Hablamos con José Fuentes
Uno de los toreros cuya clase nunca se olvida es el del maestro de Linares José Fuentes. Un torero libre, muy respetado que nos atiende en la felicidad de su campo, con sus animales. Un torero diferente que destila torería y una arrolladora personalidad.
Hace un año el maestro de Linares sufrió un ictus del que se encuentra muy recuperado, con él hablamos en su campo, rodeado de sus animales que tanta libertad, como él nos dice, le dan.
¿Cómo se encuentra tras el susto del año pasado?
Muy bien dentro de lo que cabe. El año pasado tuve el ictus y luego tuve una caída en la que me rompí la mano y el codo. Quitando eso, de lo que me voy recuperando, voy bien. Estaba muy recuperado del ictus pero con la caída me volví a fastidiar el brazo. Con el tema del virus no he podido ir a las revisiones que me tenían que hacer, aquí aguantando.
¿Cómo lleva el estar encerrado?
Muy bien, soy una persona a la que no le preocupa mucho la calle. Vivo en el campo, con un patio de 10000 metros, y no me aburro porque estoy siempre haciendo cositas.
Siempre con sus pajaritos
Sí, tengo mis gallinitas, mis pollitos, mis pájaros de perdiz… no me aburro. Lo que no tengo es dinero pero de esto tengo de todo. Voy a ser uno de los muertos más ricos del cementerio porque no salgo y no gasto ni bromas (risas).
La rehabilitación actual, ¿con paseos?
Sí con mi edad Sánchez me deja salir de 10 a 12, tengo 75 años y salgo un rato pero lo llevo bien. Soy consciente de lo que está pasando y hay que portarse como un niño bueno.
Viviendo en el campo, ¿el confinamiento no ha supuesto un cambio excesivo?
No, además tengo todo (farmacias, comercios…) a un kilómetro. El pueblo es muy tranquilo.
¿Cómo ve el futuro?
No soy científico pero no es un virus de un patio de vecinos, es a nivel mundial. Creo que van a pasar muchos años antes de que saquen un antídoto o una vacuna que pueda, por lo menos, sujetarlo.
¿Y el del toreo?
Va a afectar muchísimo. El mundo del toro no ha echado cuentas de lo perjudicial que es esto para banderilleros, toreros, los de la propaganda, ganaderos, taquilleros… Hay muchas personas en el mundo del toro.
¿Cómo salir adelante?
Este año lo veo, y no quiero ser pesimista, muy complicado. Estamos en junio y no se ve nada claro el poder recibir a la gente en un recinto de masas.
¿Cómo ve la posibilidad de dar corridas de toros a puerta cerrada?
Eso no tiene ningún futuro. Es algo sin expectación, qué dinero van a percibir los profesionales y ganaderos…
Lo pagaría la televisión.
Los toreros se lo van a pasar bomba, solitos, mirándose como papá y mamá. Un espectáculo sin público debe ser horrible.
¿Y la motivación del torero sin público?
El torero se puede motivar también en un tentadero y a puerta cerrada pero no hay el sabor del resuello del público dándote en el cogote. No es lo mismo. Pasa igual que en el fútbol, no tiene sabor. El flamenco es diferente, van 10 personas y oyen el flamenco perfectamente pero los espectáculos de masas no se sostienen sin las masas. Es un aburrimiento total.
¿No sería mejor, para salvar el canal, emitir toros en el campo o tentaderos?
Eso lo pueden hacer perfectamente. Enrique Romero lo está haciendo en “Toros para Todos” enseñando muy bien la crianza del toro. No es lo mismo matar toros como preparación que hacer una corrida sin gente, es un aburrimiento.
¿Sería mejor esperar?
Sí, no quiero ser pesimista pero esto va para muy largo, no va a quedar más remedio. Veremos a ver qué pasa con el fútbol.
Van a empezar.
Sí pero ahora les viene el problema de ver qué pasará con los socios.
¿Qué cambiaría en el toro cuando se puedan dar?
Hay cientos de miles de cosas a cambiar de cara a la gente de fuera. Es necesario enseñar al público la verdad del toreo y no contar mentiras y falsedades. Hay que educar a la gente en lo que es la fiesta del toro, no somos criminales.
¿Y en el toreo, dentro?
Muchas cosas también, empezaría por enseñar a la gente nueva qué es la verdad del toreo. Es necesario más competencia y que haya oportunidades para los toreros que no ponen porque los pocos que interesan acaparan todos los espectáculos.
Se han perdido los pueblos que era el sitio fundamental para hacer los toreros.
¿Esa competencia sí existía en su época en activo?
Sí, en los años que yo empecé la competencia era feroz porque si fallabas te bajaban del carro. En mi época había cientos de matadores y cualquiera podía ser figura.
Su generación fue durísima.
Para mí la más complicada porque había una gama impresionante de toreros. Había amistad entre nosotros pero la competencia en la plaza era enorme, había mucho nivel y si fallabas te echaban.
Una época dorada.
Me acuerdo de Ordóñez, Camino, Puerta, Mondeño… Había mucha gente, toreros de todos los tipos y de gran calidad.
¿Le dejaban entrar en los carteles?
Si te justificabas delante del toro, toreabas pero si aflojabas te querían quitar del medio porque había muchos por detrás esperando.
Con esa gran calidad de gente usted dejó su sello.
Cada uno era distinto pero a mí no me ha faltado nada, estoy muy contento porque tuve mi sitio. Fui responsable, siempre quise ir a mejor pero ha habido toreros de mejor publicidad que yo. Lo importante es que con cincuenta años de alternativa sea recordado.
Su clase ha quedado.
Intenté hacer las cosas honradamente pero con un concepto artista, para mí fundamental.
¿Cómo eran los empresarios?
Fantásticos, formales y serios. Te decían una fecha y no tenías ni que mandar el contrato. Con las empresas importantes todo era muy fácil.
Pero algún veto hubo.
(Risas). Eso siempre ha ocurrido. Siempre ha habido rencillas con toreros y si tenía relación mayor que tú con otras empresas alguna traba te ponían.
El Pipo creó con usted el eslogan “Linares se lo llevó, Linares se lo devuelve”, ¿aquello le pesó?
No, en absoluto. Aquello fue una invención de El Pipo y era una forma (el eslogan) que se hacía en esa época para lanzar a los toreros. Creo que fue interesante, importante.
Muy distinto a Manolete era usted.
Un torero clásico, con técnica, con facilidad, queriendo hacer las cosas como las sentía delante del toro. Improvisaba, nunca llevaba la faena hecha. En cada corrida hacía una cosa nueva.
Volvemos a la comparación, diferente.
El ser diferente llamaba la atención igual que ahora. Los muletazos son los mismos: derechazos, naturales, pases de pecho… Lo que se resalta es la mayor calidad en comparación con los demás.
También con personalidad.
Eso siempre. Yo cogí mi línea desde el principio y pasara lo que pasara aposté por no cambiar nunca, eso es fundamental.
Siendo Barcelona clave el maestro nos deja esta reflexión.
Para mí todas las plazas son iguales, los públicos son iguales de exigentes. Hay plazas que por el olor de azahar como Sevilla huelen mejor que Madrid (risas)
(Risas)
¿Te ha gustado, verdad?
Torería pura, maestro.
(Risas). Para mí Barcelona ha sido una de las ciudades más importantes de la historia del toreo hasta el punto que tuvo épocas en las que valía más una oreja que en Madrid.
Barcelona, su plaza.
Yo me presenté en 1963 y salí de allí con semanas en las que toreaba dos corridas de toros.
¿Cómo era Balañá?
Don Pedro, el viejo que le llamámabos, era fantástico igual que los Chopera, Stuyck… Eran unos empresarios muy respetuosos, serios, formales y cuando decían una cosa iba a misa.
Pero exigían.
Hombre, claro. El que se tenía que exigir era uno mismo porque si no lo hacía no me ponían.
Hablamos de su Linares.
La muerte de Manolete fue una casualidad, ocurrió y ya está. No lo pensé mucho ni me ha pesado, cada uno hizo su camino. Lo bonito es que me recuerden y que vayas por la calle y un hombre de 90 años te acuerde.
¿Cree que de los de ahora serán recordados?
No les va a reconocer ni su padre, lo tienes tú igual que yo de claro.
Sin duda.
Por eso te lo digo, porque lo tienes claro.
Usted es un alma libre.
Siempre. He sido, como dicen los castellanos, muy independiente. He sido independiente en mi vida, en mis creencias, en todo…
¿No cree que esa libertad ha hecho que otros tengan mejor publicidad como me decía?
A mí me da igual, yo no quería que la gente supiera ni como me llamaba. Mi vida y mi historia viene por una cosa muy sencilla, me ha gustado hacer siempre lo que he creído más conveniente para mí. Quizás para otros esta libertad no ha sido tan importante, a lo mejor me han reconocido menos por no darme a las relaciones sociales. Dicho esto, me da lo mismo, seguiré siendo libre.
Eso le pesaría con los empresarios.
Tengo la suerte de que toda la prensa de antes y ahora son amigos y nunca he tenido una entrevista tan clara, tan sincera y tan de verdad como la que me estás haciendo. Te lo aseguro.
Se lo agradezco, maestro.
Repasamos los toros que no olvidará y, de nuevo, sale Barcelona.
Recuerdo muchos, el más importante sería en Barcelona. Luego recuerdo uno de Garcigrande y no se me olvida porque el presidente pensaba que le iba a pinchar porque toreé 30 novilladas en Barcelona y corté una oreja, con eso te digo todo. Ha habido toros mano a mano con El Pireo en Linares en los que corté 6 orejas y dos rabos a la corrida.
A plaza llena, qué tiempos.
CCómo pasaba siempre, era la segunda feria más importante de Andalucía tras Sevilla. Luego venía Málaga, Córdoba, Jerez… En Sevilla y Linares no cabían todos y las figuras se enfadaban porque no cabían en Linares.
Allí era usted el amo.
No, uno más que competía.
Pero ganó.
Alguna vez, por eso tengo 11 trofeos Manolete.
Para acabar, ¿sin duda usted es feliz?
El más feliz del mundo, me haya pasado lo que me haya pasado, y libre como el viento gracias a Dios.
Olé.