Hablamos con Ángel Jiménez. Alfarero de Oro 2018.
El novillero Ángel Jiménez es un claro exponente de la penosa situación que atraviesa el mundo del toro. Pese a que cuenta con indudables condiciones como clasicismo y valor ve como en los carteles están aquellos que tiran de apellido y cartera. Lo hace con la firmeza de ser sabedor de sus condiciones y consciente de que llegará su momento. Madrid ya le espera y solo es cuestión de recibir el trato que merece. En Villaseca, con La Quinta, habrá una gran oportunidad.
Por delante Barcial, Flor de Jara… ¿te puedes expresar?
Sí, nunca sabes cuando te puede saltar un toro embistiendo. Cuando voy con los encastes considerados duros no miro el hierro. Según van saliendo voy viendo las ideas y comportamientos, sobre ellos lidio. Como vayas pensando en la dureza te cargas de malos pensamientos que evitan que puedas expresarte o estar a la altura.
En Francia tienes un cartel fuerte.
Me pusieron en Garlin este año matando un novillo por la mañana. Toreé con Rafael González y, por suerte, me clasifiqué para por la tarde. Corté dos orejas, salí a hombros y de ahí salió Garlin en julio, Mont de Marsan y la de Raso de Portillo en Ceret, se dio muy bien.
Raso de Portillo, casi nada.
Por eso te digo. Tenía 3 de Cascón y 3 de Portillo y todas las miradas iba más a la de Cascón pero me saltó uno de Raso con embestida extraordinaria y nos pusimos de acuerdo con la importancia y exigencia que tienen esos animales. Cuando te entrega su bravura se disfruta mucho pero se pasa mucho. Verte en esas plazas toristas te hace pasar mucho. Hay que estar fuerte porque la presión es grande y vendrán tardes duras de matador.
¿No temes encasillarte en las duras?
No. Si miramos ahora como está esto… Yo voy donde me llaman y me respetan. No puedo exigir ningún tipo de novillada pero tampoco lo haría. Los novilleros debemos ir forjándonos y coger oficio. A uno le gustaría ir con las ganaderías de más garantías pero si me respetan voy a la que sea. No temo encasillarte porque no lo hacen. Saben que tipo de torero somos cada uno.
Siete años de novillero.
Ha habido tres o cuatro en blanco en los que no he pisado una sola plaza de toros. Así está todo. Siempre he empezado el año de cero acudiendo donde me respetan. Mi carrera puede ser lenta pero no es algo que me preocupe porque cuando uno tiene dentro condiciones, y le respeta la suerte, romperá tarde o temprano. Hay toreros precoces muy preparados que se paran y al revés.
¿Tenemos mucha prisa los aficionados y no miramos las circunstancias de cada uno?
Claro. A mí me ha venido bien el estar más preparado. En mi vida he toreado once el año que más y este año andaré por lo mismo. Ha sido poquito pero me va forjando mentalmente, no he dejado nunca de entrenar esperando mi oportunidad. En Madrid me cambió todo y cada vez que he ido he podido dar la cara.
Hablando con Jorge Isiegas dijo que del 100% de festejos de novilladas solo podéis aspirar al 10% porque el resto queda para los de apellido y dinero.
Me siento orgulloso de mi carrera. Estoy siendo fiel a mi mismo. Me hubiera haber gustado ir, tras mi tarde en Sevilla, a ferias importantes como Santander pero no lo he estado. Estoy orgulloso de que me llamen para Villaseca, Mont de Marsan… Son ganaderías diferentes a la de Santander pero son dos toros, unas aficiones que te esperan y empresas que te respetan.
¿No se pierde la esperanza al ver quién torea y cómo los triunfos no sirven?
Me queda mucho que aprender en el toro pero en la vida y en el toreo debes aprender a no mirar a los lados. No puedes echar balones fuera ni mirar a nadie pues cada uno tiene sus circunstancias. Está claro que se te remueven las tripas al ver como algunos van en otras circunstancias. A mí me gustaría tener los cartuchos que tienen otros pues es más fácil si tienes tres que uno. Es bonito saber que te lo ganas día a día.
¿Hay miedo a quedarse parado con la alternativa?
Miedo no. El toreo no es fácil ni para el arenero pero las cosas se te pueden poner de cara. Confío en estar en las ferias como matador y que las cosas me rueden. Lo difícil muchas veces no es llegar, es tener la regularidad necesaria para mantenerte y eso te exige estar preparado. Lo que me preocupa es no lograr mantenerme, no la alternativa. Compromisos como los de Mont de Marsan o Villaseca te hacen poner la mente más allá pues sabes que habrá mayor exigencia. Para ser figura debes matar todo tipo de encastes y para ello hay que prepararse.
Eres un torero sevillano de corte madrileño, ¿eres torero de Sevilla o Madrid?
No me considero ni de una ni de otra. Muchas veces se confunde al torero sevillano como torero de pellizco, de detalles y no es así. Yo me considero un torero al que le gusta romperse con los toros, entregarse… por eso he caído bien en Madrid. Muchas veces, aunque soy un enamorado de lo bonito, hay que dejarse llevar por tus tripas y hacer que la gente lo sienta contigo. Siempre toreo dejándome llevar por lo que siento pero no siempre sale. No me considero de sevillanía, me considero profundo pero no sería capaz de definirme.
Muchas veces el sevillano no cae en Madrid.
No (risas) a mí me respetan y he tenido tardes buenas pese a que, por circunstancias, te juegas todo a una tarde. Eso te hace ir con más presión pero a Madrid le debo todo. En el toreo no es que haya conseguido mucho pero, gracias a Madrid, estoy en boca de los aficionados y voy toreando. Hace dos años estaba trabajando en el campo, entrenando sin ver un pitón. Me pusieron en Madrid, me supieron ver y me lanzaron, Madrid siempre me ha respetado aunque las tardes hayan sido de diferente grado de entonación.
Me hablabas de María Cascón, Raso de Portillo… En Villaseca La Quinta.
Estoy muy contento porque es una ganadería que tengo muy bien considerada.
Una feria con Monteviejo, Dolores… No es lo más duro, a priori.
Las otras las mataría igual. En las ferias, como la de Villaseca, en las que te respetan hay que ir hacia adelante. Hay ferias que son toristas, tienen el novillo serio pero respetan al novillero. Estoy muy contento de estar en La Sagra.
La pena, torero, es que no podamos hablar de una “Villaseca andaluza”.
No me he presentado en mi pueblo (Écija) con caballos. Es una localidad de mucha afición pero llevamos años con la plaza cerrada. El aficionado se va aburriendo y quemando al ver que no hay toros. Me da pena que no me hayan podido ver más que en Sevilla porque no hay novilladas. Por eso estas ferias como Villaseca te dan envidia sana. Ojalá hubiera más ferias así en las que te dan esa gran categoría como toreros.
¿Qué tienes por delante?
Barrancos, Villaseca, Arnedo y ojalá Sevilla.
Vaya, !qué pocas!
En Arganda corté oreja, en Villa del Prado dos pero no han contado conmigo. Ellos son los que hacen la feria. A mí me dio mucha alegría cuando me llamaron de Villaseca porque han tenido la clase de reconocer tus esfuerzos y encima te tratan con muchísima categoría.