Hablamos con José Garrido “El crédito de uno mismo es su toreo”.
Fotos: Estefanía Azul.
Uno de los mayores sucesos taurinos de este siglo tuvo como protagonista al torero extremeño José Garrido. Su encerrona en aquella mañana de Bilbao ya ha entrado en la historia y con él hablamos a solo unos días de abrir la temporada española en Valdemorillo. Un torero con las ideas muy claras cuyo capote es de privilegiados y que, sin duda, llegará a lo más alto. Es solo cuestión de muy poco tiempo.
Vamos a empezar por una mañana inolvidable de Bilbao, un éxito descomunal. ¿Cómo lo asumió?
Lo asumí con la felicidad y la satisfacción que me dio, no solo el matar 6 novillos en Bilbao siendo de primera y con esa categoría, el que salieran las cosas tan bien y que tuviera tanta repercusión como tuvo.
¿Esperaba que aquello tuviera una mayor repercusión?
No pensaba en la repercusión que tendría. A la larga he descubierto que fue mucho más de lo que pude imaginar.
¿En qué sentido?
Pues mira, ahora mismo me estás preguntando por ella (risas). Es muy bonito que se acuerden, que los aficionados recuerden lo que se vivió esa mañana de hace 6 años.
¿Esperaba que aquello le facilitara las cosas más como matador?
Esperaba que se me abrieran más puertas en mi inicio de matador de toros. El año siguiente fue un buen año en el que toree en muchas ferias y plazas importantes y mucha culpa de aquello lo tuvo Bilbao.
¿Ese triunfo aumentó la exigencia hacia usted?
Quieras que no el abrir puertas grandes en plazas importantes y cortar orejas en otras plazas de primera hace que estés en boca de todos. Eso provoca que la gente quiera verte un punto mejor de lo que ya te han visto y a mí, gracias a Dios, muchos aficionados me habían visto muy bien de novillero.
El paso a matador de toros es difícil. Estás ante un toro, un animal de un año más, los compañeros no son iguales, el público y su exigencia es distinto. La gente va a verte predispuesta a verte mejor que de novillero. El paso no es fácil.
¿Tanto se nota el cambio?
Se nota mucho porque el novillo no es igual que el toro. Como te decía no es la misma afición la que va a las novilladas que a las corridas de toros. El precio de la entrada no es igual y la gente quiere ver un espectáculo en el que pasen cosas, algo que muchas veces no es fácil.
Mi pregunta venía por el hecho de que un novillero, ya en plazas grandes o certámenes, mata un animal más serio que una corrida en muchas plazas de toros.
No es lo mismo. Ese año más del toro, sus rizos y su seriedad son distintos a la del novillo. El novillo tiene mentalidad de adolescencia y el toro ya piensa como un hombre. Ese cambio de madurez en el toro influye mucho.
Tengo claro que cada torero madura a su tiempo pero hay veces que se piensa en la alternativa para seguirse preparando ante un animal más cómodo.
Todo depende de la madurez que tenga cada uno. A la alternativa debes llegar preparado, fresco, con las ideas claras. Hay novilleros ahora, con muy poca experiencia, que se ponen delante de toros. Toros con tres años, pero con cuajo y seriedad de toro.
¿Cómo se pasa de ser la figura de los novilleros a tener que buscar ese puesto ya de matador?
Es empezar de cero. Lo que logras de novillero te da crédito porque el aficionado te conoce, te han visto torear con el novillo pero debes demostrar eso mejor con el toro.
¿Y esa exigencia mayor cómo la lleva?
Bien, con la mayor naturalidad posible. Lo llevo siendo feliz con lo que hago y, sobre todo, haciendo disfrutar al aficionado que es el más importante en esto.
¿Pesa esa presión?
Depende de la plaza y de los públicos. Hay plazas en la que sientes más presión que otros y los toreros tenemos días mejores que otros. Hay días que vas más relajado a la plaza y otros en los que te cae más la presión pero hay que afrontarlo con responsabilidad para que las cosas salgan como es debido.
Tengo la sensación de que tenemos mucha prisa a la hora de exigir a los toreros más nuevos. Queremos que el figura de los novilleros lo sea ya de matador en vez de dejar el lógico tiempo para rodarse.
No es fácil. Los tiempos que corren van muy de la mano con esto, se quiere que las cosas pasen cuanto antes. Hay que asimilar las cosas con tiempo y, a veces, no te da tiempo a asimilar al toro, a conocerlo mejor porque quieren todo rápido y en la mano. Es una forma de poner más dificultad a esto, cómo si no tuviera ya bastantes (risas).
¿Se crece al superar estas adversidades?
Se crece, se madura, se evoluciona. Quizás no se haga en el tiempo natural que debería ser pero esto hay que asumirlo porque las condiciones son iguales para todos.
Llegan las plazas más importantes como Pamplona, Bilbao, Sevilla, Madrid… La lógica indica que hay que ir creciendo pero la presión manda. ¿Se logra dar lógica a esa ambición pensando en ir despacito?
La inquietud ésta la tenemos todos los toreros. Todos queremos triunfar, cortar las orejas, salir a hombros. Es algo normal porque si no la tuviéramos sería muy difícil vestirse de torero. Yo la tengo pero soy consciente que todas las tardes no se puede triunfar. Aquí 2 y 2 no son 4.
Cuando he entrevistado a compañeros suyos, todos han coincidido que triunfar en Madrid es casi un milagro por las cosas que tienen que coincidir a la vez: estado de uno mismo, tiempo, ambiente, toros… ¿No le parece injusto lo que se paga el no triunfar cuándo a lo mejor se ha crecido en una tarde sin cortar las orejas?
El crédito es uno mismo. Tu forma, tu manera de vivir, tu manera de sentirlo y expresarte delante de toro. El triunfo ayuda a la hora de los contratos, caché… Eso sí, el crédito de uno mismo es su toreo, ésa es su mejor baza.
Creer en uno mismo es básico.
Por supuesto. Eso y que crean en ti también los que están a tu alrededor. Son ellos tu alimento del día a día.
Tengo marcadas dos tardes en 2019 en la que la gente se puso a favor del toro. Pamplona, en la que usted roza el triunfo y Bilbao.
Vivimos en una época de triunfalismo en la que si no cortas las orejas parece que no triunfas. En Pamplona si mato los toros hubiera salido a hombros y hubiera cambiado la película. Al pinchar los toros parece que estuve debajo de la situación y que triunfaron los toros. Eso no fue así. Ahora mismo parece que cuando más critiques mejor aficionado eres. Eso va en el gusto y el saber de cada uno.
Yo más que nadie soy el más crítico conmigo mismo y sé cuando estoy bien y cuando estoy mal. Sé que en Pamplona me jugué el pellejo con dos toros muy duros, correosos. Al 100 % del escalafón, si le preguntas, te lo dirá igual que yo porque lo han vivido en sus carnes. Es muy fácil decir, sin haberte puesto, que el toro era muy bravo. Una cosa es la codicia y la bravura en la muleta para embestir y otra cosa es arrollar la razón y querer atropellar aquello. Son dos cosas distintas pero eso va en cada aficionado.
Creo que aquella corrida de La Palmosilla fue más cantada de lo que mereció por el listón más blando que tenía. Me pareció que se pasó del palo al halago de manera muy fácil sin tener en cuenta al torero.
Criticar por criticar es lo más fácil del mundo. Lo difícil de verdad es hacer una crítica constructiva buena diciendo que el toro ha estado por encima mía por esto, por esto y por esto. Si eres capaz de decirme por qué ha estado por encima de mí te doy la razón.
Cuando yo me pongo de rodillas desde salida, cuando cuajo a un toro que venía por dentro por ambos pitones, que venía pero no se iba, que soltaba la cara… eso es lo que hay que saber ver. Decir que ha sido bravo sin justificarlo lo hace hasta un niño de cinco años. Si no se explica eso es porque no sabrán por qué ha sido.
Ésta es una de las quejas más lógicas de los toreros, la necesidad de que la crítica explique lo que ve y no solo juzgue sin razones.
Claro, que digan por qué ha pasado cada cosa, el comportamiento del toro… Es muy fácil decir que uno u otro ha pegado un torero sin explicar el motivo. ¿Por qué ha pegado el petardo? ¿Por qué estaba fuera de cacho, por qué le ha enganchado la muleta…? ¿Por qué?
Estas cosas duelen.
Duelen cuando sabes que es verdad. Si yo supiera que en Pamplona no estuve bien y me dieran caña por estar mal, o me dieran caña y yo supiera que he estado mal, me dolería. Cuando no es así no me duele, dejo de creer en quién critica esto.
La vi muy bruta.
Si mato los toros corto tres orejas o una y una como mínimo. Si cortas tres orejas en Pamplona y te dicen que has estado mal es cómo decir qué mala es la afición de Pamplona.
Eso me parece injusto por qué hablaríamos de una buena actuación mal o bien rematada con la espada, nada más. Eso no debería cambiar el juicio.
Claro, totalmente de acuerdo.
En Bilbao la cosa fue similar.
En Bilbao el toro fue muy duro, muy malo. Le maté bien. Mi toreo no va ligado a la tragedia, quiero torear de forma clásica, con hondura. Mi primer toro fue un puma, es muy difícil hacer las cosas así bien. Bilbao y su afición me dieron una ovación. Los que me dijeron que debería haber domado a esa fiera y yo, tenemos conceptos diferentes.
A ti te asociaron a un concepto poderoso olvidando que también sabes torear muy bien.
Ellos quieren que me pelee pero yo me peleo, hago un esfuerzo y tiro adelante cuando veo que puede tener recompensa. Ese toro de Bilbao no la iba a tener. Me regaló la primera tanda y luego soltaba la cara, se metía para adentro, te enganchaba… Sabía que jugarte el pellejo no llevaría a ningún lado porque el toro no iba a cambiar a mejor, iría a peor la faena. Eso es lógica pura.
¿Faltan aficionados para ver al toro mejor?
Hay muy buenos aficionados pero estamos en un punto que parece que hacer una crítica constructiva contando lo que ha pasado en la plaza no llama la atención pero el ir a reventar a uno da morbo, parece que es lo que llama la atención.
Es una búsqueda de pinchazos y eso pasa por ser el más duro u ofensivo.
Sí, aquí cada uno va a lo suyo.
Este año comienzas en una feria complicada en comparación de lo que da con respecto a lo que quita por ser toro serio y afición más seria pero de tercera para el triunfo.
Me hace mucha ilusión empezar pronto para que me vean cerca de Madrid. Quiero poner mis cartas sobre la mesa cuanto antes y qué mejor sitio que Valdemorillo. El público es el de Madrid y quiero que me vean, que sea una tarde en la que la gente salga hablando de Garrido, eso es lo que busco.
La última es una debilidad propia. ¿Cómo lograr ser tan buen capotero?
Muchas gracias. Pongo mucha pasión a todo lo que hago y trabajo, desde siempre, en evolucionar y que cada vez lograr ser mejor capotero.
Gracias a @infojosegarrido Gran trato y todo facilidades.