Centenario de Gallito. Hablamos con Ignacio Sánchez Mejías.
Hoy se cumplen 100 años de la muerte de Joselito y en Patrimonio Taurino vamos a dedicar el día a José. Hablamos con Ignacio Sánchez Mejías conociendo un poco más, muy de cerca, la figura de Joselito el Gallo. Hablamos con una parte esencial de los homenajes a Gallito que se han visto trastocados por el coronavirus pero que ha sabido dejar la esencia del reconocimiento merecido al genio de Gelves.
¿Qué tendría José para que le sigamos recordando tanto pasados 100 años?
Las aglomeraciones de aquellos días hablan por sí mismas. Las aglomeraciones que se vivieron en Madrid y en Sevilla con el féretro son tales que no imagino que ninguna figura actual que falleciera pudiera levantar esas multitudes.
Esa importancia la estamos viviendo, con mucha intensidad, un siglo después.
Podría decir que quizás estemos en un momento irrepetible. Esta fecha es única para recordar a una figura histórica, no creo que tengamos otro momento más señalado para recordarle. Esta fecha la teníamos marcado para recordarlo como es debido.
La pena es que nos ha pillado un momento muy malo.
Además de verdad, no sé si tendremos un gafe o qué. Hemos trabajado mucho con la Comisión del Centenario de la Macarena y la Cátedra Sánchez Mejías. Todo estaba preparado, había grandes mesas redondas, una magnífica exposición, el monumento… Todo al traste, qué le vamos a hacer, será una especie de gafe que tendremos con la figura de José.
El monumento sigue pendiente.
Sí, era el final del año de José, en noviembre. Era el acto de cierre el 24 de noviembre y creo que lo podremos hacer. La Comisión sigue trabajando y tenemos la esperanza de poder celebrar algunos actos como las mesas redondas. Mañana sigue la Misa en la Macarena adelante pero no podrá hacerse la premiere del pasodoble a Joselito. Tengo esperanza de poder hacer los actos que están programados para después del verano.
Hablamos de José. ¿De dónde le proviene esa cabeza tan privilegiada?
No lo sé, la verdad, es una cosa impresionante. Todo lo que hizo, siendo tan joven, es algo que uno no se puede explicar. Recuerdo una anécdota que contaba Don Eduardo. Fue allí a tentar y su tío abuelo decía que este chico, José, puede ser figura del toreo. Cuando acabó el tentadero y subió a hablar con los ganaderos dijo “este chico ya es figura del toreo”.
Es impensable imaginar cómo cambió las estructuras del toreo con menos de 20 años. Con esa edad ya había ideado las monumentales. Piensas que murió con 25 años y te preguntas lo que hubiera podido hacer con más años.
Su hermano no era igual.
Rafael era un genio impredecible, tanto dentro como fuera del toreo. Fue a América y decía:
- Me asomaba a la borda y veía delfines.
- ¿Qué decían los delfines, Rafael?
- Hola Rafael, ¿qué tal?
Era una persona irrepetible.
Un concepto muy diferente, más artista, que su hermano José.
Absolutamente. Mi prima María Dolores me decía que cuando vivían mantenían la casa un mes cada uno. El mes que lo administraba Rafael era todo improvisación, las mujeres se preguntaban qué iban a hacer. Cuando lo administraba José todo era orden, concierto, las alacenas llenas, las comidas preparadas a su hora…
José era un genio, no se ha escrito tanto como se debería sobre él. Fue un genio dentro y fuera de la plaza.
¿Cómo se llevaban los dos hermanos?
Perfectamente. Mira, un día en Pino Montano una persona saltó diciendo que ambos se llevaban mal y mi hermana saltó “¿A tí quién te ha dicho eso? Rafael siempre habló bien de su hermano, la familia Ortega fue una familia muy unida, sería impensable pensar que no se hablaran.
El último año no torearon juntos.
José organizó un año de despedida para su hermano, unas corridas de retirada. Fue un pionero en el toro hasta en eso, el año de retirada no se lo inventó ni Padilla ni El Cid. Gallito organizó una serie de corridas para que su hermano tuviera un dinero. Ese año de despedida torearon juntos pero al año siguiente, como Rafael era tan así, dijo que iba a torear también. José se sintió, de alguna forma, tan traicionado que no volvió a torear con él el último año. José pensaba que para él Rafael se había retirado y no toreó con él. De ahí, a que no se hablaran, va un abismo.
La familia Ortega estaba muy unida, mi prima María Dolores que convivió mucho con Rafael lo dice, y era impensable que no se hablaran. Alguno lo pensó, lo dijo, y muchos se lo creyeron y lo dieron por hecho.
¿Cómo era la madre de José?
Ignacio empezó a salir con la hermana de José, con Dolores (la abuela mami). Gabriela pensaba que Ignacio era imprudente, que se pasaba de rosca, que era demasiado moderno. La situación de pasar de amigo a pretendiente es un paso importante que es complicado dar. La señora Gabriela se ponía en la reja para que no pelara la pava adecuadamente. Debió ser una señora de armas tomar.
La relación de José era importante, adoraba a su madre, no fue a América un año por la enfermedad de su madre. Su muerte le afectó mucho.
¿Qué cambió José en el toreo?
La gente va dándose cuenta, con el tiempo, que José es el verdadero revolucionario del toreo. A mí me extrañaba, sobre todo al hablar con aficionados jóvenes, que dijeran que el que había creado el toreo moderno era Belmonte. Con el tiempo siguen creyendo esto aunque creo que se ha demostrado que el toreo moderno lo ha creado Joselito.
José fue el primero en torear en redondo, algo que es el padre y la madre de las faenas. El toreo en redondo es la base del 90% de las faenas. El toreo de Belmonte era un toreo en 8, natural y de pecho, natural y de pecho. Hemos visto vídeos de Belmonte en 1934, 14 años de después de la muerte de José, toreando en Nimes y no da un pase en redondo, todo son naturales y pecho, naturales y pecho.
José se dio cuenta que los públicos esperaban algo más que el poder a un toro y matarlo, querían una faena más artística. José lo vio y lo hizo. Cambia los encastes de las ganaderías, cambia el concepto del toreo y crea el toreo moderno.
La creación de la Monumental. ¿Hablamos de un desafío contra La Maestranza o una necesidad de público mayor?
No fue un desafío. Él vio que el toreo era un espectáculo carísimo, caro es ahora, y la clase precursora obrera de los años 10 no tenía dinero para ir a los toros y pensó cómo solucionarlo. Cambió los cimentos económicos de la fiesta con la idea de las plazas monumentales. Te pones hace 110 años en la idea de cambiar los cimentos económicos de la fiesta y te das cuenta que lo cambia con las monumentales. Piensa que con cosos de 20-25000 espectadores se abaratan entradas pero manteniendo el cargo en taquilla ganando empresarios y toreros pero con el acceso de un público mayor.
En el libro “La Monumental de Sevilla” puedes ver cómo se abarataron las entradas. Muchos aficionados de Madrid, hijos de la Monumental, son aficionados por Joselito. Él hizo posible, con las plazas mayores, que los precios fueran menores y los jóvenes se pudieran abonar.
No creo que fuera un ordago a los maestrantes, era una idea revolucionaria de las muchas que tuvo, que sí iba en contra de la situación de privilegio que tienen. El empresario de la Monumental murió en un accidente de tráfico y el segundo año del coso el empresario de La Maestranza llevó la Monumental. Sobre la base de “Si no puedes con tu enemigo…” pensó que eso no podía ser y llevó las dos plazas.
¿Por qué duro 3 años?
Duró dos temporadas y medias porque lo cerró el poder establecido. El día que murió José había toros en la Monumental. Una vez muerto José no había quién la defendiera. El promotor de La Monumental tuvo ciertos problemas económicos y en 1921 una Comisión de la Autoridad Gubernativa dijo que no se podían dar toros allí. Imagínate en una plaza que se había llenado 4 meses antes. No se dieron más toros, se dejó morir. El promotor quiso hacer pruebas de carga para demostrar que se podían dar toros, se lo denegaron. En España no había democracia, se lo denegaron y en 1930, cuando se pudo, se tiró.
Se derrumbó sin ninguna urgencia urbanística. Se tiró en 1930 y la zona de Eduardo Dato no se construyó hasta 1946 por falta de defensa. Creo que si José siguiera vivo no se hubiera tirado. Los jóvenes tendrían más afición porque los abonos serían más baratos e irían más a la plaza.
Mira, una reaparición de José Tomás en Madrid me costó 8,5 euros en sombra. Si las entradas para ver a Curro hubieran sido más baratas seríamos curristas más del 75% de los sevillanos, no el 25%.
¿La Maestranza no estuvo detrás?
Eran competencia pero no había un solo dato que demuestre que estuvieron detrás. Podemos pensar que sí pero debemos pensar que los maestrantes no viven de La Maestranza. Los maestrantes tienen la plaza cedida en alquiler, igual que en 1920, que es como una ONG. No tiene sueldo y sus ingresos son a temas sociales, hay que quitarse el sombrero. Tienen comedores sociales, apoyan a estudiantes, tienen un fondo de estudios taurinos en temas de libros…
Lo que pasó, más que un tema económico, debió ser un tema social. En los años 10 del siglo pasado estábamos en una época tan convulsa hasta el punto de haber hasta 10 gobiernos. Es una década que llega con la clase obrera, la clase media que hacía frente a lo que había sido siempre la oligarquía social y ganadera de Sevilla. Para mí era un tema social.
De los maestrantes tengo la mejor concepción. Cuando hemos ido a organizar los actos de Joselito han sido los primeros en dar dinero y ayuda, por delante del Ayuntamiento. No tengo nada en contra de los maestrantes, al contrario. Tengo claro que si el tema existió fue social.
¿Por qué no se le ha honrado tanto como es debido en Sevilla?
No te sabría decir. José tiene de monumento el mausoleo de Benlliure. En Sevilla hay monumentos de Curro, Chicuelo, Manolo Vázquez, Belmonte… Todos debido a una persona u organización que tuvieron la idea pero nunca hubo de José. No sé el olvido a que se debe ni te lo sé explicar.
Por fortuna la Hermandad de la Macarena se echó para adelante y contrató al artista, si Dios quiere lo inauguraremos en noviembre. El olvido de Sevilla no sé a qué se debe. Tiene un monumento José en Gelves, su cuna de nacimiento pero no en Sevilla.
¿Qué papel jugaba la fe en su vida?
Era una persona muy religiosa como todos los toreros. El toreo se juega la vida todos los días, juega con la muerte. En mi caso, si tienes una reunión problemática deseas que pase algo para no tenerla, imagínate verte con la muerte 100 días al año.
José era muy religioso. Su relación con La Macarena era muy grande. Ojeda, un genial artista y artífice del cambio de la Semana Santa de Sevilla, tenía una relación muy estrecha con José hasta el punto de que el torero le financiaba cualquier idea que tenía. La revolución estética de Sevilla está relacionada con José.
Hace dos años se realizó un festival para la obra de La Macarena y escuché al profesor Amorós el gran número de festejos que toreó José para beneficio de la Hermandad: para la corona, para la saya…
Las mariquillas que José le regaló a La Macarena. Es una talla internacional pero si miras las mariquillas sabes que es ella. A las mariquillas las ponen de tal manera que si ves una foto suya sabes el año y el acto que es. Todo viene de antiguo, con una medalla de La Macarena que le salvó de una cornada.
¿Cómo era su relación con Belmonte?
Tuvo que ser magnífica. José esperaba a todos los que salían despuntando y quería que se los pusieran delante, si era con Miura, mejor. Tuvo que ver José algo especial en Belmonte. Vería la situación de Guerrita, que se quedó solo en la cumbre y todos fueron contra él y debió pensar que Belmonte le podía servir para no estar sólo. Algo vería en él hasta el punto que le cuidó. Acabaron siendo magníficos amigos. No se ha escrito mucho de ello porque no querían que aquello trascendiera mucho.
Cien años después sigue habiendo Gallistas y Belmontistas, imagínate entonces. Ellos mantenían la situación de pelea siendo amigos y complementarios.
¿Crees que el duelo Gallista-Belmontista estaba entonces o mandaba José?
José estaba muy por encima, en todo. Entre los públicos se mantenía esa dualidad porque convenía, las plazas se llenaban por ello. Entonces no había una prevalencia de uno sobre otro porque convenía esa igualdad, con independencia que mandara José. Juan dijo lo de “lo que diga José”. Hay una carta en el segundo libro de La Monumental en el que el apoderado de Juan lo dice. Convenía mantener esa rivalidad.
Lo que ha pasado después es que los belmontistas han escrito la historia del toreo porque José murió muy joven. La novela de Chaves Nogales, es una impresionante novela que yo recomiendo, es una novela. Es una biografía novelada, es “mentira”. El propio Belmonte reconocía que gran parte de las cosas no estaban exageradas, eran directamente inventadas.
Joselito no tuvo a nadie que le escribiera, no tenía la percha literaria que tenía Juan y por ello los belmontistas nos han ganado la partida. Afortunadamente hemos ido reivindicando más la figura de José y se le va reconociendo. Juan fue el acompañamiento de José y fue éste el verdadero precursor del toreo moderno.
Hoy en ABC hay unas palabras de Morante, estudioso de José, que deja todo claro. Él dice que era más partidario de Belmonte porque su estética miraba más al público que al toro. Sin embargo soy más partidario de José porque su sencillez en el toreo es lo que me gusta, es lo que me inspira. No se puede decir más en menos palabras.
¿Esa figura que podría haber contado y cantado la vida de José hubiera podido ser Ignacio?
Es posible. Ignacio adoraba a José, fue su maestro en la época de banderillero y de torero, era su mito. Si no hubiera muerto hubiera sido él. Si Ignacio no hubiera sido, habría sido alguien de su entorno. Cuando quería que le escribieran, nadie lo hacía hasta el punto que tuvo que cerrar a Alberti para que lo hiciera.
Si Ignacio no hubiera muerto en Manzanares la cosa hubiera cambiado. José se hubiera retirado pronto porque su boda con Guadalupe de Pablo Romero estaba concertada pero Ignacio o sus amigos hubieran hecho justicia a José.
Andrés Amorós lo cuenta muy bien cuando dice que los profesionales con los que ha hablado todos son de Gallito pero los literatos son de Belmont. Eso deja claro a quién preferían los profesionales.
José cambió las estructuras de la fiesta. Sin que nadie le pudiese mandar a la hora de negociar, crea la figura del apoderado.
Una de las muchas cosas que hizo fue crear las estructuras fuera del ruedo. Revolucionó el toreo con la edad de oro obligando a los ganaderos a una genealogía mucho más estructural de la que llevaban. Antes echaban varios sementales con las mismas vacas por lo que no se sabía el padre, sí la madre. Él obliga a una crianza más individualizada.
Joselito dio la alternativa a los Dominguín al igual que instruyó a Camará, al que podríamos mostrar como el apoderado moderno. La figura que seŕia el veedor actual también fue creada por José.
Nadie le mandaba.
No, al igual que Ignacio Sánchez Mejías no se dejaba mandar. Había una reunión de empresarios queriendo, de alguna forma, limitar los honorarios de los toreros y él llegó y dijo “voy a tomarme un café y en 20 minutos con los que estén aquí todavía no me anuncio”. Al volver no quedaba ninguno,
Él tenía una cosa muy buena, no abusaba. Él iba a torear, ganaba el dinero que merecía, pero quería que el empresario lo ganase. No abusaba de su situación. Él toreaba 100 corridas al año, una barbaridad, y no abusaba dando sitio a todo el mundo.
Nos vamos acercando a Talavera, ¿qué había de cierto en la supuesta tristeza de José en el invierno de 1919?
Es una situación novelesca en la que se escribe lo que quieren leer. Me guió por mi prima, por Rafael y por la abuela mami. Lo que cuenta mami de José dista mucho de lo que se cuenta de él como persona triste que fue a Talavera a morir. Era una persona alegre, vitalista, amigo de sus amigos, muy familiar…
Los problemas de José como La Monumental estaban solucionados, sus problemas con Guadalupe de Pablo Romero estaban solucionados con la boda acordada pese a las condiciones leoninas que se acordaron como el hecho de su retirada. Los problemas que pudiera tener ya no estaban, lo que se está escribiendo de él son situaciones de pacotilla, novelescas como lo de no hablarse con Rafael.
Si tu miras las crónicas de ese invierno en América hablamos de un tio feliz, que va fiesta, que manda y que no tiene motivo alguno para estar triste. La tristeza es algo inventado.
Cómo has escrito hoy en ABC, muy amante de las mujeres.
Era una persona normal al que le gustaba la juerga, el deporte, la caza, las fiestas… En Pino Montano hubo muchas fiestas en las que se le ve bailando, era una persona normal. Mi prima dice que era mujeriego sin llegar a los límites de Ignacio.
¿Cómo era su relación con Gregorio Corrochano?
Era magnífica hasta que decide crear la Monumental de Sevilla. Gregorio era crítico de ABC y se situó con la oligarquía de Sevilla. Le hizo una guerra demencial, injusta por ello. Lo de torear en Talavera fue buscando aliviar esta situación.
¿Por qué toreó en Talavera?
Fundamentalmente por paliar esto con Corrochano. Ni el momento, ni la plaza, ni los toros eran para torear en Talavera. Él rompió el contrato que tenía con Madrid y fue a Talavera buscando congraciarse con Corrochano. Ojo, después siguió siendo Gregorio muy amigo de la familia.
Yolanda Corrochano negaba la mala relación de Gregorio con José sobre la base del cariño de la familia a la tuy.
Nos hemos tratado mucho. Cuando el hijo de Ignacio, José Ignacio, quiere ser torero se trae Ignacio al hijo de Gregorio para quitarle la idea. Lo intenta tanto que le hace hasta un campo de fútbol pero le sale mal, los dos acaban como toreros. La familia Sánchez Mejías y la Corrochano son muy amigos. El único problema que hubo fue el momento de La Monumental enfrentándose a la oligarquía. La relación es buena como te digo y el tratado de Gregorio sobre José es extraordinario.
¿Cree que Gregorio cambia tras la muerte de José o fue un problema solo con La Monumental?
Fue solo por lo de La Monumental. Leyendo sus crónicas resulta muy clarividente el ver que Corrochano fue un acérrimo partidario de José antes y después de la Monumental y enemigo durante la misma. No puedo decir que soy de Curro, como es mi caso, y luego dejar de serlo sin motivo. Gregorio fue partidario y luego lo volvió a ser. Su tratado de tauromaquia se le puede recomendar a cualquier persona.
Y cómo decimos, pese a esto, acabaron amigos.
No hubo rencor alguno. Yolanda, la madre de esta señora que dices, venía a mi casa a escuchar los conciertos de la 1. Decían que venía y en mi casa lo escuchaba. El problema con Gregorio fue algo coyuntural, temporal, no llegó a más.
Para terminar, ¿mañana hubiera venido a Talavera?
Probablemente, no. Habíamos organizado una Misa que se sigue celebrando a las 20:30 pero sin ser lo multitudinaria que queríamos. Después se iba a estrenar el pasodoble a José que encargó La Macarena. No conozco la pieza pero debe ser una mezcla entre pasodoble y marcha procesional porque se había pensado estrenar en La Madrugá.
Ir a Talavera no porque después de la Misa estrenábamos la pieza en la plazoleta de La Macarena con la Banda Municipal de Sevilla. No sé si hubiera ido a Talavera por la mañana y vuelto por la tarde pero estaría en Sevilla.
¿Se podrá ver la Misa?
Sí, por streaming. Sólo dejan estar dos personas por banco y cuando se llene no dejarán entrar a más gente.
¿Llevará flores a La Monumental?
Sí. El Círculo Puerta Carmona, un grupo de jóvenes entusiastas a los que he apoyad siempre, han tenido esa idea y me parece estupenda. Mi tertulia de Los Cuarenta llevará flores y yo a nivel personal lleváremos flores. Ojalá llenemos aquello. Es muy bonito que aquello se cuide y que sepamos los sevillanos que allí había una plaza.
Creo que hemos remontado los Gallistas pese al bicho.
Sí. No sé si la pandemia nos ha venido hasta bien, por lo menos en las redes sociales. No sé si escribimos más de lo que hubiésemos escrito en condiciones normales. La exposición de José en Sevilla hubiera sido impresionante para engrandecer la figura de José. Salías de La Maestranza y te caías en la exposición, hubiera dado gloria. Eso nos lo hemos perdido y es complicado que lo retomemos.
Nos acusan a los gallistas de ser revisionistas y creo que, tras tantos años a la sombra, por algo que hagamos no nos pueden llamar revisionistas.
Cuando hablo con los belmontistas y oigo cada disparate pienso que es mejor que lean más historia y menos novelas.
El problema es que la novela fue muy buena.
La novela es magnífica, es la mejor novela de toros que se ha hecho en la historia. Belmonte dijo lo que dijo y debe leerse como novela, no como biografía como tal.