El autobús roza la puerta grande y se lleva la buena tarde de Rafael González (Las Ventas 15 Abril)
A Rafael González le han quitado una puerta grande que se pidió mayoritariamente en la primera plaza del mundo. Reglamento en mano el torero toledano debió abandonar en hombros el coso de la calle Alcalá de la mano de sus paisanos, los cuáles hicieron muy bien el trabajo que traían desde casa y que, con todo el derecho del mundo, hicieron más que bien.
Apoyar a tu torero, a tu ilusión, al de tu pueblo o al de la vecina no es delito y Rafael González ha ido hoy a la primera plaza del mundo apoyado por su pueblo. Desde que se abrió de capote con el primero de La Dehesilla los olés sonaron por encima de lo hecho y solo un sordo no hubiera podido localizar lo bien repartido que el coleta llevó a los suyos.
A su primero, en la muleta se puso a torear con la tranquilidad de quién ha pegado un puñetazo en la mesa llevando mucha gente a la primera plaza del mundo, algo que vale exactamente igual que si cortas cuatro orejas por tarde ya que el empresario se mueve lógicamente por el dinero, y se puso a desafiar el viento. Lo que había hecho daño a sus compañeros en él fue una virtud y Madrid aclamó su entrega. Una faena de pasión en la que no vimos ni rastro de su excelente zurda pero en la que el trofeo conseguido pareció merecido salvo para los que tienen vista de águila o acuden con prismáticos. Una oreja de peso escaso pero merecida por las ganas y por la tarea bien hecha con su público.
En el sexto cometió el error de salir muy frío con el manso que hizo sexto. Su primera tanda en la muleta provocó que gente abandonara el tendido al ver la tormenta que se avecinaba y con la sensación de que no vería la puerta grande. Rafael logró remontar la faena con una buena serie por el pitón derecho para luego dejar una imagen correcta quedando por encima de un novillo muy a menos. Un pinchazo fue preludio de una estocada entera que destapó el delirio autobusero con pañuelos saliendo sin sentido sin haber ni caído el toro. La oreja debió ser concedida mirando la petición. La vuelta al ruedo mostró como el torero apostó más por premiar a los suyos que por aceptar el premio de ovación que sí le hubiera ofrecido Madrid. OREJA Y VUELTA
Ángel Jiménez se vio perdido en su primero con el viento. El andaluz nunca se acopló en un quiero y no puedo de más entrega que acierto. SILENCIO gracias a la espada.
En el cuarto siguió en un tono gris pero dejando el fondo de buen torero que atesora. Una mala tarde que debe salvar su evolución y los pases al novillo de la Dehesilla en su tanda reunida. SILENCIO.
Pablo Atienza vivió como Ángel Jiménez su falta de contratos con una actuación peor de lo debido. El segoviano no pasó la raya necesaria en su primero para que su faena pasara de correcta a buena. Se quedó al hilo del potable segundo, aunque fue a menos, dejando la sensación que había más torero de lo enseñado. SILENCIO.
En el quinto cerró su mala tarde desesperándose con el peor novillo del encierro y sin enseñar las buenas formas que atesora. Madrid se impacientó. SILENCIO.
RAFAEL GONZÁLEZ DEJA UNA BUENA IMAGEN QUE MAGNIFICA PARA MAL SU AUTOBÚS. EL PALCO SE SALTA EL REGLAMENTO EVITANDO UNA PUERTA GRANDE QUE NO HUBIERA BENEFICIADO AL TORERO PERO QUE SÍ DEBERÍA HACER REFLEXIONAR A TODOS. JIMÉNEZ Y ATIENZA NO TIENEN SU TARDE CON CORRIDA MANEJABLE DE LA DEHESILLA.
Este novillero tiene buenas condiciones pero esta magnificación de todo no le está pareciendo ayudar con una carrera demasiado rápida.