o poco más por ayudar a la Fiesta o por el tema de ver sus toros aunque tú los puedes ver en tu plaza. Se están apretando el cinturón para que la fiesta no decaiga.
Siempre se aprietan el cinturón los mismos.
Siempre.
Voy terminando, hablemos del indulto.
Para mí el indulto es una cosa buena siempre que se haga con categoría cómo todo lo que se haga en la plaza. No sirve porque se lidien menos corridas y tengamos mucha ancha que indultemos cualquier cosa. El indulto es lo máximo, es reconocer al toro que se ha ganado la vida en el ruedo. Tiene que existir porque si no existiera sería cómo que no hubiera triunfos para el torero. Debe ser lo mejor de lo mejor, no a cualquier precio.
Compañeros suyos separarían el indulto de padrear.
Hay determinados indultos con toros que no lo merecen. Un toro para ser indultado, para mí, debe ser bueno en los tres tercios, que no haga nada feo, que se crezca en el castigo y antes le dije que el toro 10 es muy difícil de tener. Depende todo de las exigencias de cada ganadero.
Juan Ignacio Pérez-Tabernero dijo que entendía esto pero que él no iba a decir que no cuando el público pidiera el indulto, por tema de marketing.
Claramente que es un tema de marketing, al torero y al ganadero les da prestigio y publicidad. El tema es si se lo vas a echar a sus vacas o no.
¿Usted sin padrear no lo haría?
No, una vuelta al ruedo es muy prestigioso.
Me ha citado al caballo, ¿qué importancia le da en la selección?
Mucha. En Castillejo lo que hacen en el caballo lo hacen igual en la muleta. En el caballo es dónde mejor se ve la bravura de un toro. Crecerse en el castigo es volverse galopando hacia un picador que le hace daño con la puya y ahí se mide y ve la bravura. En la muleta se mide la bravura y la calidad.
Es esencial, si un animal no ha funcionado en el caballo, para mí no es bravo.
Me queda claro que su concepto ganadero pasa por la bravura.
Sin público no habría Fiesta. Sin gente que va a los toros y pasa por taquilla para ver cómo un señor se juega la vida, no habría Fiesta. Serían festejos privados entre risas en la casa de uno pero la Fiesta estaría devaluada. El público es esencial y gracias a su exigencia el ganadero no pierde su prestigio llevando una corrida mal presentada, sin bravura… Un torero sin exigencias no sería igual.
Acabo. Han colgado fotos de un tentadero con Emilio de Justo, Morenito de Aranda y Tomás Rufo. ¿Cómo se logra esa humillación en las embestidas de los animales?
Seleccionando mucho. No romperse las vestiduras a la hora de seleccionar y si un animal no ha cumplido todas las expectativas, no las puedes dejar.
Me hablaron de casta.
Las manos son importantes pero la ganadería debe tener regularidad. Fueron de distintos padres y madre y fue una casta buena, lo considero bravura. No es lo mismo que el genio, busco una bravura con calidad, con el morro en el suelo y siguiendo la muleta hasta el final. Eso llega arriba.
Me hablaron de exigente tentadero.
Sí, claro, si no es exigente el público no ve que el torero hace cosas que él no puede, no le da importancia y si no ve eso, apaga y vámonos. Para los toreros será más cómodo el toro chochón pero para que un toro llegue hasta el final con las faenas largas y exigentes de hoy, necesitas al toro bravo de hoy, el más bravo de la historia del toreo. El toro para llegar tanto, debe tener exigencia para el torero.
Estamos trabajando en la línea ésta pero en el ganado no siempre 2 y 2 son 4. Cuando llegas a este nivel que estamos quieres más, que más toreros lo entienda, que te lo maten. Es muy importante que toreros distintos y de diferente corte vengan porque si vinieran los mismos conocerían el encaste y lo harían igual. Nosotros queremos un Castillejo que sirva para todo tipo de toreros.