Entrevista a Luis Miguel Parrado, 30 años de periodismo taurino.
Hablamos con Luis Miguel Parrado.
En el año 1988 un joven aficionado llegó a Radio Andújar, los primeros pasos de uno de los mayores referentes del periodismo taurino se empezaban a dar.
Su nombre se ha convertido en sinónimo de campo y ganaderías y su archivo, un tesoro del toreo, recoge casi 40 años de evolución de la tauromaquia en España.
Treinta años de información taurina.
Sí señor, desde el 10 de febrero de 1988. La primera noticia redactada por mí apareció el 1 de febrero de ese año con 17 añitos. Mi archivo empezó a los siete años, y recuerdo que llamaba la atención ver a un niño de 7 años apuntando mientras presenciaba la corrida. Entonces iba la gente a los toros… El 23 de mayo de 1981 comencé a guardar mi archivo.
La primera entrevista que hice salió el 10 de febrero de 1988 y fue a Paco Laguna, biógrafo de Manolete.
¿Por qué un niño tan pequeño decide crear un archivo sobre toros?
No lo sé Jaime. Si te enseño una reseña de mis comienzos solo aparecen los datos del toro, puyas tomadas, el resultado del torero y el del toro en el arrastre.
Se fue haciendo cada vez mayor y ahora cada vez que voy a la plaza o las veo hago una ficha completa de la lidia.
Este año he incorporado 702 festejos, 100 vistos y los demás gracias a gente como tú que me manda datos que luego voy ampliando. 4200 animales en un año, imagínate en 30…
¿Influyó tu casa en la pasión por el toro?
Mi padre era aficionado como lo era al fútbol. En mi familia materna había afición por el caballo teniendo yo un tío que fue un gran caballista. Mi padre tenía tres becerros de cebadero y yo, con mis cinco añitos, estaba siempre en medio de ellos.
Me llevaron un día a montar y casi tuvieron que domar más al jinete que al animal. El toreo siempre me fascinó, algo había dentro de mí.
Mi padre era el que me llevaba a los toros y el primer recuerdo que tengo fue en Andújar en 1975 con una de Sorando y luego una de Los Campillones para rejones.
Con más sensación de recuerdo tengo un mano a mano entre Espartaco y Cayetano de Andújar en la que Espartaco cortó seis orejas y rabo con un blanco y oro. Quizás ese sea mi primer recuerdo con más conocimiento del toro.
¿Por qué el periodismo?
Soy un gran tímido, aunque no lo parezca. Mi mujer me decía qué cómo era capaz de dar una conferencia ante doscientas personas y no me atrevía a preguntar el precio de nada en una tienda.
Siempre he tenido la necesidad de comunicar, en EGB ganaba concursos de redacción y en BUP y COU sacaba grandes notas en Lengua.
Poco a poco fui cogiendo más pasión y hasta hoy. Es curioso pero los premios que tengo son por fotografía y no por escribir.
¿Cómo te entra la pasión por la fotografía?
Fue por una necesidad de complementar mi archivo. Paralelamente a mi archivo tengo otro de ganaderías en el que recojo sementales y otros aspectos que necesitaba guardar con fotos. Cuando iba al campo me quedaba a medias, quería fotos de todo lo visto.
Desde pequeño había hecho fotos con la Polaroid. Luego lo dejé hasta que en 2001 me hice con mi primera cámara… hasta hoy. Me permite la fotografía el complementar mi archivo de fotografías reflejando la tipología de los animales. Tengo, desde 2001, otro archivo de fotos.
Uno de tus primeros trabajos es en El Periódico del Guadalquivir y su sección taurina.
Ahí empecé a escribir de toros para que me leyeran los demás, antes escribía para mí. Antes había hecho trabajos con empresas del toro, incluso fuertes.
Carrusel Taurino te cambia la vida.
Sí. El salto definitivo vino gracias a una llamada que hice en un programa en el que pedían opinión a los oyentes. El productor, Joaquín Bueno, me dijo que no colgara porque Juan Ramón quería hablar conmigo. Me fichó como colaborador.
Juan Ramón es una persona que siempre me ha dado la mano cuando otros me la han soltado. De eso se van a cumplir 19 años. Es torerista pero se habla como se es y es buena persona, lleva la bonhomía por delante.
Tiene muchas horas de directo y necesita muchos protagonistas. En el “Comité de Expertos” nunca nos ha dicho ni pío de lo que tenemos que decir ni tampoco nos ha dicho que no nos metamos con nadie.
Antes le había enseñado a José Enrique Moreno del Correo un trabajo en el que había recogido qué había pasado en el 2000 con los toros rechazados en Sevilla el 99.
Me dijo que si lo podía publicar y fue mi primer artículo de gran repercusión. Tras ello Paco Aguado me lo pidió para 6toros6 y empecé una colaboración y ahí seguimos.
Empiezas a cubrir también ferias.
La primera feria es la de Linares 2000 cuando era de las más importantes del norte de Andalucía y tenía cuatro festejos.
¿Cómo te reciben los demás profesionales taurinos?
Nunca he tenido una mala percepción de nada. Cuando empecé en Carrusel el programa tenía cuatro años y 6toros6 iba camino de convertirse en la revista más importante.
Empecé cubriendo Linares y una crónica mía en Córdoba a Finito titulada “Camino al Califato” me pegó el espaldarazo. Tras ello cubí Arnedo, Dax, Moita….
No siempre se recibe bien al nuevo habiendo periodistas de apellido.
Fui poco a poco pero yo tenía mi parcela restringida. Fíjate, después de tantos años hay gente que no me pone cara.
Gente con la que hablo en twitter se han puesto a mi lado desayunando y no saben ni quién soy.
¿Eso cómo te sienta?
Me sienta bien. Soy una persona que utiliza muchos lemas como paciencia y memoria pero uno de esos principios que tengo es el de “quién diga yo soy es porque no tiene quién le quiera decir tú eres”.
30 años, ¿ha cambiado mucho el periodismo taurino?
Muchísimo para mal, muy para mal. Hay gente que se mueve en la vida por derecho y otros que no van por ese camino. Hay un tweet de Vicente Sánchez que he retuiteado:
El águila sorprendida de ver al caracol en la cima le preguntó:
¿y cómo has llegado tú hasta aquí?
A lo que éste le respondió:
Arrastrándome.
Me parece una aberración que Álvaro Acevedo tenga que estar reducido a un lujoso cuartel de invierno como Cuadernos de Tauromaquia. Es vergonzoso que Javier Hernández no esté en el toro.
Hay otros que se creen en el machito y que son instrumentos útiles para quién los maneja.
¿Quién los maneja?
Tanto Álvaro como Javier no son políticamente correctos y otros sí, esos les van bien. Hay una persona que no tiene su incisividad, como Alfredo Casas y es una vergüenza que esté en Bilbao.
Es una persona honesta que hace un periodismo blanco, no incisivo. Lo importante en el toro y en la vida es saber jugar tus cartas.
¿Cómo ha afectado al mundo del periodismo taurino la llegada del tunela?
Cada uno con su conciencia, no hay nada más bonito que dormir bien por la noche y saber quien eres. Eso también implica que debes conocer quiénes son los demás. Admiro a Alfredo, Javier y Álvaro.
En mi vida he tenido maravillosos amigos que me han venido por derecho y otros que han tenido dos caras. Uno no es una moneda de oro que sí gusta a todo el mundo.
¿Y la llegada de las redes sociales?
Ha afectado, sobre todo a la inmediatez. Cuando yo era un niño esperaba la llegada del martes para que llegara Aplausos y así poder complementar la información de los boletines de Clarín.
Ahí me enteré yo de la muerte de Yiyo. Ahora a los tres minutos de pasar ya te has enterado.
Tú tienes unos críticos que lees para saber lo que ha pasado de verdad. Hubo uno del que tuve el honor de ser amigo y al que veía en toros en El Puerto o Jaén y le leía lo mismo que yo veía, Fernando Carrasco.
Hay otros a los que no puedes ni leer. Hay una gran cantidad de intereses creados. Cada uno lee al que ve los toros más parecidos a su idea, date cuenta que el mismo toro puede ser manso para uno y bravo para otro.
Ahora algunos blogueros y tuiteros están hasta en revistas.
Suerte para ellos pero hace veinte años, en una coyuntura idéntica, no les hubiera sido tan fácil entrar. A mí los blogs taurinos me parecen una iniciativa fantástica, pero como en todo, hay gente que va por derecho y hay gente que se aprovecha de eso para historias espúreas.
Lo que no soporto es que haya gente que tenga un blog y vaya acreditándose con él por las plazas de toros. Yo recuerdo el desprecio de muchos empresarios cuando llegabas y decías que eras de la Ser de Andújar porque ya en Jaén estaban la Ser de Jaén y la Ser de Linares y ahora llegan con la historia de que tienen un blog, en el que a lo mejor ni escriben, para buscar acreditaciones para ellos y para quién sea de su familia.
Hablemos de Clarín, un programa muy diferente en el que fuiste pieza clave pero que duró poco.
He estado en tres etapas allí y ahora estoy de manera testimonial con crónicas aisladas y mi voto para la Oreja de oro.
El primero que me llamó para trabajar allí fue Adolfo Rodríguez Montesinos pero lo que más disfruté fue la etapa de Sánchez y Mazas, jamás les podré agradecer que se acordaran de mí. Debuté con un clásico como Juan Ortega, referente taurino malagueño, en una tertulia.
Recuerdo que él y yo tuvimos un intercambio de pareceres sobre José Tomás y gustó, nos llegaron a llamar la “Extraña pareja”.
Por desgracia el programa no duró lo que tenía que durar pese a ser una referencia para los aficionados. Era el prototipo de programa taurino de radio para el siglo XXI. Duró demasiado poco pero también Ureña debería estar en todas las ferias, el Fino ser un torero de culto, José Tomás debería torear veinte tardes…
¿Cómo viviste su fin?
Llegó una nueva dirección, cambió la escaleta de como se hacían los programas. Fue una etapa preciosa que ojalá vuelva.
Lo que me ha gustado de verdad a mí es escribir, tener la ilusión de llenar un folio en blanco. Alfredo Casas en La Fiesta me devolvió la pasión por escribir que, por circunstancias, yo tenía perdida.
Si los patrocinadores fueran ajenos al toro…
Se podría haber logrado que la fiesta fuera patrocinada por fuera si se hubiera llevado a cabo un programa organizado para ello. Antes Tabacalera patrocinaba los burladeros pero ahora las multinacionales huyen del toro.
Hay ganaderos en grandes multinacionales que ayudan pero que no quieren que su empresa se relacione con el toro. Con Victorino al frente de la Fundación deben cambiar muchas cosas. Además es una voz autorizada, una persona de recias convicciones como su padre y carácter. Hay que hacer un trabajo de campo al que no sé si llegamos a tiempo.
Antes había publicidad de Aerolíneas de Venezuela en las revistas, con su azafata sonriente, ahora el toreo parece apestado siendo el segundo espectáculo de masas. Por muchas vueltas que le doy no entiendo el por qué.
Los toreros deberían aprender de los ganaderos. Hace 30 años era más difícil pisar un tentadero que hacerte una foto con una figura. Ahora los ganaderos se han dado cuenta que tienen que abrir puertas y enseñar la vida del toro, eso le está faltando a las grandes figuras.
Hay proyectos periodísticos que eran una pasada y que lo pasaban fatal para que una figura entrara en su revista mientras que sí lo hacían en semanarios de periódicos de marcada línea antitaurina.
¿Qué opinas de la figura del periodista taurino jefe de prensa y que escribe crónicas taurinas hasta a su torero?
Allá cada uno con su concepto de dignidad. Yo no soy Dios para juzgar a nadie ni soy nadie para meterme en sus necesidades, cada uno con sus circunstancias.
¿Es fácil hacer la crónica de un torero que es amigo tuyo?
Los días que está bien es fácil. Tengo muy pocos toreros amigos, con los toreros de ahora me habré tomado un café con dos . Yo ante que cronista soy aficionado y tengo toreros de mi referencia que me gusta ver torear que no son los mimos que gustan a otros.
Yo a Carrasco lo leia. Cuando están bien es fácil pero cuando están mal… Ellos saben cuando han estado mal. Como te decía, me habré tomado un café con dos toreros, hay más gente que me pone nombre que cara.
¿En las ganaderías me contestarías lo mismo?
Es otra historia. Cuando un toro sale malo, eso sí, no se puede cambiar. Tengo más amigos ganaderos porque es mi especialidad. Por cuestión de empatía tengo mis amigos ganaderos. Lo más bonito es que un ganadero que no me conoce empiece una entrevista al paso, luego trote y acabe galopando.
Eso es lo más bonito. Tengo más amigos ganaderos porque la forma de ser que tienen es distinta. Los toreros están en continúa tensión, hasta en un tentadero. A un ganadero lo ves en la soledad del campo.
¿Hasta dónde puedes contar?
Hasta donde no rompas la intimidad de quién te ha abierto las puertas de su casa. Hay ganaderos que no quieren que se sepan sementales y vacas. Me decían algunos que no sabían cómo yo conocía determinados datos de su casa.
Si un ganadero no quiere que algo se cuente no puedo hacerlo. No es un secreto de Estado tampoco. No es como si te enteras que José Tomás vuelve con Santiago López. A lo mejor con el tiempo se puede contar. Ser educado y respetuoso con quien te abre las puertas de tu casa.. El límite es el respeto
A veces se cuenta sin contar
Hay gente que sabe leer entre lineas. En casos no se cuenta y no se cuenta. Cuando voy a entrevistar a un ganadero en vez de las 25 preguntas que le voy a hacer me preparo muchas más. Tardo el triple en documentarme que en hacer la entrevista. Tienes que dar a veces la vuelta a la pregunta.
El rico del ladrillo ha roto la figura del ganadero de siempre
Entre los ricos hay buenos y malos. Uno de los ganaderos más grandes Juan Pedro se hace ganadero para promocionar sus bodegas. Moreno Silva me contaba que su abuelo le decía que la ganadería era la cima de los negocios pero que no podía ser más allá del 10% de todo.
La ganadería siempre ha sido aristocrática, no he visto casi nunca a un ganadero tieso. Muchos se esfuerzan con sus ganaderías más modestas pero lo normal es que sea gente con dinero.
Hay algunos ganaderos que han hundido hierros míticos
Hay buenos y malos ganaderos. Yo te hablo de Domingo Hernández o Victoriano del Rio y ves el nivel de grandísimos ganaderos. Es como todo, hay de todo.
Muchas ganaderías se están marchando al repartir las herencias.
Ahí depende del grado de afición del heredero. Siempre se ha dicho en el campo que el abuelo hace la fortuna, el hijo la conserva y el nieto la dilapida. Hay una casa paradigmática como Miura que acordó que siempre se daría la ganadería a los varones. Han ido abriendo y cerrando. Antonio no tiene hijos y Eduardo solo uno, se volverá a cerrar el círculo.
El problema viene cuando el reino se reparte entre once pequeños emperadores. Depende de la afición. Hay chavales con sus padres que son locos de la ganadería y otros que están en un tentadero pendiente de cómo y donde se mueve una mariposa por el campo.
¿Te hubieras imaginado hace veinte años la venta de Zalduendo?
Siempre ha sido Fernando un ganadero muy inteligente.
¿Se puede ser un gran ganadero teniendo un número muy elevado de cabezas?
Sí, ahí están los casos de Cuvillo o Garcigrande. Lo puedes ser acompañado de un ordenador. No es posible en la cabeza teniend0 900 vacas de vientre. Cuando estás tentando a la vaca 300 debes acudir al ordenador.
La llegada de la informática es una revolución no contada pero muy útil. Juan Pedro fue un revolucionario con su programa y eso le permitió un gran nivel de perfeccionamiento. El ganadero de lidia no lo tiene fácil, debe controlar fenotipo y genotipo, no como el de carne que solo debe cuidar el fenotipo.
Ha irrumpido la figura del aficionado práctico, ¿salvavidas o ruina?
Salvavidas. Los 300-400 euros que tienes por la bravura da para mucho pienso. No soy nadie para juzgar a nadie y sus circunstancias. Cuando la ganadería es grande es fácil de comprender que los aficionados no se van a llevar las vacas de José Tomás, Juli o Morante. Lo único es que quizás haya menos chavales en las tapias. El ganadero que vende 6 vacas tiene 1300 euros que dan para mucho pienso.
Hablas de un grave problema como la no presencia de chavales.
Son los que al cabo de diez años matan esas corridas y algunos tienen paciencia y memoria. Luego que no se llore cuando uno llegue a figura y no mata sus toros. Soy muy de frases.
Eduardo Canorea dijo, tras la muerte de su padre, que hay que respetar a todo el mundo, incluyendo al chico ya que es el grande de mañana. Debe aplicarse eso al hecho de no dejar que vayan tapias.
Hablemos de la figura del veedor.
Esa figura la instaura Joselito El Gallo en el segundo decanato del siglo XX. Los hay muy grandes profesionales que salvan muchas corridas y ferias. Hay gente buena y mala.
¿Pueden ser los toreros buenos ganaderos?
Hay una frase que escuché. “Nunca la buena guitarra la han hecho los tocadores”. Hay excepciones como Capea y Manolo González.
EN BREVE.
Una ganadería: Cuvillo y Torrestrella
Un cartel: Finito, Morante y Talavante.
Una plaza: Sevilla y Dax
Un periodista taurino: Fernando Carrasco
El mejor momento: La despedida de feria de las peñas en Dax, la última corrida de agosto y el día que pronuncié el pregón taurino en Linares.
El peor momento: Algun atranque con algún taurino que ha venido a recriminar las cosas no con la misma educación con la que fueron escritas.
Fundación . Con Victorino tiene un panorama ilusionante por delante.
Ganaderos en retransmisiones taurinas:. Hay gente que dice que sin los toreros el toro sería un animal del zoo, yo díría ¿qué serían los toreros sin el toro?