A solas, en Las Ventas, con Pablo Atienza.
Las Ventas es el escenario elegido para encontrarnos con Pablo Atienza. Caminando por las entrañas de la Meca del toreo, su casa, repasamos un año en el que ha madurado aún más en la dureza de la exigencia tras el buen cartel ganado en 2017 en este mismo coso. Él protagonizó un milagro al triunfar a todo o nada en Madrid y en 2019 afronta, más maduro, el año de su consolidación.
Fotos: @oscar_gm
Pablo Atienza, mirando a su plaza, Madrid.
¿Cómo estás?
Bien, más ilusionado que nunca al ver que voy evolucionando en mi concepto e idea de interpretar el toreo.
¿Estás yendo al campo?
Sí, es algo que estoy haciendo y que está siempre en mi mente. El ir mucho al campo es algo que necesito para seguir creciendo día a día.
Hay casas que te tienen las puertas abiertas.
El Pilar ha sido la base de mi preparación. Es de agradecer que me llamen cuando tientan, que me echen vacas y que me den mi tiempo, sin prisas, para estar delante de los animales. Los toreros necesitamos estar delante de los animales para poder ir rodados. Es casi culpa de Moisés mi preparación y además el ir allí me permite relacionarme con los toreros al compartir los tentaderos.
Ya con caballos y con triunfos, no te importa salir de “tapia”.
Solo estoy yendo al Pilar. Es donde me tratan bien y donde tengo confianza con el ganadero. Hay matadores que han hecho de tapias, es el toreo igual. Busco sensaciones y sirve mucho el salir a animales con la faena hecha. Sabiendo encauzar eso te hace crecer. Además puedo ver tentar a figuras como el maestro Manzanares. En el sitio donde voy me parece digno y es una forma de estar semanalmente en contacto con el animal. Salir detrás de figuras a toros que ellos tientan es algo que te suma. Cuando eres becerrista vas a todas y eso ha desaparecido para mí. En El Pilar, que me quieren y dan cancha, no es una deshonra y menos cuando me han dado vacas cuando las he pedido.
¿Qué pasa cuando ves a un compañero que pone el dinero para comprar toros?
En El Pilar no es el caso. Es una ganadería que vive por y para el toreo y los toros que echa a matadores se los regala.
Como me has dicho, no vas a otras casas.
No, vivo en Salamanca y cuando he pedido vacas otros ganaderos como Rafael Cruz me las han echado.
Torero segoviano, viviendo en Salamanca, ¿cuándo te marchas allí?
Cuando vuelvo de México, tras acabar mi etapa en la Escuela de Juli, me preguntaba qué hacía en Segovia. Sabía que en Salamanca, por amigos míos, hay muchos profesionales entrenando y fui para allá. Enseguida hicimos un grupo de entrenamiento diario y de amistad. Ahora vivo con un banderillero (Roberto Blanco) y un novillero (Alejandro Fermín) y eso me tiene todo el día metido en el toro. Allí llevo cuatro años muy a gusto.
Tienes otra “residencia” en Toledo.
Sí, tengo dos cuarteles generales. Uno está en Salamanca y el otro en casa de José Manuel Más (Val de Santo Domingo) dónde tenemos facilidad para entrenar. Nos dejan todo el tiempo que queramos en la sala de la cultura con carretones para entrar a matar, embestir…
¿Y Segovia?
Lo uso para descansar. Cuando estoy saturado y quiero desconectar o ver a mi familia me voy para allá el sábado y vuelvo el domingo por la noche a Salamanca.
¿Y otra en casa de David (apoderado)?
Me gustaría verlo más, estamos continuamente en contacto. Mi vida es de 24 horas con el toro pues si no estoy en el campo, estoy entrenando, si no estoy hablando con David o viendo vídeos de toreros que me gustan. Con David hablo mañana, tarde y noche. Cuando hay campo cerca o estoy en Madrid me quedo aquí en su casa con su familia. Mi vida es nómada.
Pablo saborea cada minuto en las entrañas de su plaza.
¿Es duro David como apoderado?
Sí, es como tiene que ser. Desde que empecé he estado con perfeccionistas como Antonio. Así es como tiene que ser la gente que te deber rodear porque si no uno se estanca. Con gente así puedes avanzar cada día.
No dejas de tener 24 años, ¿no hay más cosas fuera del toro?
¿Vida?
Sí.
Algún miércoles vamos al cine, salimos a cenar pero todos tenemos la misma mentalidad pensando solo en el toro. El cuerpo te pide descansar de vez en cuando. Todos los días entrenando hace que el cuerpo necesite otras cosas.
En el 2017 haces un milagro en Madrid con tu poco rodaje ganando un certamen que, oficialmente, no se declara como tal. Entra David.
Premio en sí tampoco se había anunciado. Era el primer certamen de estas características que hacía la empresa y nos pudo frenar un poco el que no se nos declarara triunfador. No es lo mismo que te declaren triunfador y llamar a un pueblo con eso por delante que ir diciendo que lo has sido sin la proclamación pública. Por unas cosas o por otras la empresa no lo hizo y nos pudo dejar sin alguna fecha. Al ser en agosto estaba casi todo cerrado y fue difícil. Se pensaba haber rentabilizado más en 2018. Hacia la empresa de Madrid no hay ningún reproche porque se reconoció que Pablo había sido triunfador en la presentación de San Isidro 2018. El mayor reconocimiento fue ponernos dos tardes: en abril con Pereda y en la novillada estrella de San Isidro, el justo premio que nos merecíamos.
¿Cuántas vueltas has dado al 2018?
Todos los días. No ha sido fácil por mi culpa, por la suerte, por lo que sea. No caben excusas, me entreno más y con la fe de siempre para mejorar este año. Si no tuviera fe se perdería lo bonito de esto. Yendo al campo coges moral al ver que avanzas, que bajan los errores. que te juntas con toreros que te aportan como el maestro Urdiales. Me hizo ilusión ver como habló de mi al ganadero, me hace sentir privilegiado que alguien a quién admiro hablé así de mí.
La inmensa soledad del torero. Momentos de reflexión.
¿Te faltó oficio para hacer frente a eso?
La de Pereda fue una novillada a contraestilo, mi primera tarde de luces ese año. Estaba preparado pero con eso no basta, se necesitan otras cosas. Se tiene que juntar todo en el momento adecuado y cada vez lo valoro más cuando toreo en Madrid.
Llega mayo con el cartel estrella de las novilladas de San Isidro.
“Segunda novillada y en Madrid” apostilla David.
Pablo: Un mes de no salir del campo, ilusionados de estar en San Isidro. Recordaba la tarde de otra manera a como la vi hace poco en la televisión. En el primer novillo, rajado, noté lo que cuesta abrir cartel. El novillo no dijo nada.
El segundo tuvo un puyazo menos y aposté por él en los medios. Soltaba mucho la cara y el segundo puyazo le faltó para quedar más amoldado a mi concepto. Me pasé de faena y fue todo a menos cuando en Madrid deben ir las cosas de menos a más.
Un cartel con Toñete y Alfonso Cadaval. Te ves con dos novilleros con un camino más fácil al tuyo y tú con solo dos novilladas en el año y en Madrid. ¿Qué piensas?
Pienso que todo lo que hemos andado desde mi debut es culpa nuestra y eso me hace sentir orgulloso. Cada cual elige su camino y a ambos toreros les tengo aprecio. Los veo como los conocí y les respeto, hemos compartido momentos juntos. Fue bonito encontrarnos en becerradas y luego en San Isidro. Lo importante es que cuando me llegue la alternativa me sentiré muy orgulloso de que todo lo logrado ha sido gracias a mi esfuerzo y al de David. Eso es lo más bonito que uno puede llevarse, hacer las cosas por uno mismo.
¿Se llega a odiar?
No, hay gente peor. Cuando sale el toro éste nos pondrá en nuestro sitio.
Acaba mayo y las cosas no salen, ¿se os viene el mundo encima?
Hay momentos de pensar pero yo pienso que el toreo es una carrera de fondo. Hoy rompen toreros que gente pensaba olvidados y sé que las rachas van cambiando. Esto es muy largo.
En Navalmanzano, en un festival, toreaste como se sueña… ¿Por qué eso no se vio en Madrid igual?
Era un día bonito en mi tierra, con figuras del toreo a las que admiro. Lo que sobre todo vi fue un animal con posibilidades de hacer el toreo. Para expresarte necesitas un animal que se preste a ello. En Madrid hay muchas tardes y te acuerdas de 3 faenas. Cuando hay una embestida y un toreo ayuda te olvidas de muchas cosas y consigues expresar tu concepto. Cuando el animal pone de su parte surge el toreo.
¿Favoreció estar sin presión?
La tenía, no había toreado casi nada en Segovia. Ves al maestro Finito, a Abellán… te rodeas de gente a la que es bonito tener al lado. Eso te hace presionarte. Me lo tomé para disfrutar, es la línea que debería seguir buscando mi toreo y olvidándome de solo tener que triunfar. Debes saborear el toreo y el triunfo viene después. Si solo piensas en triunfar no salen las cosas. Debería buscar eso.
Dos cosas, ¿la necesidad te presionó en Madrid?
Es probable.
La segunda, ¿por qué no has ido a Cuéllar?
No será por no intentarlo. Desde antes de estar con David llamaba mi padre y siempre ponían excusas como el rodaje, otras veces querían que vendiera 150 entradas… Por unas cosas u otras no les he encajado pese a ser de Segovia con gente que viene a verme. Es un poco absurdo que habiendo toreado en San Isidro no haya forma de torear allí.
Segovia ha tenido a De La Serna, Hernando y Barrio… Muy pocos como para olvidarse de ti.
Soy el único de Segovia capital.
Cuando ves que no te ponen y te ofrecen las 150 entradas que otro si compra…
O las compra, o pone el dinero o no sé qué harán. Yo sé lo que me ofrecieron y me duele no tener un hueco en las ferias de mi tierra. Ferias que he ido desde pequeño, que me ilusionan y no hay forma de meter cabeza si no es como ellos dicen. Se me caería la cara de vergúenza si mi padre debe vender 150 entradas para que yo toree.
Las novilladas son deficitarias. Queda pagar o aceptar. Entra David.
Hay que hacer un inciso. Una empresa se juega su dinero y su bolsillo pero un Ayuntamiento juega con un dinero público que se aprueba para dar unos festejos. Si hacen falta 40000 euros y se aprueban en muchos casos te piden vender entradas o ponen dinero. Ponedores ha habido toda la santa vida. Están jugando con un dinero público dado para esa novillada. La oposición debería ser más dura, ¿dónde va el dinero que se ha dejado para ese festejo? Ahí lo dejo. Con las femorales de mi torero no alimento a ningún político, donde torea Pablo Atienza se cobran los mínimos.
Esto te para.
Lo sabemos pero al toreo no lo veo de otra manera. Sé que es muy caro nuestro sueldo y no puedo decirle a Más que no puedo darle nada porque él se juega la vida. Los novilleros, con los mínimos, somos los que menos nos llevamos. Si no hay nada, ¿de qué vivimos? No puede ser que me cueste el dinero. No te puedes hacer rico con 10 novilladas pero no te puede costar.
En el corral del apartado Pablo dibuja un lance tan firme como sus palabras.
Un máster cuesta, ¿por qué al novillero sí hay que pagarle?
David contesta que un alcalde se lo dijo. Pablo añade que te juegas la vida, das un espectáculo con tu vida, tienes una dura preparación. El dinero que se le paga a un novillero es el mínimo, nadie se va a hacer rico.
David. Saliendo de Madrid, cobrando los mínimos, nos faltaron 50 euros. No se pide más. Sales fuera de Madrid y te cuesta dinero en algunos sitios.
Pablo. Es una profesión que debe ser remunerada. En el campo te pones, aunque no estén en puntas, y te juegas la vida. El toreo va más allá del dinero. No puede ser que yo pierda 50 euros y el empresario se compre un Q7 siendo yo el que me parto el lomo mientras él se haga rico con mi vida.
Hay muchos sitios que gente quiere ir por derecho y no pueden porque los costes no salen, ¿qué hacemos? ¿Estarías dispuesto a ayudar con un tío por derecho que repartiera la taquilla?
Por supuesto y lo he hecho más de una vez sin caballos.
La complicidad entre torero y apoderado es total. Juntos miran hacia un horizonte común.
Ojo, cuando haya dinero se reparte.
Totalmente de acuerdo. Es algo que se ha hecho toda la vida. No hay problema. Si no hay nadie no vas a reventar a una persona que va por derecho.
Este camino es desde la independencia. ¿Por qué David como apoderado?
Nos unía una amistad común que es mi mozo de espadas. Poco a poco nos fuimos conociendo más y empezamos a hablar. Por unos y otros nos tiramos de cabeza a la piscina y dijimos que era el momento. Fue todo circunstancial y creo que se ha formado algo muy bonito. Somos dos amigos, él confió en mí y en mi forma. Creo que es muy bonito lo que estamos haciendo. Cuando la gente sepa la historia, nuestro camino, dirán que nos lo hemos currado.
Es un camino largo y tú tienes que comer, ¿hasta dónde estás dispuesto a esperar?
Los anillos no se me caen. Si debo trabajar a la vez que entreno, lo haré como lo han hecho otros. Si debo trabajar para ello lo haré. Torear es una forma de vida que jamás me quitaré de la cabeza y seguiré luchando esperando mi momento hasta el final.
¿Cuántas veces has escuchado lo de tu apoderado es el arenero?
Unas pocas, incluso cuando me preguntan por él. Lo digo con orgullo. Cuando toreamos el año pasado me parecía hasta bonito. Todo el personal me conocía sin haber toreado, era el torero de David, que lleva toda la vida. Nuestra historia, cuando se conozca, la gente dirá que tiene su rollo, su contenido.
David, también quisiste ser torero. Eres un ente extraño en la fiesta
Sí, me quedé tras estar en la escuela de Madrid. Fui consciente de mi falta de cojones para no ser figura. No vivo ni de Pablo ni de mi puesto de arenero. Es un orgullo haber sido de la escuela y ser arenero de la primera plaza del mundo. Cuántos quisieran, hasta políticos quieren hacer el paseíllo. Hacer el paseíllo 70 tardes, sintiéndote torero, te hace feliz. Lo que diga la gente no me importa. El toro no te pide un cortijo.
El empresario sí.
Les da igual, los cojones los pone Pablo. Soy un mero transmisor de sus sueños y estoy aquí hacer valer sus intereses.
Por delante, en 2019
En mi mente está salir sin presión donde nos pongan e intentar hacer lo que sueño diariamente.
En su mente queda claro lo que reside.
¿La alternativa en San Pedro?
Me encantaría pero hay que cumplir con un número de novilladas que espero hacer este año y llegar más preparado a 2020.
David señala, sin dudar, que este año no será el de la alternativa
Siendo miembro de una dinastía como la de los Atienza, y viendo alguna foto que ha corrido por las redes sociales, ¿no te veremos picando algún novillo en alguna de tus faenas?
Lo que realmente siento es torear a pie. Mi obsesión es templarme con un toro y hacer el toreo puro con capote y con muleta pero me gustaría picar un toro en la plaza. No sé ni cuando ni donde, tiene que surgir, pero me gustaría picar un toro y honrar a la dinastía de toreros a caballo que me precede.