Hablamos con Manili.
Seguimos hablando con los grandes del toreo en estos días de duro confinamiento. Con ellos aprendemos y escuchamos cómo ven el futuro de nuestra fiesta. Hoy hablamos con El Tigre de Cantillana, Manili. Un torero de pundonor puro pero de una inmensa afición y temple que tuvo que lidiar con los toros más duros del campo bravo. Con él, desde la tranquilidad de su campo, hablamos y aprendemos.
¿Cómo lleva el confinamiento?
Preocupado pero bien. Llevo dos meses metido en el campo, distraído con las labores del campo y con mi ganado. Con eso me voy distrayendo. De salud muy bien.
Ahí puede pasear.
Sí, aquí me distraigo dando de comer al ganado, paseando y cuidando los naranjos, no me puedo quejar.
¿Qué ganado tiene usted?
Tengo una puntita de bravo no para lidiar, es para tenerlo yo cuando quiero echar una becerrita para torear. De eso no vivo, mi negocio es la finca de naranjos que tengo. Tengo también olivos pero el ganado va aparte.
De vez en cuando mata el gusanillo.
Sí, aquí el toro es sagrado.
¿De qué encaste?
Guateles cruzado con Juan Pedro.
Bueno, más blandito de lo que usted toreaba.
Sí (risas) a mí me gusta tener eso (risas)
Imagine que me hubiera dicho Miura cruzado con Saltillo.
No (risas). Ni tengo Victorino ni tengo Miura ni nada de eso (risas). Tengo muy poquito, 30 vacas, pero de Juan Pedro. Lo tengo para torear a gusto.
No es plan de pasar un mal rato.
No (risas). Los malos ratos los pasé antes, ahora no (risas).
De Miura salen vacas muy buenas, dicen.
Sí, salen vacas buenas. He ido a muchos tentaderos y salen muy buenas pero muy diferente a lo que tengo. Las vacas de Miura son como sus toros, hay que hacerles las cosas muy bien hechas, son exigentes. Con las que tengo me aseguro que voy estar más tiempo delante de la cara.
Usted ya pasó su trago.
Ya he pasado ratos duros y es tiempo de que pase ratos agradables.
¿Ya ha empezado a torear en estos meses?
No porque no podía venir gente a casa pero pronto echaremos un becerro. A mí me gusta hacer las cosas y que vengan mis amigos, busco que echemos un buen rato y ahora no se puede.
¿Cómo va a afectar esto que estamos viviendo al toreo? El maestro cambia su tono de voz.
Esto es muy duro, no solo para el toreo. para todos. Esto ha pegado un palo muy fuerte, van a sufrir muchos ganaderos, toreros, banderilleros y picadores. El mundo del toro lo tiene muy duro. Mira las corridas que eran para este año y que van a acabar en el matadero. Cuando el toro pase la edad, ¿qué haces con él?
¿Es usted partidario de las corridas a puerta cerrada?
No soy partidario, no lo veo muy claro. Sin público no es ni parecido. Con eso vacío no veo que haya motivación.
¿Y televisar tentaderos como El Pilar?
Sí, eso sí me gusta. Enseña el tentadero, la selección, el caballo. Es muy bonito que eso lo vea la gente, les permite ver todo lo que supone llevar una ganadería brava.
¿Usted sería partidario de dejarse emitir?
Ahora no estoy en activo pero no me importaría. Me gustaría torear antes, eso sí. Echar un rato toreando es agradable siempre pero no duro.
Risas. De Saltillo ni Miura no.
Esas vacas se mueven mucho (Risas). De Victorino tampoco (risas). Victorino es un encaste propio, muy bueno para la afición pero se mueve mucho. Para echar un rato agradable es mejor torear una vaca de gasoil.
¿Qué debe hacer el toreo para tirar hacia adelante cuando pase el virus?
Que los toreros que hay ahora salgan arreando con ganaderías que embistan, eso divierte al público. Cuando se vaya el virus el toreo sube para arriba porque está arraigado en España. Lo va a tener difícil y duro pero tirará otra vez para arriba.
¿No ve usted que el virus acabe con los toros?
No, está muy arraigado en España. Con el toro pueden acabar las personas, los que estamos aquí metidos. El virus no acaba con el toro. Este ganado es bellísimo, ahora mismo estoy viéndole desde mi casa y sé que sin el toreo acabaría el toro. Esto no deja dinero, a mí me cuesta dinero.
¿Cree que en el toreo falta competencia?
No. Ahora hay muy buenos toreros y arrean. Hay chavales nuevos que, para mí, han salido arreando.
¿Cree que deberían matar todos los encastes?
Deberían matar de vez en cuando corridas más duritas para enseñar al público que pueden con todo. Esto es muy difícil, las figuras no van a matar más de 1, si acaso al año. No creo que maten 3-4 de Miura ni de Saltillo porque les pide el público que hagan a ese toro lo mismo que al otro y eso es muy difícil. Salen toros que rompen, que se les puede hacer el toreo pero son los menos.
¿Si hubiera podido hacer la carrera a base de Juan Pedros?
(Risas) Pero ya, totalmente. No me importaría matar 1-2 de Miura pero matarlas todos los días es muy duro.
¿Hacen perder sitio matando siempre la de Miura cuando tienes delante las más cómodas?
A veces sí. Muchas veces piensas que sí sabes torear o no porque te ves extraño. El toreo con oficio, cuajado, lo hace.
Usted demostró poder con Miura y Juan Pedro. ¿No piensa que sería bueno que todos los que han podido al “comercial” demostraran su camino inverso?
Lo puedes pensar pero a mí me pusieron delante lo que me pusieron y tuve que tragar.
¿Se pasa más miedo con las duras?
Se pasa miedo en todas por la responsabilidad. Dicho esto las de Miura me preocupan más (risas).
¿El público torista es más duro?
Sí, te obligan a que le puedas más al toro, cuando le puedes se quedan fríos… Es un público distinto el de Miura a una de Cuvillo.
¿Cómo ve que ha cambiado el toro de Miura?
Sale ya con más clase que en mi época. Antes era más grandón, era otro toro con más volumen, era otro toro. Ha bajado la ganadería de cuerpo, la han puesto en otras hechuras o será que ahora no me pongo delante y los veo mejor hechos (risas). Sigue siendo el toro de Miura, aprende mucho y te cobra cuando no se lo haces bien. Es un toro que te cambia de capote a la muleta muy bruscamente pero ahora es más toreable.
¿Frustra que el premio con Miura sea Miura?
Sí, al triunfar en ellas me metieron en las ferias pero en la de Miura solo. Ha habido años de matar 9-10 corridas suyas, toda la camada.
¿Por qué no le abrieron hueco?
No lo sé, eso es cosa de los empresarios. A mí me decían que ésas o que no fueran, de las otras me decían que no encajaba y ya está. Aguantar eso es muy duro. Cura de Valverde, Isaías… Todas muy duras.
¿Qué piensa cuando esos hierros se pierdan?
Si son ganaderías duras pero malas, pienso bien. Victorino es duro pero rompe y llena, Miura siempre puede aparecer. De otras no tengo pena. Hay ganaderías de las que piensas cómo un ganadero cría esas alimañas que no duran nada. Miura y Victorino son duras pero te dan cuando estás bien con ellas. Hay otras que no sabes ni de dónde viene ni dónde va, no sabes ni cómo lo lleva el ganadero.
No es cuestión de mantener lo malo porque sí.
Por supuesto. Las ganaderías deben tener su personalidad, pueden ser duras pero dar opciones. Hay ganaderías que salen por ahí y parecen que están toreados. Yo he visto de algunos hierros últimamente y no sé como pueden criar eso, no te dejan estar y van al pecho, ¿para qué quieres eso?
El torismo salva hierros.
No pueden estar ganaderías que no te dejan dar un pase. Victorino fue afinando su hierro y echó toros con su personalidad, duras pero dan opciones.
¿Cuándo ves que esos hierros “intoreables” caen a los toreros con poder como usted y sabe que no van a tener opciones qué piensa?
Me dan ganas de quedarme en casa. Para qué voy a ir, por una pringá, si encima sé que no voy a poder pegar ni uno. Encima esas ganaderías no llevan a nadie a la plaza. Hay ganaderías duras que llevan público pero hay otras que son muy malas y no llevan a nadie, son toros imposibles de pegarles pases.
¿Qué sabe del hierro de Isaías?
Está en manos del hijo y tiene muy pocas vacas (70-80). Remontar esa ganadería ya es muy difícil.
Usted es partidario de un animal bravo pero toreable.
Claro, tienen que salir toros difíciles, eso hace que el toreo siga adelante, por su variedad. Lo malo es que lidies tú siempre lo mismo y siempre sea malo, intoreable. Si esas ganaderías no existieran no pasa absolutamente nada.
Es que pedir variedad de encastes con toros tan malos…
La Quinta es un toro bueno y exigente, hay otras imposibles.
¿No llega a molestar la etiqueta de guerrero, valiente, héroe?
Valiente porque no me quedaban más cojones si quería salir vivo de ahí. O era eso o me quedaba en casa.
Pero la valentía la tuvo.
Si, tuve la suerte de tener mucho oficio por los tentaderos y eso hizo que durase. Sin eso, aguantar esas ganaderías tan duras, es muy difícil.
La afición es básica.
Sí, imagínate que tengo la punta de vacas solo para torear de vez en cuando.
¿No se llega a pensar en una carrera por el lado más fácil?
Lo puedes pensar pero a mí eso no me pesa. Lo poco o mucho que tengo ha sido con las duras y con las otras no sé cómo me hubiera ido, no sé si hubiera ganado dinero o qué me hubiera pasado. A saber si me hubieran dejado crecer en esos carteles o ni siquiera entrar en ellos.
Hubieran visto su temple con un toro más a favor.
El enfoque hubiera sido diferente, el toreo sería distinto. Hay toros de los que he matado que eran imposibles de buscarle el temple. Algunos salía pero era muy difícil.
¿Qué piensa cuando repasa los logros con estos hierros?
Estás contento pero piensas qué tenías que hacer para que te dieran sitio en las otras. Tengo puertas grandes en Madrid, Sevilla, América y Pamplona. He salido contento.
Y muy querido.
Desde luego, gracias a Dios.
Ese temple le pudimos ver en el tentadero de Villaseca.
En Villaseca lo pudieron ver, me lió Pedrito para ir, pero ahí el ganadero se coló, echó la vaca demasiado viva (risas). Esa vaca no era para un tentadero, no era plan de pasar miedo (risas)
Vio el cariño.
Además de verdad. Cuando vieron que le echaba los brazos la gente respondía, noté mucho ese cariño.
Nos quedó el aroma de toreo de otra época.
Cada uno tiene su personalidad pero, para mí, hacen las faenas muy largas. Yo soy favorable a pegar menos pases pero gustándose más. El toreo es distinto, pegan muchos muletazos pero le falta algo.
Personalidad.
Claro, cuando sale uno que pega pases muy despacio conmociona como hizo Aguado con quince muletazos.
Pero no le pusieron Miura.
No (risas). No se las han puesto ni creo que se las pongan (risas). Bueno, quizás alguna se trague pero nada más. A lo mejor en Sevilla traga un día porque la han matado las figuras pero nada más, debería para saber qué es el toro de Miura. Los jóvenes deben matarla alguna vez para poder contarlo de viejos (risas).
Vamos acabando, maestro. ¿Qué toro, así a quemarropa, no olvida?
En Bilbao maté el toro más complicado de mi vida, no recuerdo el hierro. Los he toreado muy buenos en Lima, con el capote uno muy bueno en Castellón, un Victorino en el festival de Cáceres y no le olvido, en Sevilla he toreado un gran Domingo Hernández, otro al que corté dos orejas en Sevilla de El Torero. Mucho me han dado un toro de Miura que tenía a la gente asustada pero yo estaba tranquilo y otro de El Puerto.