Hablamos con Lucas Carrasco (Ana Romero) “Creo que 2021 será un año casi de canibalismo”.
Nos marchamos hacia Andalucía para hablar con uno de los mayores garantes de la joya genética de los Santa Coloma, Lucas Carrasco. Los toros de Ana Romero son una belleza encastada que sufren el terrible año de la pandemia tras años en que, incomprensiblemente, las figuras han dado de largo a este encaste. Con Lucas Carrasco nos contagiamos de su amor por su toro y nos “asustamos” ante el realista y duro panorama que nos dibuja.
¿Cuánto tiene de romanticismo el ser ganadero para usted?
El cien por cien en nuestro caso.
Le hago esta pregunta por la costumbre de exigirles sólo a ustedes el romanticismo dentro de la Fiesta.
Sin la afición y la dedicación desmedida que tenemos por ello no se entendería, no sé si decirte que sólo es romanticismo. Pero esto no es sólo ahora, te diría lo mismo hace 50 ó 100 años porque es una labor muy de fondo, de mucha paciencia, de mucho altibajo, de mucho esperar y saber que lo aguantas por afición, llámalo romanticismo.
Pero esto no es igual para todos. Cuando un torero, banderillero o empresario se mete en esto es para ganar dinero, a ustedes se les pide que aguanten o que se conformen con perder poco con la excusa de su lado romántico.
Eso ya pasó con la crisis durísima de 2008, de la que ahora parecíamos empezar a recuperarnos, cuando al único que había que recortar era al ganadero.
Y eso está pasando este año.
Sí pero mi temor es el que viene porque este año está perdido para todos.
Hay muchos ganaderos a los que les están comprando las corridas a precio de matadero.
Eso es egoísta. El temor que yo tengo es que el año que viene sea peor. Cuando tú mandas un animal al matadero lo has podido torear antes y sabes los precios que te van a pagar pero vender un toro a ese precio para una corrida, con todo lo que eso conlleva, me parece (silencio) muy malo para todos.
¿No cree que los ganaderos deberían tener unos mínimos cómo los demás estamentos de la Fiesta?
Sí, lo he comentado a compañeros y a la Unión y al que le interesaría lo ha parado con la excusa de la libertad de mercado. Mi planteamiento es cómo tienen las cuadrillas y los toreros con unos mínimos en función de su ránking y esto debería ser igual para nosotros según la plaza.
¿Por qué no se logra esa unión entre ganaderos?
(Silencio). No se logra ni entre ganaderos ni entre nadie de la Fiesta. No se me olvida la frase del difunto Fernando Domecq cuando vendió Zalduendo “Me voy porque el ganadero es el último en esto”. Se fue aburrido y estaba dentro de las ganaderías solicitadas o queridas por los toreros.
Se ha perdido el ir al campo y dar la categoría que merece el lugar dónde sale el toro y el propio toro. Por todo esto te digo que temo al año que viene porque ya lo vivimos y sé que ganaderías de primer nivel que tienen veinte corridas y te puedes imaginar que van a tirar de ellas.
Ante esto, romanticismo.
El ganadero es el único que tiene gastos y costes fijos. Un torero no torea y no tiene gastos al igual que la cuadrilla y los empresarios. Aquí no ingresas y gastas.
¿Ha tenido que mandar mucho animal al matadero?
Nosotros teníamos veinte toros y hemos toreado la mitad en el campo y tras ello se han mandado al matadero. Yo no tengo cinqueños pero lo que no podía hacer era dejar estos animales y unirlos a la camada de cuatreños que tengo para 2021. Habrá que tener menos de lo que se venía teniendo en un año normal porque el año que viene no lo va a ser.
¿No cree que en vez de limpiarse a ganaderos del ladrillo y reorganizar lo que vamos a tener es un monopolio?
Esto va a ser una merienda de negros. En la crisis de 2008 se eliminó mucho pero el problema es que el hombre vuelve a tropezar con la misma piedra. Se había hecho mucha criba pero al cambiar la situación se volvió a dejar más vacas. Fíjate ganaderías que han llegado a tener 1000 madres, eso es una barbaridad y multiplicar por 10 las madres de Ana Romero y por mucho a otras cómo las de Miura.
En esa situación que usted describe son las ganaderías de las figuras las que más hueco tendrán, ¿ha perdido la esperanza de que le lidien sus toros con todo lo que eso supone?
No la he perdido ni la he dejado de perder. Nosotros criamos un toro que nos gusta, el de siempre, en el tipo de Santa Coloma, sin exageraciones pero serio con fijeza, importancia y transmisión. Hoy en día los derroteros van por otro lado, qué le vamos a hacer. Es una pena, antes los veedores de plazas y toreros venían y conocían las ganaderías y veían una corrida de cualquier encaste y la veían adecuada para una plaza cómo Córdoba. Hoy en día está todo cerrado, no hay esa variedad ni ese buscar dónde están las corridas bonitas, buenas, que pueden embestir.
¿En qué momento se pierde esto?
A partir de los 90. El punto de inflexión son los actuales mandatarios de las figuras que ya llevan 20 años. Si te das cuenta todos los toreros anteriores a esta generación cómo Joselito eran toreros que toreaban prácticamente de todo, sobre todo lo que funcionaba. No estaban cerrados a 3-4 ganaderías pero los actuales que no llevan 2 años precisamente…
Alguno ha cumplido 30.
El de los 30 (Ponce) es de los pocos que no es de los complicados a la hora de decir con quién va ni con qué ganadería siempre y cuando sea de su agrado morfológicamente. Enrique ha toreado durante su vida prácticamente de todo.
Ante una situación así, ¿no se llega a pensar en dejarlo?
Nuestro toro, nuestro encaste es muy particular y si tú decides dejarlo no vas a encontrar sustituto, todo lo que guardas en él se pierde. Una ganadería mansa tiene sustituto si cambias al igual que en otras ganaderías bravas que son primas o gemelas. Con esas puedes quitarte y volver dentro de veinte años con lo mismo pero si yo lo quito no hay vuelta atrás. En nuestro caso no hay nada igual ya que somos una mezcla de las vacas de Alipio Pérez Tabernero con el toro de Joaquín Buendía, nadie lo tiene.
Claro que te vienen esos pensamientos, a nadie le gusta invertir para perder.
Por eso le decía, el decir “hasta aquí” puede llegar.
Sí pero hay que aplicar el sentido de controlar muy mucho esas pérdidas para que no sean desorbitadas y te ahoguen.
¿Qué tiene de particular su toro dentro de los Santa Coloma?
Dentro del encaste es un toro morfológicamente muy definido en él. Es un toro mediano con un esqueleto terciado pero muy rematado. Es un toro armónico, expresivo, serio, no es un toro de caja, es un toro pegado al suelo, fino… Los aficionados dicen que, sin ver el hierro, lo identifican cómo pasa con Miura o con Cuadri por ejemplo.
Santa Coloma es un ejemplo de clase, muchas veces reñida con la fuerza y con la casta por diversos motivos. ¿Qué importancia tiene para usted la casta a la hora de criar sus animales?
El Santa Coloma en ese híbrido que se hizo de Ibarra con Saltillo mi padre decía que Ibarra aportaba la clase y Saltillo el picante, la viveza, la expresión, la movilidad y las complicaciones. El toro de Ibarra era más facilón y cómodo. Siempre me decía mi padre que buscara el equilibrio perfecto entre la clase y la bravura.
La casta en nuestro toro y, por lo general en Santa Coloma, está presente siempre porque es un toro que casi nunca rehuye, no abre la boca, tiene fijeza… todo esos rasgos son definitorios de casta.
Un problema de este encaste es que ahora piden moles de carne para las plazas de primera.
Nosotros no tenemos esas moles de carne, directamente.
¿No cree que sería bueno quitar la báscula?
De nuestros compañeros franceses deberíamos aprender mucho, allí no existe la báscula. El peso se pone a ojo y lo dice el mayoral. Si el toro está rematado, serio y tiene trapío, ¿qué mas da que sean 540 que 490? Esto no es un matadero, no es un animal de carne.
Un kilo de pienso vale 0,3o céntimos. Si un toro se come cinco kilos al día es 1.5 euros al día de gasto diario sólo de pienso. Se ha estado pagando hasta mitad de verano en los mataderos, ahora está a 1.80, 1.50 euros el kilo a la canal para un toro. A tí te cuesta lo mismo lo que come un día que lo te pagan por un kilo y para llenar ese kilo no sólo debe comer un día, igual son veinte euros lo que te cuesta que el toro coja ese kilo.
La báscula es un disparate. Te digo lo mismo de los veterinarios y no tengo nada en su contra. En Francia deciden sobre las cuestiones sanitarias de los animales y no si un animal es más bonito, más feo, más bajo o más alto. Eso es algo que se juega el empresario, la comisión o el ganadero.
Este año lo comprobé en Beaucaire.
En Francia el veterinario mira si el toro tiene un problema físico cómo cojera o estar tuerto y luego está en los reconocimientos de las carnes. Allí no decide el peso o el trapío cómo pasa aquí.
¿Qué importancia le da usted al tercio de varas?
Para muchos ganaderos “qué más da” porque todo lo que importa es lo que pasa en la muleta pero para nuestro encaste es muy importante. Tenemos una ganadería reducida y dejamos sólo lo que más nos gusta y que sea completo en los dos tercios. En el toro de Santa Coloma lo normal es que el animal que es bueno en el caballo luego lo es en la faena de muleta, es raro que un animal no se emplee o sea tardo que luego tenga faena en la muleta para quedarse cómo madre.
Antes se decía que fuera no sé cuántas veces pero ahora con que vaya 4-5 veces bien la apruebas, el listón ha bajado. Aquí no dejamos una becerra sin que haya cumplido, por lo menos, 4-5 veces.
¿Qué le parece la proliferación de indultos?
Eso es una cosa a partir de los 2000 cuando se dijo que había que indultar más. Yo recuerdo el indulto de Ortega Cano en Granada a Marquito en el año 94 y por esa época había 1-2 indultos al año cómo mucho, era algo excepcional. Es una pena que haya toros que te hubieras quedado pero no se cuajaron y luego en la festividad se dejan animales que han sido buenos en la mitad de la lidia, que han embestido empezada la faena. Es algo que hemos traído un poquito, mal copiado, de América Latina dónde con mucha facilidad se indultan los toros.
Creo que esto es algo que se ha extendido y parece que sin indulto no se está contento.
¿No cree que el ganadero debería decidir más aunque luego lo mate o no padree?
Debería ser una decisión del ganadero y mi padre decía “que le costara devolver la mitad de por lo que ha vendido el toro”. Así se garantizaba que se lo quedaba, ya verás cómo había menos indultos.
Creo que es un premio ahora para el torero.
Sí, efectivamente y en algo que él persigue y provoca.
Claro pero, ¿no cree que habría que intentar que el indulto fuera independiente de la labor del torero que no siempre va a estar al nivel del animal?
Sí, por eso te decía que me da pena que toros que me han gustado mucho pero que el torero no ha cuajado no me los pueda llevar.
Para eso faltarían aficionados.
Sin duda pero no es nuestro problema más grave.
No pero esto instaura un tipo de toro que al final va a ser el que demande el público.
Claro, deberíamos aprender del modelo francés, te vuelvo a lo mismo, dónde no manda el torero y tenemos una fiesta más competitiva que aquí. Fíjate, en las novilladas de Andalucía se han sorteado los actuantes y las ganaderías han sido elegidas sin mirar a todas. El año que viene la situación va a ser de canibalismo.
Aún así, pese a todo, su amor por Santa Coloma se nota en cada palabra.
A mí el amor por Santa Coloma me viene de herencia cuando mi padre compró vacas de Alipio Pérez Tabernero y echaban toros de Joaquín Buendía cuando tenía 28 años y mi madre 25. Esa tradición de echar los toros de Joaquín Buendía siguió hasta hace 25 años y yo llevo ya veinte con la ganadería.
Sobre este encaste ha pesado siempre el mito de su certeras cogidas cómo contrapunto a su clase. No sé si esto es la base de que la toreen tan poco las figuras.
Bueno, es cierto que lo han dicho pero es un bulo. De hecho en los años que llevamos sólo hemos tenido una cogida grave que fue la de Juan José Padilla en Zaragoza y tuvo muchos componentes, de hecho el mismo torero dijo que fue un error suyo y el toro se fue con la mala suerte de arrollar. Creo que esto es más de Saltillo y su condición de tobillero que de Santa Coloma, los datos están ahí.
Si le tuviera que decir por qué este enamoramiento más allá del tema familiar.
Lo hablábamos antes, el toro que criamos es un toro muy especial que morfológicamente es diferente a los demás. Es un toro cuya mirada enamora y da miedo.
Acabamos la conversación con un hombre que destila amor a su historia y a su toro, una joya genética guapa que merece más sitio en las ferias. En la voz de Lucas Carrasco se nota la preocupación por un año que viene muy complicado y para el cual…
No contamos con ayuda de la Junta ni de un Gobierno central que ha mostrado claramente sus intenciones sobre la tauromaquia. Es una pena pero es así, esperemos que lo que dicen haber aprobado en Madrid ocurra también por aquí y vayan más allá de las palabras.