Ángel Sánchez: “Carlos (Aragón Cancela) siempre estuvo a mi lado”
Hoy hablamos con un novillero que rozó el cielo el pasado mes de abril. Solo la espada alejó a Ángel Sánchez de salir a hombros por la Calle Alcalá tras una inolvidable actuación ante un novillo de La Quinta. Quince pases que desataron la locura en el mayor golpe de un novillero en muchos años.
Si entra la espada el 2 de abril…
Pasaría lo mismo que está pasando estando en las ferias que me quieren y que buscan contar conmigo. Hubiese sido más rotundo con las orejas y la puerta grande pero lo hecho, hecho está.
¿Le das vueltas a la espada de aquella tarde?
Sí, muchas. Esta temporada llevo cinco novilladas toreadas y en esas cinco he perdido varias orejas (Valencia, Madrid, Francia…). Son cosas que pasan, rachas que hay que superar entrenando.
¿Te perjudicó que no hubiera televisión?
No lo creo. El aficionado me vio y el que no, se pudo enterar de como fue. Quizás hubiera sido más rotundo con la televisión pero el aficionado de verdad estaba en la plaza y me vio.
Tras esa tarde cambias de apoderado y en el programa “Los Toros” de Manolo Molés vives momentos amargos, ¿lo viste como una encerrona?
Fue una entrevista como otra cualquiera. No soy quién para decir si fue encerrona. Me llamaron, recibí la llamada y se acabó cuando mi participación estaba hecha.
Tras esa tarde cambias de apoderado, ¿el cambio se produce como consecuencia de la tarde o venía de antes?
Venía de antes. Todo fue un cúmulo de cosas pero para mí y mi carrera este cambio de aires ha sido lo mejor que me podía pasar.
¿Tuviste la sensación que se habló más de ese cambio de apoderamiento que de tu tarde tras esa entrevista?
No, de la faena se ha hablado y de mí también. Son decisiones que un torero tiene que tomar en su carrera y así hice.
Las críticas, viendo lo que has toreado, sonaron más que injustas.
No es oro todo lo que reluce. Ortega Cano me ha dado mucha sabiduría para mi forma de torear. Con él perfeccioné cosas que había aprendido en la escuela. Todo lo que he toreado por la zona de Madrid es porque me lo gané yo sin caballos saliendo como triunfador. El mejor apoderado de un torero es su muleta.
Empiezas con Carlos Aragón, una persona unida a ti desde becerrista.
Empecé en la Escuela Taurina de Colmenar y él ha sido el maestro. Aunque estaba con Ortega, Carlos siempre estuvo conmigo. Nadie mejor que él ya que me conoce como torero y persona.
Esa faena fue un acontecimiento pero parece que la repercusión ha ido decayendo demasiado pronto, ¿tiene el toreo poca memoria?
Memoria tiene. Recuerdo que el día 3 de junio me estaba esperando la gente para bien por lo que pasó esa tarde. Cuando pinchas los toros enfrías la faena, por eso es la suerte suprema.
Madrid sí tiene memoria.
Sí, se acuerdan y reconocen lo que has hecho.
¿Hubiera sido mejor espaciar la vuelta a Madrid?
San Isidro estaba hecho antes del 2 de abril. Yo iba con esa doble baza de dos tardes. Pensando con mente fría y a toro pasado pues sí. Ir tres tardes a Madrid quema pero a Las Ventas hay que ir hasta de noche.
¿Toda tu carrera pasa por Madrid?
Toda la carrera no pero lo que he toreado ha sido gracias a un novillo y a quince muletazos.
Te recuerdo de becerrista, sin caballos y con caballos con animales de Santa Coloma, ¿esa fidelidad al encaste se mantendrá de matador?
Siempre me gusta, me ilusiona cuando me acartelan con ellos. Si llego a matador me gustaría tener una baza con la que jugar y dar un golpe con ese tipo de toro y encaste.
Por delante Villaseca.
Es una gran feria de novilladas. Son cinco novilladas en las que van los mejores novilleros y los más toreados. Estar acartelado en esa feria es un lujo.
La Quinta, de nuevo.
Estoy muy ilusionado al volver con ella tras Madrid.
Para finalizar, ¿has pensado en la alternativa?
Por delante tengo más novilladas. Paso a paso, con la mente fría y con los pies en el suelo es como se toman las mejores decisiones.