Alejandro Mora “Pese a las cornadas nada me ha igualado las sensaciones que siento toreando”.
Hoy cerramos las entrevistas a los novilleros del Alfarero de Oro con Alejandro Mora. Uno de los novilleros más esperados del escalafón y con el que hablamos de su camino, forjado a sangre y fuego, y de sus valores. Una lección de madurez aunque le cueste hablar porque lleva como un mantra lo de “el torero donde habla es en el ruedo”.
¿Por qué Leandro como apoderado?
Mi tío tuvo dos ideas de cara al apoderamiento. Leandro y Manuel Álvarez Canorea se interesaron por mí y decidió decantarse por esta vía. Creemos que a un novillero le viene bien un matador al lado y en el concepto de Leandro encuentro cosas de las que voy buscando.
¿Cuál era la otra idea?
Los Vázquez. Por casos como Román, Aguado y cómo se le cuidó de novillero… Ideas que se hace uno. Estoy muy contento de la alternativa elegida, creo que ha sido un acierto.
¿No llegaste a pensar en tu tío como apoderado?
La relación con él es más que buena, con él todo suma, todo es especial. A mí no me hubiera hecho falta nadie más pero hay que llamar, pedir y eso es difícil. Estoy muy contento con la decisión tomada con Leandro.
¿Qué te aporta Leandro como apoderado?
Es una buena persona y te sabe transmitir las cosas de tal manera que es difícil que no las asimiles y no las desarrolles bien. Me aporta solo cosas buenas como el concepto y me gusta mucha su forma de interpretar el toreo. Vi vídeos suyos y al conocerlo me ha ido gustando aún más.
¿Qué papel juega tu tío?
Para mí es el más importante como torero y como tío, como persona y como todo. Es un pilar fundamental en el camino que he elegido, el mismo que él ha llevado, en mi vida es una persona que necesito a mi lado. Es una persona grandísima, con una sensibilidad, con una filosofía de vida que a los que estamos a su lado nos hace sentir especiales.
¿A Leandro no le impone?
Le tiene muchísimo respeto. Cada vez que hablamos de mi tío es un privilegio, es un gusto tener a un torero así tan cerca. Para él también.
Debe intimidar
Debe imponer pero él sabe que mi tío es mi tío. Sabe el tipo de torero que es, las cosas que te aporta él se las aporta a Leandro también. Tener a un torero así cerca es muy grande.
En esta época la paciencia es una virtud, ¿hablas mucho con el maestro sobre ella?
Sí, él desprende paciencia, desprende temple. Aunque no te diga directamente las cosas con estar a su lado sentado te transmite. Cuando hablas con él te dice que es fundamental, hay toreros de un concepto y condiciones que necesitan más tiempo para hacerse más despacio que otros. Lo que él me inculca es eso, la paciencia, el esperar. Todo llega en su momento.
¿Habláis de la independencia, del torero libre?
Eso es algo que nadie te lo tiene que decir, lo debes saber teniendo claro que es lo correcto. Ahí tú plasmas la idea de vida que quieres tener. Debes rodearte del mejor entorno para desarrollarte, siempre con la cabeza en su sitio.
Hablábamos de la paciencia, ¿qué piensas al ver que los novilleros se retiran tan jóvenes?
Esto es muy difícil para todos. Voy a hacer dos meses sin vestirme de luces, hay que aguantar muchas cosas. Te tienes que poner delante del toro sin que se te note tu tiempo parado, estar dispuesto a todo sabiendo que, por ejemplo, te has tirado todo el mes de agosto parado. El no poder torear más que algún tentadero es algo que asumes pensando que en septiembre debes cambiar todo.
Tu entorno se ha hecho en el toro, ¿es más fácil aguantar rodeado de gente que sabe lo que cuesta esto?
El entorno que tengo es muy importante, me llega mucho. Estoy rodeado de seres especiales como son mi familia, de la experiencia de mi tío, de Leandro… Eso sí, cuando uno dice que quiere ser torero de verdad lo hace aunque el entorno, sí, te ayuda.
¿De esto no llegaste hablar con tu abuelo, Mirabeleño?
No tuve tiempo a decirle seriamente que quería ser torero. Me he criado con él, hemos vivido mucho, visto muchísimos toros, éramos uña y carne. Ahora que voy creciendo estoy entendiendo muchas cosas de las que he vivido con él. Exigía a todos al máximo y siempre que hago algo pienso en que he podido estar bien pero que él seguro habría encontrado algo en lo que podría haber mejorado.
Muchas veces pregunto a mi tío qué me diría su padre. Sé que no he podido disfrutar tanto como me hubiera gustado de mi abuelo en el toro pero tener a mi tío es como tener presente una segunda parte suya.
Fue un taurino exigente.
Lo era, lo era (risas), muy exigente.
De los que ya no quedan.
No, por desgracia ya no quedan románticos, personas que se desvivan por el toro.
Bueno, yo creo que algún romántico sí queda. Por ejemplo tu tío en una época de aburrida corrección con la ampliación de las redes sociales.
Las redes tienen mucha importancia, cada uno opina lo que quiere. Todos tenemos derecho a expresarnos y él lo hace. Cada uno puede expresarse como quiera y él lo hace, lo malo es el que se esconde en el anonimato o el que luego no es capaz de decirte lo mismo cuando te tiene delante de su cara.
En las redes te acusaban de enchufado. Muy “lógico” en base a tus millones de contratos pero bueno, ¿te molesta ese mote tan injusto?
Para nada, sé lo que soy. Cuando uno sabe lo que es no te debe doler, que hablen. Cuando uno sabe quién es, la gente que me conocéis sabéis como soy, ahí están los resultados. Llevo 6 novilladas.
Tienes muchas tablas para salir Alejandro pero el corazón duele.
Claro. Pienso en los hijos de los toreros, soy sobrino aunque para mi tío soy como un hijo. Pienso en ese figurón Manzanares, en El Cordobés… lo que habrán pasado y siguen pasando. Sirven de ejemplo de cuando vienes de dinastía para pensar. Manzanares es grandiosa figura hijo de una figura, cada uno se pone donde su cabeza y alma lo lleva. El toro no mira quien es tu familia.
Hombre no es tu tío precisamente un torero del sistema, sigo sin ver el enchufe Alejandro.
Él, tú le conoces, dice lo que siente, lo que cree que es lo más correcto y si algo no le cuadra, lo dice. Cuando no se ha callado algo ha hecho muy bien. Ser su sobrino es un orgullo que me llevaré conmigo hasta que me muera. Tenerle a mi lado, a ese figurón, es un privilegio que todo el mundo sueña.
Alejandro, bendita sea la rebeldía de los genios.
Claro, si todos fuésemos iguales sería un rollo.
También te digo una cosa, yo parto de que todo lo que dijo fue con la razón por bandera pero, dicho esto, si encima montas lo que montó en Cáceres…
Eso te iba a decir (risas). Cuando uno habla con la espada y la muleta… Lo más difícil es hacer lo que hace delante del toro. Plantas asentadas, los vuelos y mandar al toro que venga tan despacio, ese algo de magia que tiene eso es único y al alcance de pocos.
Lo dicho, vivimos en una época muy aburrida, benditos sean los genios.
Entremos en 2019. Te vi en Malpartida de Plasencia tras pasar por Sevilla y Garlin. El cartel fue el que fue y la plaza es la que es, tu tarde fue un golpe muy serio encima de la mesa. ¿Te presionó el ir con dos nada más en julio?
No, eso te puede hacer presionarte tu pero debes convertirlo en exigencia. Solo llevo dos novilladas y hay que ganárselo todo novillo a novillo donde sea. Las dos orejas me las llevé aunque me pegara la cornada. Pude pegarle muletazos de lo que busco y eso es muy grande, me da moral.
Has evolucionado mucho Alejandro en un año.
En la situación que estamos hay que evolucionar a más que pasos agigantados. Lo que quiero es que lo que avance se vea y nos aporte a todos.
Te llevo viendo varios años y en Malpartida ya sí, ya vi la búsqueda de un concepto muy propio.
Vas madurando, cada uno tiene su propia personalidad. Sin caballos unos días estás muy bien, otros días nada. Con la espada no mataba uno, te vas centrando y te vas dando cuenta de las cosas. Ese parón hasta el debut me sirvió muchísimo, hay que afianzar lo que uno siente y trabajar tus ideas para tí mismo, hacer lo que sientes.
No soy muy amigo de hablar de las cornadas pero creo que es un trago que madura. Llevas cuatro, dos muy graves, ¿eso te ha curtido?
Te hacen decir que esto no es un juego, es una forma de vida, un sentimiento. El toreo le siento de tal manera que, pese a las cornadas, nada me ha igualado lo que siento por torear. No hay nada que me llene tanto que ponerme delante de un animal y hacer lo que siento. No te da igual que te cojan, obviamente, hay que tenerlo muy en cuenta. Estás ante un animal mucho más fuerte que tu, piensas que esto es una locura pero los toros cogen y es inevitable. El camino que uno se quiera labrar en los inicios es muy duro.
En Malpartida te vi dar un paso más.
Cuando uno va encontrando su camino, su personalidad, se va afianzando en su concepto, en el camino que sientes. que es darle los frentes, plantas asentadas y echar los vuelos. Es lo que he visto en casa y lo que siento.
Otras veces intento buscar más domino o buscar mil cosas. A mí me aportan todos los toreros pero si algo no lo siento, no lo hago igual, busco mi personalidad. Mira Jaime, el otro día vi las imágenes de Malpartida y me dio mucha moral ver que se va logrando lo que busco. Cuando uno está parado y entrena, entrena y entrena necesita ver que se va plasmando el esfuerzo diario. Vi eso y me dio igual el tema de la cornada, las dos orejas se las corté y vi que el esfuerzo se ve.
Con la espada lo tenías claro, había que matarlo.
Mi forma de entrar a matar es ir muy derecho y tengo dos cornadas por ello. Tengo que trabajar la técnica, no a todos les puedes matar igual. Si tu quieres matarlo y vas para adelante es lo más importante. Pinché el novillo y la segunda dije que no iba a pincharlo y me iba a tirar para adelante. Le metí la espada y me prendió.
¿Has pensado en torear con la de verdad?
Muchas veces lo pienso. Lo podía haber hecho ya. Mi tío y mi abuelo, también otros toreros, decían que el toro te pide la muerte en un momento y hay que dársela. Si te pones en un punto de vista objetivo no se pincha igual la muleta, la empuñadura no es igual. Es más peligrosa porque te puedes cortar. No digo que nunca lo haga. Muchas veces somo así, del punto y hacerlo. Morante, Curro Díaz han tenido temporadas de espada de verdad y luego han cambiado a la ayuda.
Pues lo tengo claro, llegará el momento.
(Risas) Somos de que nos de el punto los toreros.
Entremos en Villaseca.
Ahora mismo es, si no la más importante, la segunda feria más importante de novilladas. En Villaseca he estado dos veces. Estuve en el de plata con Flor de Jara, luego en el tentadero benéfico por el chico que desgraciadamente falleció. Es un ejemplo de afición, dar una feria de novilladas con tanta gente estando la televisión, es digno de admirar. Muchas empresas deben mirarse ahí, no dan novilladas, con una buena gestión se puede.
¿Ves? Te acaba de salir la vena rebelde familiar (risas)
(Risas). Todos debemos aprender, los empresarios también. Mi tio lo dice, cada día se debe aprender. Mi abuelo me preguntaba cada día sobre lo que había aprendido cada día. Él me decía que pensara, que en cada momento de mi vida iba a aprender algo nuevo. Lo tengo claro, tenía razón.
Jandilla delante.
Gran ganadería, doy gracias por estar en una feria así, con una novillada de élite. Hay que estar agradecido, demostrar lo que quiero y ganármelo.
Pues te voy a contar una pequeña historia. Cuando se presentó el tentadero de Talavera, Enrique de la Rosa que fue uno de los organizadores, le dijo a tu tío que él no se marcharía de Villaseca sin verte a ti en el de oro. Tres años después se cumple, todo eso gracias a que tú has puesto mucho de tu parte.
Es algo muy bonito de ver. A lo mejor hace más falta gente así, que cumpla su palabra
Te voy a hacer la pregunta típica y tópica, el trapío.
Las novilladas van rematadas, creo que el novillo debe estar en relación a la plaza y allí lo están. Las novilladas son fuertes pero van en echuras de poder embestir.
¿Qué tienes por delante además de Villaseca?
Calasparra, Dax, Algemesí, San Agustín. ¿Qué más puedo pedir? Es lo que tanto he buscado, poder tener la oportunidad de mostrar mi evolución y enseñar lo que me ha hecho tirar hacia adelante en los días que te ves parado. Septiembre es ilusionante de verdad.