Carlos Aragón Cancela nos presenta a Diego García (Final Alfarero de Plata)
Desde que nací pude ver la afición que tiene mi familia. Mi abuelo quiso ser torero, mi padre es aficionado práctico -ha toreado varios festivales- y al ver a mi hermano Álvaro me lancé a ser torero.
La primera vez que te vi fue en El Bolsín “El Trincherazo” de Pepino. Un “pequeño” torero de gran pellizco.
Tenía doce años y contaba con esa gracia de ser pequeños. Solía torear para la gente más que para mí y solía gustar.
En las nocturnas de Colmenar armaste dos grande alborotos.
Corté un rabo cada noche. La gente te ve el más pequeño en el paseíllo, a los demás los ve más altos y eso es un punto a favor para tí. Eso sí, solo con eso no vale, si luego no cumples eso se olvida. El ser pequeño hizo que la gente me prestara más atención pero hice méritos para que no dejaran de mirar.
Pero has crecido, ¿cómo te afectó el dejar de ser el bajito del paseíllo y ya no un niño?
Lo viví para bien. Cuando era pequeño veía a los demás como grandes, como más completos que yo. Cuando creces vas más creyendo en ti y te ves delante del animal con más seguridad.
El año pasado debutaste en Alpedrete. A la semana te pudimos ver triunfar en El Molar muy arropado por los tuyos.
La verdad es que sí, cada vez que toreamos cerca de nuestra zona va mucha gente a vernos.
En esa época, ¿ya toreabas para tí y no para la gente?
La faena la suelo hacer en dos partes. Primero voy haciendo al novillo para después torear para mi. Cuando me relajé con el animal pude gustarme y a la gente le gustó también.
Hermano de Álvaro García, un novillero muy conocido. ¿Pesa?
No, la gente nos pregunta quién de los dos es mejor. Somos toreros diferentes y cada uno tiene su camino. Ojalá, eso sí, podamos llegar los dos.
¿Es más complicado el compartir las atenciones con tu hermano? Mismo “apoderado”, plazas que ya tu hermano ha pisado…
No, el que te pongan si no va acompañado por una buena respuesta en el ruedo supone que ya no te vuelvan a poner.
Tu hermano quiere tomar la alternativa, ¿no te ves acompañándole en un paseíllo picado antes de esa fecha?
No, este año le vamos a hacer con caballos para irnos rodando. El estar ya en el escalafón más superior es un paso importante de mucha responsabilidad.
Una fecha para Álvaro, por ejemplo, Sanse. ¿Te ves compartiendo carteles en “La Tercera” con él?
Es mi sueño desde pequeñito torear allí. Sabemos como están las cosas y si el empresario quiere, iré. El compartir cartel con mi hermano, día antes o después, es algo que no hemos hablado en casa pero lo he soñado. Podríamos decir “la feria de los García” (risas)
Hablando de otro García, ¿cómo es Blas?
Mi padre es una persona seria, de ir siempre con la verdad por delante. Él siempre nos ha enseñado que si das la palabra en algo hay que cumplirla por encima de todo.
Este año toreaste la final de Zamora, ¿cómo se vive las nulas opciones que tuvistéis?
Tuve la suerte de que mi vaca me permitió dar alguna tanda por el izquierdo. Sabía que no tenía muchas y tenía que aprovechar las dos o tres que me dio. Me salió bien y quedé segundo. En la final no destacó nadie porque el que más pudo sobresalir fue por ser el que tuvo una vaca para poder hacer algo. Pude salir bien de ello con las tres tandas que pude dar a mi vaca.
¿No te parece injusto el que se os juzgue delante de una vaca, que soléis compartir?
Yo veo bien una vaca para nosotros solos. El tenerla tú solo te permite que puedas ir haciéndola pero al compartirla la vaca tiene comportamientos cambiantes. En la final de Toro Carmona pudo dar dos tandas por el derecho y cuando me puse yo no me dejó ni uno por ese pitón. Las manos cambian a la vaca pero es lo que hay.
¿Qué tienes por delante, al margen de Villaseca? ¿Colmenar?
Supongo que sí torearé porque el año pasado fui el que más destacó aunque han llegado nuevos y alguno más ha debutado. Por delante tengo Villaseca y Fuentesaúco.
¿No se pierde la fe teniendo solo dos por delante?
No, sé que me van a repetir en alguna feria más en las que triunfé pero el tener solo dos fechas me lo tomo bien. Fíjate, el año pasado tuve más fechas en septiembre que en agosto y me relajé. Prefieron tener dos y apretar porque si me veo con muchas me relajo y eso no me gusta.
Eres muy exigente contigo mismo.
Sí, soy el que más me exijo aunque la gente se crea que es mi padre. Cada vez que salgo de torear sé lo que he fallado, sé lo que he hecho mal.
En Villar del Olmo te escuché, mientras te felicitaban, “sí, pero no lo he cuajado”.
Sí, lo dije. No le toqué bien y no le cuajé como quería. Mal no estuve pero me hubiera gustado llevarlo de otra manera. Me exijo mucho.
No es mala cosa ésa. Hablemos de Villaseca, ¿cómo fue la preliminar?
La recuerdo con la responsabilidad de una novillada. Meterme en esa final fue muy importante al ser televisada y por la repercusión de un bolsín tan importante. Recuerdo una tarde de mucha responsabilidad. Suelo estar riéndome y relajado pero ese día estaba muy concentrado, no hablaba más que con mi padre. Me esforcé buscando hacerlo lo mejor que pude y logré clasificarme.
¿Y la vaca?
Tuvo mucha clase por el pitón izquierdo. Por el derecho tenía fijeza pero no se salía de los trastos. La faena la hice por el izquierdo.
¿Te veías en la final?
No, tenía esperanzas. Viví el momento del fallo con mucha emoción y tensión.
El trapío por bandera.
Para eso estamos los toreros y para crecer debemos torear animales fuertes, ya que de novillero con caballos y de matador te los echarán más grandes.
La última, una final de mucha expectación y gran nivel.
Son de los novilleros más destacados del escalafón y eso es muy bonito. Viendo esa rivalidad te creces y te hace más fuerte.
Me encanta ver como la tradición pasa de generación en generación 🙂
Hi! Look at an important offer for you. http://bit.ly/2rDCNY6