Álvaro Begines, director de cine y componente de “No me pises que llevo chanclas”. “Si algo me hace sentir como lo logra el toreo no quiero nada más, es lo máximo a lo que se puede llegar”.
Hoy hablamos con Álvaro Begines, componente del mítico grupo “No me pises que llevo chanclas” y director de cine. Un artista polifacético con el que hablamos de su carrera musical, de cine y su pasión por el toro. Ha dirigido “¿Por qué se frotan las patitas?” y “Un mundo cuadrado” además de producir “A cambio de nada”, película de Daniel Guzmán galardonada con varios premios Goya.
Mi afición al toro viene de familia. Mis abuelos nos llevaban a los toros a La Maestranza, Utrera y Alcalá. Íbamos a la plaza sin saber, queriendo que pasara algo raro. Con el tiempo fuimos cogiendo afición y el arte y sentimiento que la fiesta tiene se nos fue transmitiendo. El primer festejo que presencié fue un festival en Alcalá y luego ya La Maestranza.
¿Por qué cree que el toreo está tan mal visto entre algunos artistas?
Es complejo y la complejidad como cineasta es bonita. Me defino como complejo hasta en el gusto por los toros. Empieza todo por una sensibilidad excesiva a los animales a los que damos caracteres humanos que no tienen. Hay una moda como en otros momentos en la cultura en el que las cosas no se basaban en la razón -ser antitaurino- pero sí por seguir una moda. Ahora hay una moda en la que se dice que no te gustan los toros, la gente no es honesta y hay que serlo.
Entrando en su faceta profesional, ¿cómo compagina el cine y la música?
Es algo natural, son muy diferentes con cosas comunes. La música es un arte muy directo, se puede parecer más al toreo salvando la distancia de jugarse la vida ellos y nosotros estamos con la guitarra. Tu tocas y la sensación se transmite al público al instante como en el toreo. El cine es más elaborado, más artesano, más preparado desde guión, la música que añades… Siempre lo he compaginado como cuando hacía los videoclips de No me pises, me he movido entre una cosa y otra. ca añades. Distinta pero complementaria como videoclips. Siempre lo he llevado así, me he movido entre una cosa y otra. El aburrimiento y el tedio es lo que más me asusta, por eso contemplo las dos facetas.
Hablemos de la música, ¿esperaban tanto éxito con “No me pises…”?
No, veníamos de grupo rock y pensábamos que era algo que nos iba permitir tocar en verano. Fue más grande de lo que esperábamos.
¿Cómo lo asimilaron?
La inocencia fue un valor a nuestro favor. Éramos unos chavales de pueblo donde incluso algunos componentes no habían ido ni a Madrid. Esa inocencia nos hacía ver todo con un prisma “cateto” que nos hacía divertirnos y sorprendernos sabiendo donde teníamos los pies, éramos muy cautos. Cuando llegabas a tu pueblo -Los Palacios- no te daban la importancia que podía imaginarse por salir en televisión, radio… Ese tratamiento de la gente de nuestro pueblo con nuestra inocencia fue clave para asimilarlo.
En los 80 ustedes suponen una versión más “canalla” de la música que imperaba.
El rock había entrado a través de las bases americanas y por gente que viajaba y te traía discos anglosajones. Siempre se hablaba de asfalto, coches… Nadie hablaba de toros, borricos ni de mujeres mayores. Un acierto nuestro fue mezclar la música rock con esa música cercana, el “¿y tú de quién eres?” que te dicen en tu pueblo. Éramos de un pueblo agrícola en el que no había muchas opciones, solo campo y cuatro casas.
¿Cómo los reciben los otros grupos?
Al principio con la mano delante diciendo, ¿dónde vas? Hacíamos letras simpáticas frente a letras de ruptura, amor, despechados… Nosotros llegamos a cantar buscando hacer reír y nos decían, ¿dónde vas?, ¿esa gente sabe tocar? Los músicos venían a vernos tocar y se daban cuenta que sí sabíamos y que éramos algo más que las gracias que tenían nuestras letras. Eso nos fue dando el pie para entrar en el rock por derecho y que nos respetaran.
¿Qué sintió cuando dejan la actividad tan brutal del grupo de aquellos años y paran?
No fue un trauma pero no nos divertía igual, decidimos dejarlo por un tiempo indeterminado. Luego vas notando el vacío de los amigos ya que un grupo de rock es una pandilla que toca un instrumento y pasa mucho tiempo juntos. Ahí te vas dando cuenta de como quieres a tus colegas y compañeros. De la música no te puedes desprender, se te agarra dentro. Siempre tienes la sensación de volver a tocar un instrumento en algún momento.
Lo más traumático fue separarnos de los colegas y de las vivencias buenas y malas compartidas ya que dejamos de vernos. Hubo una parte buena que fue el renovarnos y quedarte en crianza como los buenos vinos que cuando los sacas después tienen otro matiz y sabor, sacas lo mejor de ti. La edad te curte, te ayuda a quitarte el orgullo y la fuerza del joven que se cree invencible y te da calma.
En el paréntesis del grupo se vuelca en el cine.
Iba haciendo videoclips del grupo como te dije antes más cortos y publicidad que habían sido exitosos. Me centré en ello para comer y vivir. Tocaba de vez en cuando con gente pero lo había dejado aparcado. Vino bien porque me centré en el cine y saqué mi primera película. Me pude dedicar al cine con el tiempo que antes no tenía con el grupo y aprendí. Ahí arrancó más mi carrera en el cine.
En su cine se aprecia un componente social.
Es lo que me brota. En un viaje a Los Ángeles nos enseñaron cosas que hacen valorar más lo de aquí al estar fuera. Nos dijeron que los latinos nos teníamos que esforzar más en crear algo comercial porque lo comercial ya lo teníamos, que contábamos cosas profundas hasta cantando de cachondeo. Nos dijeron que si nos centrábamos en lo social nos salía todo demasiado profundo. Los americanos se centran en lo social porque si no les sale todo demasiado comercial.
En esa trayectoria creciente en el cine, nace su productora.
Hice una película que funcionó y se vendió a 30 países pero nadie me venía a buscar, me creé mi productora. Sigo viviendo en Los Palacios y la creé para hacer nuestras cosas. Fue más por necesidad que por innovación.
Como productor, gana una película suya varios premios Goya con “A cambio de nada” de Daniel Guzmán.
Nos hizo felices por permitirnos aportar nuestro granito de arena a una película de valores y entretenida. Daniel Guzmán es un tío apasionado y aportar nuestra parte fue algo muy positivo. Nosotros apostamos por algo que esperábamos que gustase, que tuviera recorrido pero no piensas que vas a llegar a ganar un Goya.
Precisamente Daniel Guzmán se ha acercado a una versión más antitaurina.
Yo tengo un sentimiento encontrado, no me gusta que maten al toro. Me siento mal de siempre. Siento que hay un sufrimiento que me duele y hay que decirlo, hay que evolucionar. He hablado con toreros importantes que me han dicho que no les gusta matar al toro, es la verdad. El toreo debe evolucionar, no sé a dónde, pero sé que hay que decir siempre lo que sientes. Si Daniel o cualquiera lo explica, su libertad tiene. Hay que defender el toreo con argumentos artísticos, es un arte.
¿Qué encuentra usted en el toreo como arte?
Soy muy primario, me dejo llevar como con el flamenco. Si siento comprendo y si no, al revés. El toreo me hace sentir y veo cosas en él que me mueven por dentro igual que en el cine y la música. Si algo me hace sentir como lo logra el toreo no quiero nada más, es lo máximo a lo que se puede llegar.
¿Es usted favorable a una lidia sin muerte?
Sí, sería favorable. Habría que estudiarlo como se hizo con lo de poner el peto al caballo. Se evoluciona, somos distintos, más sensibles. Lo que estoy es en contra de las modas a la fuerza, he visto antitaurinos comiendo atún, “¿Tú has visto como sufre? Hay que ir a ver una “levantá” en la almadraba. Al comer tenemos que matar y sacrificar no queda otra. Otra cosa de la fiesta es que se sacrifica de una manera que no es buena para mucha gente, no se siente bien porque el animal sufre de una manera exagerada, hay que estudiarlo y ver como se soluciona. Todo hay que debatirlo. Ahora vivimos una tendencia que no me gusta y es el me gusta/no me gusta por la velocidad de redes. Es necesario reflexionar con gente experta que ponga sobre la mesa cosas coherentes, puede ser una decisión abstracta. No es si o no, eso no lo veo. Soy dudoso entre te y café. Yo quiero luchar contra esa teoría. Hay que tener temple para decidir con capacidad de critica y diálogo para llegar a unos acuerdos.
Foto: Málaga hoy
¿Es necesario artistas rompedores en el toreo como ocurrió con “No me pises” en la música?
Estoy en contra de los que ven que no hay nada ahora. Hay más capacidad de aprender y la gente aprende como si fuera la escuela. Aprendes a tocar con internet pero falta la originalidad. En el toreo hay mucho atleta, pega 10000 pases y sabe de todo. Es un catedrático pero le falta algo que no se debe explicar. Veo a José Tomás y !Puff! Hay gente muy buena que emociona, que hace cosas muy buenas en el toreo, en la música… Hay que ver el momento que vivimos y no esperar a que muera para decir que grande eres a tal o cual artista.
En su trayectoria ha producido un documental sobre Loren.
Lo conocí a través de un amigo común, Beltrán, y nos explicó su trabajo. Fue novillero y por el miedo que le daba lo dejó. Como tenía esa faceta de pintor se dedicó a plasmar lo que quería toreando en las toreografías. Su arte es moderno, actual y con mucho argumento. Me sorprendió e ideamos el documental. Ahí salió la relación.
Otro original rompedor de patrones.
Tiene una visión distinta a lo que se ha hecho. Intenta no imitar, lo que buscamos es emocionar por otro camino distinto. Eso es complicado ya que una cosa nueva te puede ir bien o hacer que te peguen un chocazo. Su camino es atractivo ya que lo máximo es abrirte camino siendo innovador.
Podría extrapolar esta pregunta al toreo, ¿se apuesta demasiado por lo comercial en el cine?
Creo que hay un cine que está demasiado condicionado por las televisiones. Las televisiones privadas son las que tienen más pasta y promoción y sin ellas es difícil hacer promoción. Si hablas a la gente solo conoce esas películas reconociendo que las hacen de calidad en algunos casos. Luego hay un abanico de cine excelente con mucho talento fuera de esas producciones. Aquí hay cine efervescente y ves mucho talento pero no somos una industria consolidada. Me gustaría que trataran el cine como a la industria de los coches con los mismos beneficios y perjuicios. Me gustaría que lo que genera el cine fuera para él.
Lo principal que hay en el cine es que la gente debe ir al cine para mantenerlo. No vale ni verlo en casa ni piratería. Se mueve con las salas y no van mucho, es difícil mantenerlo. Las salas es fundamental. No tenemos al público tan a favor como debiera.
¿Perjudica la moda de las series?
Nada perjudica a nada. Todo tiene su razón. Si se ven series es porque gustan, se hacen bien, se publicitan. La mayoría son de cine, no me parece mal que tomen ese camino. Te realiza, te ve más gente. A mí me gustan las series. Hay que diferenciar entre series de 90 minutos y una pelicula, no es lo mismo. Todo lo bien hecho y que lo vea la gente bueno es.
¿Cómo vivir en el cine sin el apoyo de esas grandes cadenas?
Es complicado, en el cine se sobrevive. Aquí no hay una población tan grande para hacer un cine independiente que viva la gente de ello, se sobrevive. El arte siempre ha sido de supervivencia. Los que están arriba y ganan dinero son pocos, los demás sobreviven. Tu al entrar sabes que es así pero habría que estar más legislado, todavía ves impuestos, Seguridad Social y otros temas que no están bien legislados. Hay muchas diferencias entre cineastas, músicos de cámara… Eso hace todo más complicado.
¿Qué proyectos tiene por delante?
Ahora estamos con una película de producción internacional que dirigiría y con participación de Bélgica-Alemania y España. Andamos en ella esperando rodar. Tenemos una producción española como coproductores que estamos cerrando y un documental que estamos preparando. Y además, en la nueva vida del grupo.
¿En qué momento se encuentra “No me pises”?
Seguimos buscando canciones. Hemos terminado la gira, vamos a descansar hasta febrero y nos pondremos a ver si grabamos y sacamos un nuevo trabajo. Vamos a seguir adelante, nos hemos animado, tras más de 50 conciertos con gran respuesta de público y con la gente contenta. El grupo tiene salud, nos divertimos y seguimos hacia adelante.