Hablamos con David Salvador. Alfarero de Oro 2018.
Hay novilleros que tienen una forma de entender el toreo que coincide con la que uno siente y uno de ellos es el salmantino David Salvador. Un joven novillero que instrumenta el toreo puro de su tierra que se verá las caras en Villaseca con los de Cebada Gago en una oportunidad para que el aficionado disfrute con un joven que debe funcionar en el toreo. Conversación exquisita, un joven lleno de modales que tiene claro que su traje de luces se merece un gran respeto.
El decirte que por qué quise ser torero es algo difícil de explicar. He vivido el toro desde pequeño, mi abuelo ha sido mayoral, he crecido de la mano del toro en mi familia y en el campo.
Alumno de la Escuela Taurina de Salamanca.
Entré sin saber coger ni los trastos. Me enseñaron desde lo más básico hasta estar delante de los animales. Tú vas creciendo pasando de ver el toro como un juego a tu profesión. A medida que pasan los años te atrae más, ves posibilidades y se convierte en tu modo de vida. Es evidente que tu vida como torero no es igual que la de otros chavales.
El otro día estuve en una clase práctica de tu antigua escuela y me llamó la atención cómo asumís desde niños los valores y educación del toreo.
Dicen que las escuelas taurinas sacan toreros con el mismo patrón pero esa forma de toreo es un rasgo de la tierra. El toreo luego va con la personalidad de cada uno pero ese toreo es castellano.
En tu formación ha estado el maestro Juan José, la pureza te “persigue”.
Estuve cuatro años con él en la escuela. Además soy del pueblo de Alejandro Marcos y he entrenado mucho con ellos, le apoderaba.
Lo dicho, toreo puro.
Castellano.
Defínemelo.
Un toreo sobrio, de corte vertical y que, a veces, peca de un poco de frialdad.
Alejandro Marcos me dijo que esa “frialdad” le había perjudicado en bolsines pero que de su idea no se quiere salir, algo que es una bendición.
Nosotros tenemos la idea de un concepto que debe ser firme pero somos novilleros, tenemos carencias lógicas, y debemos mostrar nuestras ganas y arrojo, nuestra personalidad, pero sin salirte de tu pureza.
Debutas en septiembre de 2016 en La Glorieta, ¿te perjudicó una fecha tan tardía?
Había debutado un año antes de sin caballos y no me perjudicó la fecha del debut, al contrario, me dio a conocer al final de temporada y eso facilitó las cosas para 2017.
Un toreo como el tuyo, muy puro, está por ver más allá de Salamanca.
Uno siempre quiere torear en muchos sitios pero al ser de Salamanca es más fácil que me llamen de aquí porque me conocen y me quieren ver. Mi carrera no ha sido rápida porque no he toreado mucho pero siempre ha ido evolucionando con el rodaje. Hay que cuidar todo y cuando se contacte con otros lugares para torear debe ser cuando esté muy hecho y con la base de tener una proyección adecuada para la alternativa.
Me dices que tu carrera no ha sido rápida, algo que contrasta con tu fugaz año sin caballos.
Ahora es muy difícil ver a un novillero debutar con las carencias que antes eran lógicas. Quizás apostamos por debutar sin todo hecho para que se valorase la frescura, el arrojo, pero sin salirme de mi estilo.
Un camino en el toro de la mano de Leandro, otro ejemplo de toreo puro. ¿Qué te aporta como apoderado?
Además de enseñarme en aspectos como el toreo de salón me ha inculcado una forma recta de entender el toreo dentro del ruedo, en los despachos y en cualquier cosa que haga. Me ha enseñado a seguir un camino recto del que no debo salirme ni en los malos momentos ni cuando toreo menos.
Diez novilladas y una fecha clave, la oreja de Sevilla.
En mi carrera solo he toreado dos novilladas en la misma plaza y ha sido en Sevilla y Tamames. En La Maestranza viví una tarde importante en la que pude dar un toque de atención casi a comienzos de año.
Otra plaza de tu corta carrera ha sido Insurgentes, ¿no fue precipitado ir allí, con sus peculiaridades, con tu poco rodaje?
Considero que no. Fue una oportunidad y hay que subirse a los trenes cuando pasan. Si te dan oportunidades así hay que cogerlas.
Hablando de trenes, ¿cómo se supera cuando pasa el de Madrid sin opciones?
Con ilusión, uno va a Madrid con las expectativas por las nubes, pensando que todo va a salir como uno quiere. Siempre te marca presentarte allí, vas con la ilusión de triunfar. Si no salen las cosas puede ser un bache psicológico importante pero hay que mirar adelante, seguir.
Pues sigamos, Villaseca.
Mis apoderados, Leandro y Manuel, me tienen siempre muy informado y me dicen las cosas cada día como son. A medida que van hablando temas me lo van diciendo. Cuando me dijeron lo de Villaseca sentí mucha ilusión y responsabilidad, es una ilusión inmensa.
Una ganadería dura, Cebada.
Es una ganadería que me gusta. El año pasado fue triunfadora, la corrida de Pamplona me gustó. Es un hierro importante, una feria muy buena y estoy muy contento de torearla.
¿Qué se siente cuando ves que en los despachos se valora más el apellido y la cartera que los méritos de novilleros como tú?
Todos tenemos un camino y pronto o tarde nos llegan las oportunidades que tenemos que saber aprovechar. Unas personas lo tienen más fácil que otras y el toro no entiende de apellidos, ni de nombres, ni de cuentas bancarias. Lo que te ganes lo harás tú con el toro.
Por delante este año…
Arganda, Ampuero, Villaseca, Villa del Prado, Salamanca, Tamames y luego hay dos o tres fechas que están bailando. Los novilleros esperamos a septiembre como agua de mayo, es cuando más podemos torear.