Cuando pierdes la torería… (Crónica Candeleda 12 Septiembre)
Cuando pierdes la torería haces cosas como brindar un novillo de un festival a todos tus compañeros y pasar olímpicamente del novillero. Un detalle tan feo como poco torero, seña evidente de una decadencia que no parece tener vuelta atrás.
En la imagen podemos ver la bellísima plaza de Candeleda llena presenciando como Javier Conde brindaba a sus compañeros mientras el joven novillero, Tomás Rufo, se quedaba mirando en el otro lado de la plaza. Lo dicho, la decadencia. En los festivales los TOREROS miman a los novilleros, no los desprecian.
Javier Conde instrumentó una faena triste, al hilo y despegada a un novillo que acusó el ser picado. Un novillo ideal para expresarse por su nulo peligro y su calidad. Ni por esas, el malagueño se puso al hilo y solo dejó un par de remates en un trasteo triste. Tanto como el brindis. SILENCIO.
Miguel Abellán se mostró muy profesional con el segundo de la tarde. Un novillo de clase pero que se dañó tras pasar por el peto. El madrileño lo pasó por ambas manos conectando con una tierra que le quiere en una faena técnica y sobrada que le puso en las manos el doble trofeo. DOS OREJAS.
El Cid. El de Salteras sorteó un novillo malo y flojo que acusó querencias del encierro y mansedumbre. La faena tuvo dos series que sirvieron para demostrar que le podía y la triste petición de los trofeos por parte de la cuadrilla. DOS OREJAS.
Daniel Luque. Su novillo fue malo, muy malo pero el sevillano fue una sombra en Candeleda. No se le vio cómodo ni animado instrumentando una labor sin pena ni gloria, acorde con el novillo. PALMAS.
Tomás Rufo. El novillero de Pepino salió con ganas recibiendo a un novillo muy manso. En el capote hubo más ganas que acople ante la huída desastrosa del burel. La cuadrilla, poco acertada, protagonizó una capea que aquerenció más al novillo. En la primera tanda al natural Tomás sujetó al novillo en los únicos momentos en los que el astado no huyó. El resto fue un querer del chaval por todos los medios ante la desesperante mansedumbre del novillo. Una estocada fea dejó el premio a las ganas en UNA OREJA.
FEÍSIMO DETALLE DE JAVIER CONDE AL OLVIDARSE DEL NOVILLERO EN SU BRINDIS. UNA MUESTRA MÁS DE UNA DECADENCIA QUE NO PARECE TENER VUELTA ATRÁS. MALA NOVILLADA DE MARIANO DE LEÓN EN LA BELLÍSIMA PLAZA DE CANDELEDA, UN COSO EN EL QUE EL CABALLO NO ES BIEN RECIBIDO..